¿“Pelotas” o “sinceros”?

Cuando se escribe en un periódico de tirada nacional, se corre el riesgo de que tilden de ser de derechas o de izquierda, porque rara es la vez que te permiten ser imparcial dada la editorial de cada periódico, con lo que a esos niveles ya se están exponiendo ideas política propias, lo que le lleva a mas de uno a seguir el discurso impuesto, bien sea para conservar el puesto de trabajo o bien porque lo comparte. ¿Pero que pasa cuando esta practica se lleva a cabo a niveles menores, como son los casos del provincial o el local?, la respuesta suele ser fácil ya que las circunstancias apremian y las hipotecas, el que las tenga, hacen tragar a mas de uno carreta y carretones.
Y esto viene a cuento porque cuando se escribe con la verdad por delante, hasta los mismos responsables mediáticos, se hacen eco de las sugerencias que se les hace, experiencia propia pues jamás he encontrado problema alguno a la hora de que mis artículos sean publicados en los diferentes periódicos locales.
Ahora bien, pero en una tierra no exenta de problemas, raro es que todo sea perfecto, y no aparezcan pronto algún que otro inconveniente, sobre todo cuando aparecen los cuatro pillos de siempre, por llamarles de alguna manera, que lo único que van buscando es sacar algún beneficio de cualquier tipo de arca, ya sea municipal, nacional o europea, siendo lo mas grave del asunto el hecho de que los responsables de que esto no sea así, les permiten que hagan de las suyas.
A ver si alguien con cierto grado de sensatez, puede darnos algún tipo de explicación sobre el cambio tan radical, en un tema de suma importancia en lo que al medioambiente local se refiere, como lo es el de la planta de biodiesel y al de la tan cacareada inversión holandesa, que no sea el del mas que cuestionable almacenaje de metanol, máxime cuando este argumentario queda desecho con solo constatar la presencia en la zona elegida para su montaje, de la Planta Asfáltica o las instalaciones petroquímicas de Ducar o Cepsa. Desde luego que no la tienen, pues seguro que hay algo más que la mayoría de la ciudadanía no conoce y además no se tiene interés alguno en que así sea. Cosa de “pillos” seguro que sí.
Mientras tanto la oposición al gobierno, ni esta ni se les espera, me refiero a la que tiene asiento en la asamblea, aunque también es cierto que por su escasa presencia, a lo más que llegan es a conservar un precario derecho al pataleo. A pesar de ello y aunque la oposición se tenga que hacer desde posiciones extraparlamentarias, la exigencia de explicaciones a nuestros gobernantes debe ser contundente, al objeto de  que se esclarezcan muchos puntos negros como este y sobre todo disipar dudas sobre lo que realmente se hace con nuestros impuestos, con las subvenciones provenientes del gobierno central o de la Unión Europea, porque situaciones como la expuesta indignan hasta al mas pasota de los ciudadanos, mas aun si se es consciente de la cantidad de dinero, tal y como están las cosas, que se nos va en un Capitulo I que para los neófitos en el tema, es donde se recoge, entre otras, la partida presupuestaria para pagar al personal del ayuntamiento. Un personal, que interino en su mayoría, ni me acuerdo ya de cuando se saco una oferta publica de empleo como Dios manda, esta sujeto a las redes clientelares del partido en el poder, haciéndolo a él y los suyos sumisos en el voto del que con el dinero de todos les paga.
Eso sí por no hablar de los dispendios en comidas y agasajos varios a nuestros mayores, que aun siendo merecedores de ello, también se les debe hacer saber que quien corre con los gastos somos todos los ciudadanos, incluidos ellos mismos y no los miembros del partido que nos gobierna, que quede claro.
De ahí que aludiendo a un dicho popular que dice  “que estando bien comido y bien bebido, todo lo demás son fantasías o ilusiones” observamos que es precisamente a esta ultima a donde se suelen agarrar los pillos de los que de vez en cuado hablo en mis escritos, y quienes en mas de una ocasión las hacen realidad, sobre todo cuando se merodean a esos políticos que carentes de ética no deberían estar donde están.