¿Quién escucha los gritos?

Leo el artículo de Carmen, directora de este medio,  titulado “Cuando el barrio grita” e irremediablemente pienso, y añado: …el barrio grita pero parece que los que gobiernan son los únicos que no quieren escuchar esos gritos, tal vez, porque vive en una realidad paralela, pero no en la de las personas que relatan desesperadas su día a día en el barrio donde nacieron, crecen, viven y mueren.  Sienten preocupación por el futuro de sus hijos e hijas, como cualquiera de nosotros, pero especialmente temerosos de la influencia que puedan tener todas las carencias de la barriada (biblioteca, transporte público, inseguridad, etcétera) en su porvenir.
Relatan que sienten miedo, ¿acaso usted no lo tendría si supiera que en cualquier momento del día alguien encapuchado puede salir a la calle a pegar tiros?
Sienten angustia por no saber si, realmente, alguien hará algo para solucionar todos los problemas que tienen, y sé que se preguntan ¿qué más tiene que pasar para que alguien haga algo?
Escuchar tiroteos no es algo normal, no podemos permitirnos que los niños y las niñas del príncipe lo terminen viendo así porque es perjudicial para ellos y para todos los que vivimos en esta ciudad.
Parece que ahora el presidente de la ciudad y su séquito ya no están tan interesados en subir a hacerse una foto paseando por la barriada, con la de imágenes que protagonizaron hace apenas unos meses… Lo más importante es reconocer que todos tenemos un grave problema formado por todas las carencias y necesidades de la barriada y que debemos ponernos a trabajar para resolverlos ya.
Que suban y que tomen buena nota de la opinión de esa parte del pueblo que se siente marginada y de segunda. Desde los despachos oficiales se pueden hacer muchas teorías, pero nada mejor que ir al terreno de actuación para ver que muchas de ellas son inviables y que muchas veces, los vecinos y vecinas son quienes mejor pueden asesorar respecto a la problemática que les afecta tan directamente.
Lo dicho para el gobierno local va también para los representantes del gobierno central en nuestra ciudad: por favor no le intenten quitar importancia a un problema tan grave ni nos digan que lo mejor es que el príncipe se transforme en las tres mil viviendas de Sevilla porque nos ofenden.
Termino estas líneas deseando un Ramadan Mubarak para toda Ceuta y, especialmente, para los musulmanes y musulmanas que cumplirán con lo prescrito durante este mes esperando que nuestras plegarias y nuestro ayuno sean aceptados.