La inmigración se resume en continuos flujos: unos llegan, otros son expulsados y en medio Marruecos, que vive en un continuo tira y afloja en esto de la cooperación. Si el pasado jueves impedía la entrada a nado de 40 subsaharianos por el Tarajal, ayer descuidaba la bahía norte sin detectar, en plena tarde calurosa, la salida de una balsa cargada de subsaharianos.
Fue un viandante quien divisó la embarcación playera dando avisó al 112 desde donde se cursó emergencia al COS de la Guardia Civil. Los agentes del Servicio Marítimo fueron los encargados de proceder al rescate y traslado al puerto deportivo de los sin papeles: un total de siete, procedentes de Gabón y de Guinea Conakry, todos varones y en buen estado de salud salvo uno que presentaba dolores de cabeza debido al tiempo de exposición al sol. Ayudados de flotadores y ocupando una balsa que puede soportar, por norma, el peso de cuatro personas, los siete subsaharianos procedían del ‘gran bosque’, como llaman ellos al campo de Beliones en donde se desperdigan diferentes asentamientos.
La inmigración escribía ayer un capítulo nuevo, con su cara y su cruz. La cara, la de estos subsaharianos que llegan ya al CETI con la esperanza de obtener una regularización. La cruz, la de ocho gambianos que ayer mismo, horas antes del rescate, eran detenidos por la Policía Nacional para su traslado a un CIE (Centro de Internamiento de Extranjeros) de Algeciras desde donde, cumplido el tiempo legal, se coordinará su expulsión al país de origen.
El CETI sigue estando al límite de su ocupación, con 520 residentes, lo que supera un nivel entendido como adecuado para que en el centro se puedan desarrollar programas y formación sin tener una masificación como la actual.
Con las salidas bloqueadas, el centro del Jaral está sirviendo, tal y como advertía CEAR en su informe 2011, como un centro de internamiento en el que los avances entre la población de inmigrantes son nulos y las concesiones de asilo casi inalcanzables.
Mientras esta situación se dibuja ya en Ceuta, al otro lado del Tarajal, en Marruecos, los inmigrantes cruzan de bosque a bosque evitando unas redadas aleatorias en un verano de mayor presión.
En datos
Ocupación CETI
520 residentes ocupan un centro que está en la actualidad colapsado.
Nueva entrada
La de ayer, en balsa, que fue detectada por un hombre que paseaba por Calamocarro y que fue quien dio aviso al 112, desde donde se avisó a la Benemérita.
Y otra salida
Tras la visita de una comisión diplomática encargada de identificar a súbditos de Gambia, se ha procedido a la detención de ocho subsaharianos.