“Irresponsables seríamos si nos quedásemos quietos”

{jaimage crop="TC" /}Presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Padres de Alumnos (CEAPA) desde hace dos años, Jesús María Sánchez Herrero (Palencia, 1958), defiende con pasión las razones que han llevado a la organización que lidera, la más representativa del país, a convocar, para el próximo jueves, una huelga general en la enseñanza junto a sindicatos docentes y representantes de los estudiantes.
–Familias, profesores y alumnos promueven por primera vez un paro educativo este 9 de mayo. ¿Tan grave es la situación?
–En octubre ya convocamos una huelga desde CEAPA, aunque esta es la primera vez que lo hacemos junto a los representantes de los profesores y del alumnado. ¿Por qué? Porque los recortes del anterior Gobierno y, sobre todo, de éste, han llevado la situación a un punto insoportable. Si de algo puede presumir el ministro Wert es de habernos puesto a todos de acuerdo en contra de la LOMCE.
–¿Por qué es tan malo ese texto? ¿Cómo se lo explica a los padres de cualquier compañero de sus hijos en el colegio o el instituto?
–De una forma muy sencilla. El anteproyecto de la llamada Ley Orgánica de Mejora de la  Calidad de la Educación nace con un profundo carácter ideológico que amenaza con retrotraernos a lo que algunos conocimos antes de 1970, a las pruebas que servía para impedir a la mayoría, sobre todo a los más humildes, acceder a Estudios Superiores. Quieren una Educación para las élites, no para todos. A los padres de los compañeros de mis hijos se lo resumo muy claro: si tienes un hijo, quizá pueda ir a la Universidad. Si tienes más, muy probablemente te verás obligado a elegir cuál tiene la oportunidad de hacerlo.
–Dicen que es irresponsable vaciar las aulas
–Lo irresponsable sería que, ante esta amenaza, los padres y las
madres nos quedásemos quietos.
–También dicen que la suya es, en realidad, una motivación política.
–A la CEAPA se la tilda habitualmente de estar cerca de la izquierda y no es así. A los hechos me remito: en 2008, en Tenerife, elaboramos un documento con una crítica muy seria a la Ley Orgánica de la Educación de 2006 aprobada por el PSOE.  
–Si no les gustaba la LOE y tampoco la LOMCE, ¿cuál es su alternativa?
–El sistema educativo se puede mejorar. Mucho. Tenemos que tomar los indicadores internacionales para ver que hemos avanzado mucho, aunque no sea suficiente, y para sentarnos con todos los agentes de la comunidad educativa y, tras un análisis sosegado, tomar decisiones. Si la LOE ha sido tan mala... ¿cómo es posible que algunas autonomías estén al nivel educativo de los países más avanzados de nuestro entorno y otras tan retrasadas? Porque los niños, los padres y los profesores no somos los culpables. Lo son los gestores.
–¿Y qué pide CEAPA?
–CEAPA pide más inversión en Educación Pública. Y más y mejor formación, inicial y continuada, del profesorado. Nadie es valiente con el tema de los docentes para seleccionar a los mejores, para pagarles más, para implantar algo parecido al MIR sanitario... CEAPA reclama que la red de centros concertados sea subsidiaria de la pública y que el derecho de todo menor a la Educación, con independencia de sus condiciones sociales y económicas, esa una realidad.
–¿Qué quiere decir con que los centros concertados sean ‘subsidiarios’ de lo público?
–La escuela pública, para serlo, debe compensar las desigualdades sociales y disponer de todos los recursos necesarios para lograrlo. Los centros con iniciativa privada nunca pueden sustituir a los públicos porque siempre tendrán un criterio sesgado y limitado, ya sea por razones ideológicas, económicas o sociales.
–¿Los padres tienen alguna autocrítica que hacerse?
–Los padres tenemos que colaborar con los docentes. Hay que desterrar esa supuesta rivalidad que a veces se intuye. Nosotros somos los responsables de su educación y corresponsables de la formación que reciben. En sentido inverso, los maestros son responsables de su aprendizaje y corresponsables de su educación. Tenemos que inculcar a los niños el respeto al profesor como referente pero, sobre todo a ciertas edades, la clase política, cuando desprestigia y deprecia a los docentes, nos ayuda muy poco a conseguirlo.