¿Qué hacemos con las cabañas?

Nos hemos metido en una especie de círculo vicioso que nos convierte en seres incompetentes a la hora de resolver problemas. Y así nos topamos con lo que ahora está sucediendo en los montes del Jaral. Una parte de la población inmigrante del CETI ha decidido salir del centro y planificarse su propio estilo de vida. Construyendo chabolas y cabañas han ocupado parte del monte en donde realizan sus hogueras y viven su propia vida carentes de control. ¿Qué hace ante esto la administración? Poner la ley por delante, decir que la cumple, y dejar que el problema siga presente e incluso vaya a más. Nos hemos colocado nuestras propias trabas para escudarnos en la normativa para lo que queremos o nos interesa, en una burda manera de curarnos en salud por si ocurre algo.
Sea de la forma que sea, estamos convirtiéndonos en testigo de una situación de riesgo para los propios inmigrantes y para el resto de la ciudadanía. Las prácticas basadas en la temeridad que se estilan en el interior de estos asentamientos -con realizaciones diarias de fogatas- aporta un factor riesgo que no puede ser eliminado de un plumazo con una mera declaración institucional. Claro que don José cumple la ley con su postura de no actuar, ¿pero la cumple también con su postura de mantener esta situación de riesgo? Tenemos experiencias de accidentes, existen informes sociales y policiales que han puesto las alertas en torno a estos asentamientos y nos manda una administración que se ciñe al lenguaje de lo políticamente correcto esperando que los milagros sucedan diariamente.
Con estos razonamientos no se trata de criminalizar al inmigrante, ni siquiera de provocar una acción de intromisión policial como la que se ha producido en otras ocasiones. Se trata sencillamente de plasmar una realidad que todos vemos y a la que todos rodeamos sin coger el toro por los cuernos para evitar problemas. Cuando las administraciones han querido hacer interpretaciones de la ley para alcanzar un determinado fin lo han hecho. ¿Si no cómo llaman a las detenciones vía resolución de don José de la ristra de subsaharianos con cartones incluidos que representaban una violencia moral según la Policía?
Aquí, por las razones que sea, se ha optado por una calma, un dejar pasar y una inacción peligrosa. Porque hay riesgos, porque hay normas que no se cumplen, porque hay atentados medioambientales permitidos y porque hay una administración que todavía no se ha aclarado cómo abordar el fenómeno migratorio.