Jerry González: “La libertad para hacer música desapareció en Nueva York tras el 11-S”

El músico nacido en el Bronx y afincado actualmente en Madrid actuará esta noche (23.00 horas) en La Sala acompañado por ‘Los Comandos de la Clave’. González está considerado el mejor trompetista de latin jazz.

El trompetista Jerry González, considerado como el mejor exponente mundial del Latin Jazz  y heredero de grandes nombres como Dizzy Gillespie y Louis Amstrong, actuará esta noche en La Sala (23.00 horas) en el marco del ‘Latin Weekend’ acompañado por la talentosa banda ‘Los Comandos de la Clave’. Alain Pérez al bajo, Kiki Ferrer a la batería y Javier Massó Caramelo al piano forman el grupo que da vida y soporta musicalmente la propuesta del siempre sorprendente Jerry González. Todos juntos presentarán los temas de su disco ‘Avísale a mi contrario que aquí estoy yo’. Un trabajo con el que la banda ha profundizado en los orígenes afrocubanos de su música y en el jazz.
–¿Qué tienen en común el jazz y el flamenco?
–La forma de acompañar y la forma de improvisación. Se tratan de forma similar. En el flamenco se puede acompañar a un cantante y éste se puede tirar un fraseo como le apetezca. Eso es igual que ocurre en el jazz, cuando un pianista acompaña a un solo de trompeta. También son iguales el lamento del flamenco y del blues. Es por eso que yo me siento en el flamenco muy bien, porque entiendo el concepto.
–Le preguntaba lo primero porque usted es del Bronx (Nueva York). Empezaría por el jazz, ¿no?
–Por el jazz y por la rumba. Yo tengo unos aires cubanos que son mi locura.
–Ahora que dice lo de la rumba. He leído que antes tenía problemas con los percusionistas neoyorquinos porque les costaba comprender la rumba...
–Ahora han estudiado los golpes contra la caja, dónde se sitúan y cómo acompañar a los cantantes y bailarines. Es igual que el baile en el flamenco porque va mucho por zapateos. Yo lo veo muy similar. Desde mi punto de vista la base armónica es un blues.
–Todavía muy joven formó parte de la banda de Dizzy Gillespie en un momento crucial para la historia del jazz porque  acababa de grabar con Miles Davis y John Coltrane...
–Aquello fue en el 70 y estuve tocando las congas con Dizzy.  Él era una persona muy humilde, cariñosa, cuidadoso con sus cosas y didáctico. Él descubrió que yo también tocaba la trompeta y quiso sacarme al escenario. Entonces sólo llevaba cuatro años con la trompeta y tenía 18 años. Le dije que no, que cuando estuviera preparado se lo diría. Quince años después  yo tenía el grupo ‘Fort Apache Band’ y le llamé para dar unos conciertos con nosotros. Estuvimos en sitios como Filadelfia y Nueva York. Lo pasamos en grande siempre. Lo pusimos a bailar y gozarlo.
–También ha estado con otro grande como Tito Puente...
–También gocé mucho con él. Tito era otro gran personaje. He tenido la suerte de tocar con gente tan grande. Aprendí mucho con ellos. De Tito aprendí la marcha en el tumbado de la conga, que tan importante es.
–¿Qué le debe usted a Javier Limón y que le debe Javier Limón a usted?
–Él me presentó al Cigala y fue la primera experiencia que compartí con los flamencos aquí. El contacto fue tan intenso y positivo que en menos de un mes ya estaba en su estudio grabando el disco de ‘Los Piratas del Flamenco’. Fue Javier Limón quien me convención para quedarme en España porque yo tenía pensado irme después de la actuación de Fort  Apache con ‘Calle 54’.  
–Desde hace algunos años aparece usted en los discos de Andrés Calamaro e incluso de Andy Chango. ¿Le está atrayendo algo más el rock?
