La sentencia dictada por el titular del juzgado número 2 en torno a uno de los tiroteos más cruentos acontecido en la Ceuta de finales de los años 90 que dejó herido de bala a Ismael Hamed Mohamed vuelve a dejar en el aire su autoría. Los únicos acusados en esta trama quedan absueltos y se vuelven a repetir los mismos parámetros que se ya se expusieran durante dos meses en la celebración del juicio por la muerte de Kimbi. Testigos que olvidan, contradicciones, coartadas (algunas más curiosas que otras), testimonios débiles y una investigación policial tan endeble que permite, de nuevo, que quienes efectuaron los disparos contra el joven Ismael sigan, años después, sin su castigo. En su sentencia el juez deja claro que existió un atentado en toda regla, que alguien o varios quisieron darle algo más que una advertencia a la víctima. Y así fue. Lo que pasa es que, a diferencia de Kimbi, ésta puede contarlo. ¿Quién disparó a Ismael? Según el titular del juzgado número 2 no fue ninguno de los encausados, por eso los absuelve. ¿Quién mató a Kimbi? Según el Tribunal Supremo no fue ninguno de los que se sentaron durante meses en el banquillo de la Audiencia Provincial. La Policía no pudo dar con quienes efectuaron las distintas ráfagas de disparos elaborando una investigación sustanciosa para que ningún juez tuviera dudas sobre la autoría. No fue así y hoy se escribe otra página negra de los sucesos sin resolver que marcan el devenir delictivo de Ceuta. Lo que sucedió en aquellos finales de los noventa, con años en los que se superó la veintena de tiroteos, queda marcado por la ‘ley del silencio’ y por la falta de sentencias que consigan acallar el dolor de las víctimas. La pequeña Sicilia, como la bautizara el ex delegado del Gobierno Luis Moro, dejó páginas y páginas escritas de acciones criminales que siguen sin saldarse con sentencias condenatorias que permitan llevar a prisión a quienes las cometieron.
El juicio de Ismael, celebrado la semana pasada, retrotrae la historia del ‘Kimbi’, a la que se intentó buscar sentencia en el año 2006. Otros han quedado en el camino, como el crimen del ‘Pejeta’, que nunca pudo dar lugar a la celebración de un juicio en condiciones para saber quién asesinó a este adolescente cuyo error fue querer crecer demasiado rápido entre negocios de adultos.
Con una Ceuta que avanza marcada entre tiroteos a los que la Policía tampoco puede dar carpetazo, los enfrentamientos con uso de arma de fuego siguen dando que hablar, dando pie a tramas, acusaciones, denuncias falsas y demás. Nadie sabe o quiere saber quién fue el que quiso matar a Ismael, ni quien mató a ‘Kimbi’ o a ‘Pejeta’. El círculo no termina de cerrarse por eso las heridas amenazan con manar sin previo aviso.