Aziz Er Rekhamy, un ciudadano italiano de origen marroquí, denuncia que su mujer, con problemas de salud a causa de lo que califica un “estropicio” médico durante el parto de su hija, que falleció nada más nacer, está “bloqueada” en Ceuta. El matrimonio vivía en una localidad cercana a Casablanca hasta septiembre del año pasado, cuando decidieron venir a nuestra ciudad a buscar respuestas debido al “dolor” que sufre desde que diese a luz el pasado abril.
Rekhamy explica a El Faro que ese mes su mujer se puso de parto en la ciudad de Khouribga, a más de cien kilómetros de Casablanca. Tras ser ingresada en el hospital de la localidad, afirma que se encontraron en una sala de parto en la que no apareció ningún médico para asistir a su mujer. “Todos eran enfermeros”, asegura. El resultado: “El peor error que hemos cometido en nuestra vida”. Al poco de nacer, tras practicar una cesárea a su esposa “sin probar el parto natural”, la hija de ambos murió debido a las complicaciones causadas durante la intervención.
“Tardaron demasiado tiempo para hacerle dar a luz de manera normal, con un esfuerzo enorme que provocó que la niña, recién nacida, muriese. No consiguió respirar”. Perdieron a su hija, pero ahí no acabó el suplicio. Ella empezó a sentir unos “dolores enormes” en la parte baja de la espalda.
Estas dolencias le empezaron a afectar en su vida diaria. “Trataba de andar y no podía alcanzar a caminar de pie”. Cuando comenzó a agravarse el estado de salud de su mujer, Rekhamy empezó a preguntar en todos los sitios. “Pero uno me mandaba a un lado, el otro a otro”. Nacido en la región de Labruzzo (Italia), y de padres marroquíes, Rekhamy acudió al consulado italiano con la esperanza de obtener una salida a lo que, hasta el momento, eran puertas cerradas. “Formulé una petición de visado para mi mujer, y me la concedieron a los pocos días, con un mes de validez para todo el territorio Schengen”.
Una vez con el visado en la mano, deciden dirigirse en coche hasta Ceuta en busca de alguna solución. En nuestra ciudad, Rekhamy explica que solicitó la residencia para su mujer, que sigue en trámite desde el 13 de septiembre. Luego procedió a pedir la Seguridad Social, pero debido al malestar creciente de ella, en lugar de esperar a tener un número e ir al ambulatorio, decidió llevarla al Hospital Universitario en vista de que cada vez iba a peor.
“Le ingresaron por veinte días. Porque mi mujer acumuló un montón de problemas en la espalda. Se le generó una gran infección del sacroiliaco. Tenía una infección peligrosa, también tenía inflamación en esta zona”. Al salir, la infección remitió, pero no los dolores que le impiden hacer una vida normal.
A día de hoy, el matrimonio sigue sin averiguar qué le ocurre exactamente a la mujer, que vive a base de calmantes para aplacar un dolor que “apenas le deja andar”. La doctora que tienen asignada en su ambulatorio asegura que les dijo que tendrían que ir a Cádiz para más respuestas.
“Llegó a decirme que nos fuésemos a Marruecos o a Italia para saber qué le ocurre a mi mujer”, denuncia Rekhamy, que tiene claro que no volverán al país vecino porque el visado concedido ya caducó. Por otra parte, tampoco pueden ir a Italia ya que ella no tiene aún la residencia. “Me parece muy extraño que Extranjería no nos dé una respuesta. Ella es marroquí y tenemos un certificado de matrimonio expedido por Italia”.
“Estamos en febrero y seguimos igual, no tenemos una respuesta y mi mujer está bloqueada aquí. No podemos ir a Marruecos. Si queremos ir a la Península, no podemos tampoco porque la residencia todavía no está aceptada. Estamos bloqueados aquí, es una situación increíble”, reconoce indignado.
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