En ‘El Principito’ de Antoine de Saint-Exupéry puede leerse: “Solo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos”. Pero no hace falta ningún poder especial para ver que a Jimena le encantan sus cuentos. Jimena Azel Cruz López es una niña ceutí, “con raíces también canarias”, que con apenas dos años y medio disfruta cada noche cuando su madre o su padre le leen sus cuentos preferidos.
A pesar de que aún no se expresa con claridad, ya chapurrea y “habla, a su modo, por los codos”, por lo que su madre, Regina López, la llama “la cotorrilla”. Ella es maestra de Música en Infantil y Primaria, aunque como aún no ha opositado trabaja como dependienta en un bazar.
Sin embargo, Regina vivió muchos años en Francia, donde cuidaba de los niños de una familia. “Solo podían ver una hora de tele al día, y los fines de semana los padres les dejaban ver alguna película”. Así fue como Regina decidió que si algún día sería madre, educaría a su hija igual.
“Al principio cuando se lo comenté a mi marido, le parecía muy difícil porque es cierto que hoy en día los niños nacen con un móvil debajo del brazo y los padres cada vez que se ponen nerviosos o quieren conseguir que hagan algo les dan la tablet”, cuenta.
Pero, lo cierto es que a Jimena le encantan los cuentos, sobre todo los desplegables. “Nos obliga cada noche a que le leamos un cuento. Pero ella no coge uno como la mayoría de los niños, sino que coge tres o cuatro y hasta que no se los leemos todos, no se duerme”, prosigue.
Los padres de Jimena, que con el tiempo ha adquirido el hábito de la lectura aunque aún no pueda leer por sí sola, comenzaron a leerle cuentos desde que tenía “un añito y poco y cuando ya ella hablaba algo y empezó a caminar”.
Además, Jimena es una niña “especial y muy viva” y como resultado es “muy preguntona”. “Todo el tiempo pregunta qué es eso. Le encantaba ir a su guardería. También le encanta su cole, como ella dice, y lo echa mucho de menos. Jimena pregunta por su ‘seño’ y se acuerda mucho de sus amiguitos”, explica su madre, tras lo que reconoce que “lleva fatal el no poder salir”.
Aunque cumplió los dos años en octubre, esta pequeña ceutí tiene una estantería “a ras del suelo” al lado de su cama y “cuando le apetece ella sola se coge un libro y se pone a verlo y a contárselo a sí misma”. Sus preferidos son el desplegable ‘La pequeña oruga glotona’, que fue su primer libro, y el de ‘¿Dónde está? Pequeños dinosaurios’.
A Jimena le encanta bailar, “pegar brincos” y los animales, pero también le vuelven loca los cuentos. Así que, cuando podían salir de casa, siempre llevaba algún juguete y “cuando se cansaba de jugar, le dábamos un cuento y ella se queda tranquila viéndolo”. Qué importante es fomentar la lectura entre los más pequeños y desde pequeños.
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