Sindicatos sanitarios y policiales analizan las carencias en infraestructuras, la falta de personal de vigilancia y la necesidad de restringir más áreas en el Hospital Universitario.
El familiar de un ingresado en el Hospital Universitario verbalizó la semana pasada, a través de una carta abierta, el abandono y la impunidad con la que personas ajenas a la plantilla se mueven por el clínico y que, en multitud de ocasiones, los usuarios han criticado en sus visitas a las instalaciones del Ingesa en Loma Colmenar.
El Sindicato de Enfermería (SATSE) presentó en septiembre de 2010 una denuncia al respecto ante el Comité de Seguridad y Salud del Hospital Universitario, “por el riesgo que supone trabajar en esas condiciones ya que puede entrar cualquiera y agredir a los empleados como ha ocurrido”. A pesar de que han transcurrido cuatro años de aquel escrito, indicó Elisabeth Muñoz, su secretaria autonómica, desde entonces no se han tomado medidas adicionales a las que ya existían en aquel momento.
Los accesos al recinto hospitalario son “tan vulnerables” como en 2010, señaló esta representante de los trabajadores aunque, reconoció, es cierto que se ha restringido el paso a determinadas zonas como Urgencias, Psiquiatría, Cirugía Menor Ambulatoria (CMA), Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y Partos mediante tarjeta de acceso, “sigue existiendo entrada de personas ajenas a la organización a servicios tan importantes como el Servicio de Quirófanos, donde han llegado a entrar, y los puestos de control de Enfermería siguen estando totalmente abiertos con lo que se producen agresiones al personal que trabaja en las plantas de hospitalización”. Un riesgo que se incrementa con los últimos tiroteos, añadió.
Ángel Lara, secretario general de la Federación de Sanidad de CCOO, admitió que el Hospital está bien dotado en cuanto a cámaras de videovigilancia, sin embargo, “un único efectivo se encarga del control de 80 o 90 pantallas en el mismo monitor y siempre hemos demandado un vigilante más”. Tachó de “ridícula” la plantilla de seguridad por sus dimensiones, “nunca por su labor”, e insistió en la necesidad de “reforzar su presencia como medida disuasoria”, para lo cual plantea realizar una estadística por áreas en las que se registran más incidentes.
El comisionista protestó porque, aprovechando la seguridad en el centro hospitalario, la Gerencia ha establecido una serie de “medidas absurdas”, antes de no reprochar al Ingesa que el familiar de un trabajador o de un paciente pueda entrar en el aparcamiento a dejar a alguien para evitar las precipitaciones o cruzar la plaza delantera.
Por su parte, Antonio Villaverde, delegado de prevención y personal de esta sección comisionista, lamentó que Ingesa mantenga el mismo personal de vigilancia desde que el Hospital se trasladó a su nueva ubicación, que son entre cinco y seis como máximo dependiendo del turno que se trate y con localizaciones concretas.
El SUP apuesta por instalaciones específicas para presos y detenidos Jesús González Miaja, secretario provincial del Sindicato Unificado de Policía (SUP), ha reclamado en numerosas ocasiones diversas mejoras en las instalaciones hospitalarias para la atención de detenidos, presos y su separación del resto de pacientes. Por una parte, esta representación de los trabajadores considera fundamental una Unidad de Acceso Restringido (UAR) para custodias modulares, es decir, personas que tienen que estar en el Hospital y están en custodia de centros penitenciarios. Por otra parte, este sindicato apuesta tanto por la habilitación de salas tanto en Urgencias como habitaciones en planta para los detenidos que requieran su atención en las instalaciones del Ingesa en Loma Colmenar. En la actualidad, relató González, el ingreso se produce en habitaciones normales, es decir, sin ajustarse a la reglamentación. En Urgencias se da la misma situación, las personas detenidas e internas carecen de espacios especiales para su estancia. “Está establecido que deberíamos tener una sala y habitaciones de seguridad en ambas zonas, sin embargo, eso no es así”, indicó. El riesgo de fugas de presos o arrestados del clínico podría reducirse si el Ingesa incorporara este tipo de dependencias a aquellas de las que ya dispone ya que las instalaciones son tan amplias y tienen tantas salidas que pueden ser utilizadas para la huída, valoró el secretario provincial, quien estimó urgente que se adopten estas medidas con el fin de mejorar la custodia y la estancia del resto de pacientes.