La Guardia Civil detectó, pasadas las once de la noche del domingo, una persona que intentaba cruzar a nado la frontera del Tarajal. Lo hizo a través de las cámaras térmicas del COS que detectan los puntos de calor en medio del agua.
Alertados por que pudiera ser un posible inmigrante tratando de cruzar a nado la frontera de manera ilegal, la benemérita desplazó sus efectivos lo más rápido que pudo para interceptar al supuesto infractor.
Poco después, varios agente interceptaron al nadador. La sorpresa se la llevaron cuando no resultó ser un inmigrante subsahariano o magrebí, sino que se trataba de un militar que desempeña su empleo en una de las más señaladas unidades operativas de la Comandancia General de Ceuta.
Una realidad de la que los agentes no fueron plenamente conscientes hasta que el soldado se quitó el traje de neopreno que se había agenciado para cruzar a nado esa parte. Según aseguró el ‘inmigrante’, había optado por cruzar a nado al tener la necesidad de volver a España y no poderlo hacer sin el pasaporte. Lo había perdido durante su estancia en Marruecos, y al intentar cruzar la frontera el mismo domingo por la tarde, el tránsito entre países le fue denegado.
Así las cosas, decidió agenciarse un traje de neopreno con tubos y aletas y comenzó a cruzar la frontera a nado. Con lo que no contaba era con que su viaje fuera a terminar de la forma en que lo hizo, confundido con inmigrante sin papeles.
Eso sí, este militar consiguió su objetivo, y fue soltado en territorio español a lo largo de la misma noche, pudiendo llegar el lunes puntual a su trabajo, como se espera de cualquier soldado.