Natural de Antequera, José Díez de los Ríos llega esta tarde a Ceuta de la mano de la Asociación Fotográfica Miradas para presentar su obra La Mirada insumisa. Se trata de una exposición fotográfica que estará abierta al público hasta el 30 de enero y que se inaugurará esta tarde a las 19.00 horas en la Biblioteca Pública del Estado Adolfo Suárez.
¿Cómo se siente al traer su exposición a la ciudad?
Para mí la verdad es que ir a Ceuta es una alegría puesto que tengo allí a grandísimos amigos y, de hecho, la Agrupación Fotográfica Antequerana está hermanada con la Asociación Fotográfica Miradas de Ceuta.
Con lo cual, es una doble alegría. Primero, personalmente, porque tanto Jesús como José Luis y Concha y cantidad de socios que son amigos personales y después también porque nuestra asociación, yo soy presidente de AFA, de la Agrupación Fotográfica Antequerana, que además está hermanada con la Asociación Fotográfica de Miradas de Ceuta.
Esta es la primera vez que llevo una exposición a Ceuta, tengo otras, pero particularmente esta es mi obra principal en la que yo tenía interés en mostrar al público de Ceuta.
Hablamos de ‘La Mirada Insumisa’. ¿Sobre qué trata esta exposición?
Pues esto es una exposición que nace en 2020, que hice en un viaje a Etiopía. En aquel momento yo sentí una fuerte atracción hacia los niños y los jóvenes que deambulaban por allí, por los territorios aquellos, pues con muchos problemas, con muchas dificultades, pero me llamó precisamente la atención la mirada y la alegría con que viven dentro de su pobreza y sus dificultades para la vida.
Entonces, cuando vine empecé a trabajar sobre eso. Son cuatro años de labor para plasmarla en 44 fotografías que son las que vais a poder contemplar en las paredes y donde la mirada es la base fundamental del recorrido visual que tiene toda la exposición.
"En este mundillo de la fotografía lo fácil es empezar, lo difícil es mantenerse. Mi consejo es que no se aburran"
Sobre todo me pareció insumisa porque es una mirada al revés, como de rebeldía contra todo lo que les rodea, toda la pobreza, la miseria que tienen, pero ya te digo, dentro de eso no hay ninguna fotografía de niños tristes ni llorando. Son niños alegres que dentro de su mundo intentan sobrevivir rebeldemente.
¿Cómo se inició en el mundo de la fotografía?
A mí la fotografía me ha gustado desde siempre, desde que yo recuerde, tener una cámara en la mano ya me producía cierto bienestar, era algo placentero que me gustaba.
Yo siempre he practicado la fotografía dentro de mis posibilidades porque al principio, pues como todo el mundo, con más o menos problemas y educar hijos y familias y tal, pues a lo mejor no tuve tanta dedicación en principio. Después, a partir de 2010, fue cuando ya exploté fotográficamente y ya me dediqué más plenamente a esto, que para mí es una afición, no vivo de la fotografía profesionalmente, ni me interesa, ni hubiese querido.
Me gusta la fotografía amateur que es la que me hace disfrutar con lo que me gusta y solamente lo que me gusta.
¿Cuál diría que es el secreto para hacer una buena fotografía?
Pues en el caso de la fotografía que a mí me gusta, que es la fotografía de reportaje, de fotografiar a la gente, el secreto está en saber tener empatía con la gente que vas a fotografiar, no molestarlos, ser empático y disparar la cámara en el momento en que ellos estén mirando el objetivo.
¿Cree que una buena fotografía te busca o la vas buscando?
No, no, la fotografía está ahí, hay que verla. Cuando salgo de viaje procuro ni siquiera mirar lo que han hecho otros autores para ir un poco virgen en el sentido fotográfico y disparar y fotografiar todo aquello que me impacte y no voy de predispuesto, en principio, a nada.
"Me gusta la fotografía amateur que es la que me hace disfrutar solamente con lo que me gusta"
A lo largo de su trayectoria ha recibido numerosos premios y reconocimientos, ¿qué significa eso para usted?
Sí, creo que tengo alrededor de 500 premios internacionales y multitud de distinciones, entre ellas la de Maestro de la Sociedad Fotográfica Americana y la de Excelente de la Sociedad Internacional de Artes Fotográficos.
Todo esto me sirve para estar motivado, para estar permanentemente motivado con la fotografía. Los premios lo que hacen es que da un poco valor a tu trabajo y hacen que te vayas superando, que cada día quieras mejorar un poquito, que cada día busques una fotografía nueva, que salgas a encontrarlas por ahí, incluso que las prepares en estudio. En fin, porque todos hemos vivido la pandemia donde no podíamos viajar, no podíamos salir, pero incluso estando en la casa tienes que estar motivado para tener buenas fotografías.
¿Qué le diría a quienes se estén iniciando en este mundo?
Que no se aburran, pues en este mundillo de la fotografía, lo fácil es empezar, lo difícil es mantenerse. Entonces, mi consejo es que no se aburran, que estén permanentemente motivados y que no dejen de pensar en la fotografía, que es una bonita afición, además haces magníficos amigos y te aporta una calidad humana que no te aportan otras actividades de la vida.
¿Algún mensaje para que vayan a visitar su exposición?
Les animo a que miren cada una de las fotografías, que miren la mirada de esos niños y que les transmitan lo mismo que me transmitió a mí el día que estuve por allí haciendo la fotografía.