El pequeño Ismail ha sido enterrado este jueves en el cementerio de Sidi Embarek. Ha sido un entierro difícil. La vida sorprende de esta manera, cuesta entender la pérdida de quien era solo un bebé, un pequeño que luchó hasta el final acompañado de su familia. Se ha ido un ángel, un luchador, un pequeño al que la leucemia le arrebató la vida, pero un pequeño que consiguió despertar la solidaridad de muchas personas que habían ayudado con lo que podían en esa lucha encarnizada por conseguir su curación.
Este bebé tetuaní logró despertar esa cadena solidaria, se le trasladó de Ceuta hasta la Península, falleciendo en Málaga en donde había sido trasplantado de médula. Ahora su cuerpo descansa en el cementerio de Sidi Embarek, tras las gestiones realizadas por la funeraria Al-Qadar para dar sepultura al pequeño en nuestra ciudad. Su familia hubiera querido un entierro en Marruecos, pero las restricciones sanitarias obligaron a cerrar fronteras como también obligaron a que en la última despedida al pequeño Ismail solo hayan podido estar algunas personas cercanas. La grabación del mismo servirá para que la familia pueda al menos ver cómo fue el último adiós del pequeño.
Ya lo decía su abuela Amina, ahora Ismail ha dejado de sufrir, ahora ya descansa, aunque deja un hondo pesar principalmente en sus seres más cercanos, en su madre que siempre estuvo a su lado. Pero también entre todos los que pusieron su pequeño grano de arena por conseguir una oportunidad. La solidaridad en mayúsculas se hizo grande, se hizo fuerte por este pequeño.
Los trabajadores del cementerio de Sidi Embarek, la funeraria, los asistentes a este último adiós han arropado a Ismail en el entierro y han sentido como todos los que conocieron al pequeño ese lamento, esa pena que te deja el cuerpo roto, el corazón helado y la mente sin encontrar respuestas a la cascada de preguntas que siempre asoman cuando la vida, sencillamente, se encuentra demasiado rápido, injustamente rápido, con la muerte.