–He hecho cosas muy interesantes con ellos en sesiones de grabación. Aquí hay muchos músicos muy buenos y he tenido la suerte de poder compartir música con ellos. He podido meterme en sus proyectos, sentirlos y prestarme totalmente a ellos. En cuanto al rock, admito que a mi me gustan más la rumba y el jazz, quizá he tocado algo de soul. Tuve un grupo y llegamos a tocar con James Brown. Era muy joven y habríamos esos conciertos tocando funk. Había mucha improvisación muchas cosas que se abrían al jazz dentro del rock. Era más jovencito.
–En todos estos años habrá ido usted aprendiendo muchas cosas...
–Añado cosas con el tiempo. De cada experiencia se aprende algo. Si lo que hay está bueno pues da gusto. Ahora bien, si está malo cojo mi trompeta con la boca y me voy. Yo no puedo tocar con gente que está haciendo mentiras musicalmente.
–¿Cuál es su secreto para tocar tan bien la trompeta?
–Bueno hay que tocar tonos largos para entrenar un poco y añadir el sonido que uno quiere. El sonido es algo personal. Yo puedo oir una trompeta y decirte quien es por como suena, porque eso es como la voz de alguien cuando hablas con él. He estudiado tantos trompetistas que los conozco en su voz de instrumento.
–¿Sigue teniendo aquel famoso apartamento en el Bronx?
–Era la casa de mis padres.Ellos después se fueron a Puerto Rico y se quedaron allí hasta que murieron. Yo me fui a cuidarlos los cuatro últimos años de sus vidas. Fue del Bronx a Puerto Rico y de allí me vine a España.
–Usted ha dicho que “en Nueva York ya no están pasando cosas interesantes” musicalmente hablando ¿Por eso se quedó a vivir en Madrid?
–Hay cosas pasando en Nueva York, pero todas ellas se han paralizado un poco después del 11-S. Cuando cayeron las torres gemelas entró un pánico enorme en la ciudad que cambió el ambiente para la música. Antes la música era más fuerte, ahora está todo mucho más vigilado y ocupado. Hay controles de sonido y Policía oyendo el ambiente. Hasta si quieres tocar en la calle tienes que pedir un permiso. Yo me crié en Nueva York cuando podía tocar donde quería y ganar un poco de dinero. Nadie te molestaba. Ahora si te cogen en la calle te multan. La cosa ha cambiado mucho. La libertad para hacer música ha desaparecido. Antes había un ambiente musical en el que se aprendía que ahora no existe.
–¿Se siente mucho más libre tocando en Madrid?
–Sí. En todos estos años que llevo aquí no me ha parado nunca la Policía por tocar música en cualquier lado.
–Niños Josele ha dicho de usted que es el más grande y que usted le ha enseñado lo mejor del jazz. ¿Hay una retroalimentación?
–Sí, sin duda. Él me ha enseñado muchas cosas también. No hay muchos que puedan prestarse al jazz como Josele. Él necesita destacar en la improvisación de los temas de jazz. Conoce la música y es capaz de crear los acordes, pero le falta improvisarlo encima de eso. Aún así, es algo bastante difícil lograr lo que él ha logrado. Es una persona increíble ver cómo hacía los temas escuchándolos nada más.
–¿Y con Diego El Cigala?
–Ambos estamos muy conectados. El le presta el flamenco a la rumba cubana.
–¿La música se puede aprender o se nace con ella?
–Se aprende, se tiene que aprender. Hay gente que nace con cosa, pero hasta Mozart tuvo que aprender. Mi padre era cantante y tocaba la trompeta. Él fue quien me enseñó a hacer el sonido de la trompeta. Luego estaban los tipos como Louis Amstrong, Tito Puente o Machito que me enseñaron mucho.
–Cuentan que una noche estuvo usted diez horas con Louis Amstrong y Gillespie escuchando música, fumando marihuana y bebiendo alcohol...
–(Risas) Aquella fue una noche increíble. Yo era muy jovencito y estaba en presencia de aquellos dos grandes trompetistas. Louis hablaba mucho de sus tiempos en Chicago con Al Capone. Decía que éste le trataba como a un  Dios. (Risas).
–¿Qué nos puede decir de ‘Los Comandos de la Clave’?
–Son una gente tremenda. Siempre lo pasamos bien sobre el escenario y la gente se suele divertir de lo lindo. Son unos grandes músicos y una gente genial.