No es la primera vez que sucede. Aunque desde la Ciudad se nos informa de que no se tiene constancia de denuncia alguna. Y no mienten: los ciudadanos acostumbramos a denunciar las injusticias en la calle, en la tertulia, pero eso de acudir a despacho oficial y rellenar la hoja... va con menor número de personas. ¿Vacío? Eso es lo que pregunto, ¿existe ese vacío en todo lo relacionado con la recogida de animales abandonados? Los resultados nos dicen que sí. Son ya varios casos de personas que han encontrado un animal –herido o no– en la carretera, han llamado al 112 para que se active el protocolo oportuno y se han topado con la inutilidad como respuesta. Porque inútil es no saber dar una solución a la ayuda que reclama un ciudadano y provocar que, ante el vacío de actuaciones, dicha persona se tenga que llevar el animal a su casa por pura conciencia. ¿Es esa la solución? Cualquiera dirá que no, pero desgraciadamente es la que se ha tenido que adoptar en más de un caso. No estamos hablando de algo anecdótico, sino de una situación en la que están coparticipando todos dentro del margen de culpa que a cada uno le corresponde. Unos, por ser adjudicatarios del servicio y no cumplirlo como deben; otros, en el caso de la Protectora, por no actuar, aunque no sea algo de su competencia, por mera conciencia y los últimos, Sanidad, por consentir que haya denuncias públicas sobre lo que está pasando y ni siquiera se preocupe en dar el paso para confirmar que se está actuando como se debe, eso a pesar de que el PACMA haya hecho una denuncia pública.
¿Vacío?, me preguntaba. Evidentemente lo hay y las víctimas, desgraciadamente, no pueden defenderse.