¿Una mezquita sin mujeres?

Cómo es posible que se les siga haciendo el juego a esas comunidades musulmanas que ignoran a las mujeres? ¿Cómo es posible que el alcalde y su cohorte, Yolanda Bel, Mabel Deu, Premi Mirchandani, Francisco Márquez, Adela Nieto, Rachid Ahmed y Jaramillo, se avengan a asistir a actos de la comunidad musulmana en los que a las mujeres de esa religión se las margina y se las ignora olímpicamente? ¿Dónde estaba Rabea Mohamed? En su última columna Carmen Echarri lo llama gobierno de cobardes. Y a fe que se conducen como tales. ¿Cómo es posible que las mujeres del partido popular que asistieron a la inauguración de la mezquita, ya que los hombres no tienen agallas para ello, al ver que no había ninguna mujer de esa comunidad, no dejaron plantados a esos dirigentes misóginos y excluyentes? Aquí hay una hipocresía que no les cabe en el cuerpo. ¿Dónde están las feministas? ¿Dónde está la izquierda, política y sindicalista, que se reputa de progresista y que calla ante un hecho de tal calibre? Tal vez unos y otros no quieran molestar a esos misóginos musulmanes que se niegan a vivir en el siglo XXI y prefieren seguir haciéndolo en la Edad Media, marginando a la mitad de la especie humana. Estos islámicos no están por la labor, siguen en sus trece de excluir del paisaje todo lo que huela a mujer. ¡Es una jodida vergüenza! Hay que recordar aquí que de los 300 mil euros que ha costado la reforma de la mezquita de Vicedo Martínez, la Ciudad ha aportado 100 mil de todos los ceutíes.
Mientras estos ciudadanos de religión islámica sigan comportándose así, que después no se les llene la boca hablando de tolerancia, democracia, convivencia y demás lindezas, que en sus bocas suenan a hipocresía de la buena. Todos ellos fueron recibidos por el ciudadano Laarbi Maateis, presidente de UCIDCE (en donde  está integrada la comunidad). Resulta llamativo que el tal Maateis, y por tanto la UCIDCE, forma parte del Tabligh, que es una corriente del islam que aboga por la no integración plena de sus miembros, y por tanto de sus mujeres, en la sociedad que los acoge. Además, esta corriente está en el punto de mira del CNI por esa actitud de evitar la integración plena en la sociedad española.
Pero lo más hilarante y chusco es que en una entrevista al tal Maateis este dirigente se descuelga manifestando, a una pregunta del periodista Armuña, que “nosotros abogamos y apelamos por la unión, el amor, la paz y la convivencia interna, primero entre los propios musulmanes, y después pedirla a las demás culturas”.
Palabras que en su boca se nos antojan huecas y chuscas y sin contenido real y efectivo. Siempre el mismo bla, bla, bla. Siempre la misma jodida música. Parece que Maateis olvida a sus mujeres en la fe. “La convivencia interna”, ¿habrase visto tamaño despropósito? ¿Dónde estaban las mujeres en la inauguración de la mezquita para que dieran fe de la convivencia interna?
Siempre las mismas palabras, las mismas historias, las mismas chorradas y los mismos discursitos cansinos, vacíos y huecos. ¿A quiénes pretenden embaucar a estas alturas? El alcalde y sus huestes representan sus papelitos y ponen caras de circunstancias, y los misóginos de turno, con las suyas, se dedican a excluir a sus mujeres, y hasta la próxima, compañeros. Aquí paz y mañana gloria. Y el ‘alcaldesito’ a seguir circulando por ahí contando patrañas de convivencia, tolerancia y gilipolleces por el estilo que ya no cuelan. ¡Que no, Vivas, que no! Que has de cambiar el disco de la convivencia y empezar a exigir y recordarles a estos misóginos del copón que estamos en el siglo XXI y no en la Edad Media. Que ya no se funciona como estos islámicos quieren y creen. ¡Que no, alcalde, que no! Que a estos misóginos hay que leerles la cartilla y ponerlos en sintonía con la modernidad. Hay que recordarles lo de la igualdad de sexos. Les guste o no hay que exigírselos. Tienen que entrar por el aro como el resto de los españoles hemos entrado. Ahora que ya se acabó el jodido nacionalcatolicismo, que no nos vengan con el nacionalislamismo. Bastante nos jodieron la marrana los curas, los militares y los políticos franquistas para que ahora tengamos la segunda parte con el nacionalislamismo. Ya no cuelan discursitos almibarados y azucarados. ¡Que no, Vivas, que no!
No se puede circular por este mundo de hoy día con esos comportamientos y esas actitudes y con la mente puesta en los primeros profetas de la Edad Media. Así no hay integración posible y así, también, se siembran las semillas del victimismo –¡no nos quieren, nos quieren marginar, pobrecitos de nosotros!–. No es posible hacer uso de las nuevas tecnologías propias de esta era y tener una mente cerrada y anclada en el Medioevo. Si ellos quieren seguir anclados en su pasado glorioso y polvoriento que lo hagan, allá ellos. Pero que no esperen colaboración de esta sociedad para que se cumplan sus sueños medievales, imperiales, retrógrados, misóginos y fuera de toda realidad. ¡Con su pan se lo coman!