Investigan la ruta de la comida cocinada que se repartía en el paseo de Benítez

La Consejería de Sanidad insta a los organizadores de estos almuerzos a que cesen la actividad. El equipo de inspección alimentaria de la Consejería de Sanidad, acompañado de una unidad de la Policía Local, se personó ayer en las instalaciones de una entidad que, presuntamente, forma parte de la cadena de actores que intervienen en la preparación de la comida que cada sábado se reparte en el paseo de la playa de Benítez sin control sanitario, tal y como denunció la Asociación de Vecinos de esta barriada.
Las autoridades instaron a los integrantes del colectivo a que interrumpan esta actividad debido a los perjuicios descritos por los residentes en el barrio, además de suponer un riesgo para la salud pública en caso de que los productos se encuentren en mal estado o hayan sido cocinados en un lugar que no reúne las condiciones establecidas en la normativa vigente, según las autoridades sanitarias de la Ciudad Autónoma.   
El proceso de preparación, según informó la Consejería, comenzaba en el monte, donde un grupo de subsaharianos hacía la comida, quienes probablemente son residentes en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes, CETI. Una vez lista, una asociación transportaba los alimentos en una furgoneta hasta el paseo paralelo a la playa de Benítez, punto de encuentro de inmigrantes que recogían su ración. Una práctica que se ha prolongado a lo largo del invierno una vez a la semana, según se quejaron los vecinos.
El origen de los productos empleados para su elaboración está en el Banco de Alimentos, según los participantes en esta inspección. Pedro Mariscal, presidente de esta asociación, negó rotundamente esta afirmación y aclaró que el funcionamiento se basa en la transparencia. El portavoz de esta asociación benéfica suministra productos solo a Cáritas de San José, San Juan de Dios, Santa Teresa, Septem Solidaria y Hermanas Adoratrices, y son estas cinco las que se encarga de distribuirlos a personas acogidas con una ficha en la que se especifican los motivos por los que reciben esta ayuda.
En cuanto a la manipulación de los recipientes y los platos en los que se sirve la comida, los cuales eran lavados en el mar, Sanidad advirtió a quienes participan en esta infracción que la zona de baño nunca ha sido un lugar para enjuagar estos utensilios. No obstante, la Ciudad Autónoma admitió que los organizadores de estos almuerzos, que fueron concebidos como una forma de ocio, emprendieron estas acciones llevados por la solidaridad y el altruismo pero ignorando la normativa de seguridad alimentaria.
“La playa, con el buen tiempo que estamos teniendo, está llena de ceutíes que vienen a disfrutar del día y, cuál es su sorpresa, que se encuentran esta situación. Estamos dando muy mala imagen de nuestra ciudad”, criticaron los vecinos os de Benítez, quienes pidieron la semana pasada que las autoridades competentes tomaran “cartas en el asunto” y su intervención para cancelar estos repartos de alimentos en el paseo marítimo en la zona.
Sanidad confía en que la situación deje de repetirse de forma definitiva.