Se ha escuchado mucho hablar de él. Se ha dicho que es una enfermedad, un trastorno mental, que pudo afectar a la psique de Ángel José para llevarle a cometer el crimen, que no... Por eso ayer, ante tantas dudas, resultó importante conocer, en la sesión de tarde, las opiniones de dos psiquiatras. Y no dos cualesquiera, sino la psiquiatra infantil llegada de Algeciras que trató al acusado en los últimos cuatro años y la del doctor Carrión, que le exploró 24 horas después del crimen manteniendo una entrevista de más de 70 minutos con él.
La testifical de la primera fue importante para que el jurado conociera algo mejor el perfil del acusado. La profesional, que lleva tratando a Ángel José desde que tenía 14 años, narró cómo cuándo llegó a su consulta de Algeciras era un paciente “muy agresivo”, que con el tiempo y el tratamiento fue reaccionando de manera satisfactoria.
Ella se encargó de aclarar que el Asperger es un trastorno del desarrollo a nivel cerebral que provoca que quien lo padece tenga una disfunción a nivel de relaciones sociales. Esto significa que tiene problemas de empatía, de entender los sentimientos y de poder manifestarlos. Expuso con ejemplos cómo se trasladaba esto a la figura de Ángel José. Así éste no entendía por qué se metían los chicos con él en el colegio, así que respondía de manera agresiva. Por su trastorno, no entendía a los demás, padeciendo una rigidez de pensamiento, teniendo intereses limitados y repetitivos. “Hasta que no se salía con la suya no paraba”, sentenció, llegando a recalcar que se trataba de un paciente que se “obsesionaba con las cosas”. Su capacidad intelectual no está afectada pero sí su inteligencia emocional o su voluntad.
En la unidad mental de Algeciras, el acusado “mejoró muchísimo”. Así fue hasta que dejó de ir y de medicarse. Aseguró la profesional que dejar la medicación es lo peor para cualquier paciente, pudiendo dispararse su nivel de agresividad.
A preguntas del Ministerio Fiscal no vinculó el que padeciera el síndrome de Asperger con la comisión del crimen, pero sí hizo hincapié en que la falta de medicación es determinante. “Él sabe lo que está bien o mal, pero se obsesiona”, apuntó, matizando que mientras estuvo bajo su tutela médica nunca padeció episodios de delirio.
A preguntas de la Defensa, la psiquiatra aclaró que una persona con síndrome de Asperger tiene dificultades en la organización y que ante una frustración puede reaccionar con violencia. ¿A qué se debían estas preguntas? Para Abderrahaman era necesario obtener esas respuestas para defender que su cliente no era capaz de planificar la muerte de su padrastro y que pudo reaccionar clavándole el cuchillo por un arrebato ante la situación desesperante en la que vivía.
“Él nunca me comentó agresividad hacia su padrastro, tenía dificultad para entender los sentimientos”, añadió. El psiquiatra Carrión, que fue quiense entrevistó con el acusado 24 horas después del crimen durante una entrevista de más de 70 minutos, ofreció un testimonio que sirvió para clarificar el perfil de Ángel José. Dijo que el acusado tendía a racionalizar sin intención de engañarse, justificando las acciones. Desde un primer momento reconoció ante el psiquiatra que había matado a su padrastro, pero lo hizo sin demostrar emociones a través de sus expresiones faciales. Algo que le llamó la atención al médico. “Decía que no tenía que haberlo hecho pero que ya estaba”, apuntó, haciendo mención a que le llamó la atención el hecho de que no mostrara sus emociones.
El médico ceutí confirmó que se trata de un Asperger, que tiene una capacidad intelectual normal pero que capacidad de voluntad tiene mermas. ¿Cuánto? Optó por no hablar de calidad sino de la cualidad de esas mermas. Así que el acusado fue definido como una persona con limitaciones, una persona que no puede ser tratada como normal porque no lo es, que llamaba la atención por su frialdad y que únicamente mostró pena por su hermano pequeño.
Un médico y un psicólogo de Huelva que prestaron declaración por videoconferencia y que vieron al acusado un año después del crimen destacaron que no interpretaba adecuadamente la realidad y que hicieron constar en su informe que el “ambiente familiar” en el que se encontraba estaba muy “desestructurado” marcado por la violencia, incluso física, y el maltrato.
Apuntaron a una situación de conflicto de la que el acusado no podía salir y buscaba una solución para hacerlo. Ambos definieron el contexto de vida de Ángel José como “muy duro”. En la sesión de ayer y a petición del Fiscal se visionó un video del interior de la casa en donde se cometió el crimen que dio una idea de cómo éste vivía. El acusado no lo quiso ver e incluso se puso a llorar. Destaca que en la sesión de ayer tarde acudieron familiares y amigos del acusado, que pudieron hablar unos minutos con él, bajo permiso judicial, y que se mostraron muy emocionados. El acusado les lanzó un beso y les sonrió mostrándose muy emocionado. Con gestos les dijo que estaba bien y que se tranquilizaran. Sus amigos y familiares dijeron que era una injusticia lo que estaba pasando porque el maltratado era Ángel, desde pequeño, habiendo días en que ni comía ni tenía sitio donde dormir.
Fotos: Quino