José Luis Bimbela, psicólogo: “Si se le echa la bronca a los hijos, el canal de confianza se rompe"

El I Encuentro para padres y madres sobre jóvenes y adicciones reunió ayer a más de 150 participantes entre progenitores, educadores y orientadores, entre otros profesionales, en el Auditorio del Revellín. José Luis Bimbela Pedrola, doctor en Psicología por la Universidad de Barcelona, fue el conductor de este espacio interactivo en el que aprendieron a gestionar la prevención del consumo de drogas y el abuso de las nuevas tecnologías de forma inteligente. Agradeció la invitación de la Consejería de Sanidad y la Escuela Andaluza de Salud Pública.   

–¿Qué recomienda a los padres para que mejoren la relación con sus hijos?
–Sobre todo ayudar a los hijos a hacer un uso inteligente de la conducta que sea. Es decir, tomando como ejemplo la conducción, a los chavales le llevamos a una autoescuela para hacerlo bien y no morir en el intento. Sin embargo, cada fin de semana mueren personas en accidentes de tráfico pero no prohibimos eso. Lo que intentamos es que aprendan adecuadamente y obtengan lo provechoso sin los daños asociados.  
–Qué buscan los adolescentes en las drogas, ¿la felicidad?
–Cuando un adolescente o adulto consume determinadas sustancias está buscando el bienestar tanto físico como social. Pero hay que trabajar otros elementos de la vida que también les haga sentir esa felicidad, poner sobre la mesa elementos de innovación, de creatividad, de pasárselo bien. Cosas que le apasionen ya sean del ámbito deportivo, artístico o del que sea, pero que haya también en ese mercado posibles alternativas. De manera que si una persona, a lo largo de la semana, hace actividades que le apasionan, es más difícil que en el fin de semana se ponga hasta arriba de lo que sea. ¿Por qué? Porque en su día a día ya hay elementos que le llenan ese apartado de bienestar, de felicidad.
–¿Cómo se plantea a un hijo hablar sobre estas sustancias sin que se sienta violentado?
–La idea consiste en estar muy abiertos. Trabajamos unos conceptos muy constatados en el mundo científico: preguntar, escuchar, empatizar... Porque la idea fundamental es analizar con él la experiencia. Cuando un hijo te comenta que un compañero tuvo un problema con la droga o que él mismo, en un determinado momento para experimentar o por presión de grupo, ha consumido, es muy importante en ese momento no echarse las manos a la cabeza y decir: ¡No fastidies! No, no, sencillamente ese momento es una ocasión importante para preguntar: qué ha sido, cómo ha ido... Porque además las primeras experiencias, como sabemos todos, no suelen ser muy positivas. Entonces es importante que los padres estén ahí para poder analizar con él cómo lo ha sentido. Porque si los padres se llevan las manos a la cabeza y le echan la bronca a su hijo, el canal de confianza se rompe y cuando tenga realmente un problema no se lo va a consultar a ellos, sino que buscará a otra persona que le escuche realmente, le entienda y no le eche la bulla. Por eso trabajamos la gestión emocional, para que realmente haga algo más beneficioso para mantener esa comunicación.
–¿De qué sirve negociar con los hijos el tiempo de ocio con las nuevas tecnologías, si luego los padres también abusan?  
–Los padres tienen que ser capaces de poner los límites, al igual que no se puede conducir hasta determinada edad. Comentaba con los profesionales del Plan Sobre Drogas que hay que tener en cuenta, también, nuestra experiencia como padres y madres. El ejemplo es fundamental. Yo no puedo decir una cosa y hacer otra porque me cargo el mensaje. Debe ser recíproco. Nos obliga a todos a cuestionarnos las pautas de comunicación y hacer la vida más saludable en el sentido psicosocial. A lo mejor hay familias que se pegan toda la comida cada uno con sus móviles o sus tabletas. Si yo le prohíbo a mi hijo que envíe mensajes y el padre está viendo la tele, que al hijo en ese momento no le interesa nada, en vez de estar hablando de cómo nos ha ido el día, no doy ejemplo. Eso le obligará también a los padres a modificar sus propios comportamientos. Es fundamental estar dispuestos a ser autocríticos y modificar determinadas cosas que realmente no ayudan a que luego los hijos sigan las conductas más saludables. Me gusta decir una frase: tenemos jóvenes mejores de los que nos merecemos. El ejemplo que damos en el consumo de alcohol o comportamientos sociales, realmente no son un ejemplo muy bueno a imitar. Cuando en lugar de negociar, insultamos; en vez de hablar, chillamos; en ese sentido, la excusa de los hijos nos permite que construyamos una mejor sociedad.

Abdelhakim Abdeselam, consejero de Sanidad, inaugura el Encuentro

“Las adicciones no pueden ser un tabú”

La Consejería valora una iniciativa de estudio sobre el impacto de las nuevas tecnologías en la población

Concebido como un foro en el que progenitores y profesionales puedan intercambiar impresiones y resolver dudas, el Plan sobre Drogas y otras Conductas Adictivas de la Consejería de Sanidad y Consumo de la Ciudad Autónoma, en colaboración con el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, celebró ayer el I Encuentro para padres y madres sobre jóvenes y adicciones. Esta actividad está enmarcada en el programa de formación que desarrolla el área dirigida por Cleopatra R’Kaina.
Abdelhakim Abdeselam, consejero de Sanidad, recordó que las actividades impulsadas por su cartera comenzaron hace 15 años desde el ámbito de la prevención, con especial atención a la población adolescente porque se trata de la etapa de la vida en la que se madura la personalidad. “Debemos empatizar y hacer un abordaje desde la prevención y que el mundo de las adicciones no se convierta en un tabú”, señaló el máximo representante de la Ciudad en materia sanitaria.
Desde el ámbito escolar, destacó Abdeselam, la administración autonómica desarrolla múltiples actuaciones en los centros educativos a través de la distribución de material o las charlas, entre otras iniciativas. Lamentó el inicio precoz en el mundo de las drogas, especialmente en el consumo de alcohol, tabaco y cannabis, para subrayar los efectos nocivos en la salud –como las enfermedades coronarias y los cánceres– así como su relación entre los accidentes de tráfico.
Tampoco perdió de vista el consejero la adicción a las nuevas tecnologías, ya sean video juegos, redes sociales o aplicaciones, y valora un proyecto de estudio sobre su impacto en la población ceutí. Asimismo, subrayó que los recursos de la Ciudad están a disposición de todos los ceutíes.