¿Qué hay detrás del contenedor amarillo y del contenedor azul?

Para hacer frente a esta situación desde la UE se puso en marcha en 1994 la directiva Europea relativa a la gestión de los residuos de envases con la que se trató de que todos los países miembros pusieran en marcha medidas para la recogida la recuperación y el reciclaje de sus envases una vez que estos se convertían en residuos.
Como consecuencia, en 1996 se creó en España Ecoembes, la entidad sin ánimo de lucro que gestiona la recogida y el reciclado de los envases que depositamos en el contenedor amarillo y en el contenedor azul.
En concreto Ecoembes, es un sistema integrado de gestión cuya función radica en poner de acuerdo a todos los agentes que están implicados en el reciclaje de los envases. Por un lado están las empresas que ponen envases en el mercado y que soportan, a través del Punto Verde, el sobre coste de la recogida de estos dos contenedores. En este proceso también están implicadas las entidades locales y los ayuntamientos que se encargan de que sus ciudadanos puedan acceder fácilmente a dichos contenedores y de la recogida y el mantenimiento de los mismos. Y finalmente está la sociedad, que separando sus envases en sus hogares hacen posible el reciclaje de los mismos.
Con este pequeño gesto de cada uno de estos sectores se consiguen reciclar miles de envases al año. Según las cifras de Ecoembes, en 2011 se reciclaron más de un millón de toneladas de envases, lo que equivale a unos cerca de 81.000 envases. Si analizamos esta cifra en relación a los envases que se pusieron en el mercado, la cifra es más que positiva, pues en nuestro país reciclamos el 68% de los envases, es decir, se reciclan 7 de cada 10 envases que se consumen.
Esto sitúa a nuestro país entre los más concienciados de Europa. Al hablar de reciclaje, España está en la misma línea que países pioneros como Francia, Reino Unido, Suecia, República Checa o Noruega.
Una nueva vida
para los envases
Gracias a su gestión y su supervisión, Ecoembes facilita que se le pueda dar una nueva vida a los envases una vez que estos dejan de sernos útiles. Así, una vez que tratamos el plástico PET, que es el que encontramos en las botellas de agua mineral, podemos hacer un forro polar o una moqueta. Mientras, con el plástico PEAD, el que se utiliza para los envases de productos de limpieza podemos hacer nuevas botellas de lejía o tuberías. Con el plástico film reciclado podemos obtener bolsas de basura y, después de someter a procesos de fundición el acero y el aluminio, podemos fabricar bicicletas o carrocerías de automóviles. Finalmente, los envases de papel y cartón, así como los papeles que reciclamos se pueden volver a utilizar como papel, para hacer bolsas o para fabricar hueveras de cartón.
Más concretamente, reciclando 80 latas de refresco podemos hacer una llanta de bicicleta, con 6 briks de leche o zumo se puede hacer una caja de zapatos, con 40 botellas de plástico se puede hacer un forro polar y con el reciclaje de 8 cajas de cereales se puede hacer un libro.

Ecodiseño para crear
envases más sostenibles
La prevención en la generación de residuos es importante puesto que contribuye a reducir el volumen de residuos y también implica un ahorro de materias primas y energía.
Por ello, siguiendo la premisa del mejor residuo es aquel que no se genera, desde Ecoembes se trabaja con las empresas para que reduzcan el impacto ambiental de sus envases. A través de distintas iniciativas las empresas pueden emprender acciones orientadas a la reducción del peso de sus envases, la reutilización de los mismos o la incorporación de materia prima secundaria a su composición. Gracias a este tipo de actividades se han ahorrado 100.000 toneladas de materias primas en los últimos tres años.
Por ejemplo, una botella de agua ha disminuido su peso un 12% en los últimos 10 años y una lata de refresco un 17%. Otro ejemplo de este tipo de medidas es que muchos envasadores han comenzado a utilizar plástico reciclado en sus botellas o plástico de origen vegetal.

La importancia de separar correctamente

Los españoles estamos muy concienciados con el reciclaje. Según el estudio de hábitos que cada año realiza Ecoembes, el 84% de los ciudadanos separa en sus hogares los distintos residuos que genera con el objetivo de facilitar su posterior reciclaje.
En este sentido, cada ciudadano depositó en 2011 de media, 11,3 kilos de envases ligeros en el contenedor amarillo y 18 kilos en el contenedor azul.
Pero, ¿qué es lo que hay que depositar en cada contenedor? Los envases que de plástico como por ejemplo los botes de champú o jabón de ducha, las botellas de agua o de aceite, así como las latas de refresco o de conservas, y los briks de leche o zumo hay que tirarlos en el contenedor amarillo.
Mientras, los envases de papel y cartón como las cajas de galletas o de cereales se depositan en el contenedor azul.
Teniendo esto en cuenta y aunque cada vez lo hacemos mejor, todavía seguimos cometiendo algunos errores a la hora de separar en nuestros hogares. Por ejemplo, una cinta de VHS en el contenedor amarillo o un juguete pueden provocar daños en las máquinas de separación de materiales que paralicen el proceso de reciclaje.
Objetos de plástico que no son envases como perchas o pequeños electrodomésticos son algunos de los principales errores que se suelen encontrar en el contenedor amarillo. Así como ropa, CD’s, cintas de video o audio, pañales o envases de otros materiales como cartón o vidrio.