Gritos, abucheos, insultos. Algunos ciudadanos optaron ayer por descargar su ira contra los dos suboficiales de La Legión detenidos por la UDYCO en Almería, acusados de estar detrás del brutal ataque sufrido por Hicham al recibir un disparo en el abdomen. En el entorno de la Jefatura Superior fueron concentrándose las personas atraídas por la presencia de medios de comunicación, al saber que hasta la sede policial habían sido trasladados los dos militares para prestar declaración. No lo hicieron. Asistidos por sus letrados, optaron por manifestar que no querían declarar. Lo harán hoy ante la magistrada del juzgado de instrucción número 2, que mantiene secretas las actuaciones. Al Palacio de Justicia serán trasladados, igual que lo fueron ayer, por componentes de la Policía Militar desde el disciplinario, situado en el acuartelamiento ‘Pardo de Santayana’.
En torno a las 10.30 horas, los llamados J.A.A. y O.R.P. salían de la furgoneta para introducirse, con las cabezas tapadas por chaquetas, dentro de la Jefatura, accediendo a la misma por la puerta de los antiguos calabozos, ahora en reforma y por tanto inutilizados. El primero está acusado de ser el autor del disparo y, según aclaro la Comgeceu, llevaba solo dos meses de servicio en Ceuta, siendo natural de Madrid. El segundo, de 42 años, también lleva poco tiempo en la ciudad y es de San Sebastián, está señalado como el encubridor de su compañero. La Comgeceu quiso dejar claro que estas son las iniciales correctas, después de que la Policía Nacional hubiera incurrido en un error al confundir las iniciales y atribuir a este último el rol de autor.
Ambos son los señalados por testigos del suceso como las personas que, embriagadas, participaron primero en una discusión con varios menores, para, después terminar participando en un desenlace fatal, que terminó con uno de ellos en el suelo al ser empujado por uno de los testigos para que no se llevara a la fuerza a un menor, y otro con la pistola Glock que había sacado de su riñonera apuntando a lo loco hasta descargar una de sus balas en el abdomen del vecino del Recinto.
A partir de ahí comenzó una carrera basada en una combinación fatal de miedo, ocultación e incluso huida tomando las maniobras que debían desarrollar en Almería como coartada perfecta para dejar la ciudad. Las cámaras del puerto fueron importantes a la hora de detectar su salida de Ceuta, al igual que otras requeridas a establecimientos que pudieron hilar hasta incluso las vestimentas que portaron el día de los hechos y el de su marcha. No se pudieron nutrir de otras cámaras como las ubicadas en la calle por la Ciudad ya que no funcionan.
Los dos detenidos optaron por no declarar ayer, esperando a dar su versión de los hechos hoy ante la magistrada instructora. El hecho de que estén las actuaciones secretas que supone una garantía para el desarrollo del trabajo policial hace que las Defensas hayan aconsejado que no prestaran ayer manifestación ante los investigadores.
La Policía, al menos públicamente, ha cerrado este caso como el fatal resultado de una noche en la que los acusados abusaron del alcohol, dando a entender que no hay más vías de investigación que agotar. En los corrillos legionarios se opta por el silencio, pero se confía en que haya nuevos datos si los dos acusados declaran. Ellos componen solo una pata de toda esta historia, en la que también se debe contar con declaraciones de testigos, de los menores que fueron acosados y de la propia víctima, ahora demasiado débil y en estado grave, con una familia a su alrededor que confía en su recuperación.
La Comgeceu ha destacado en una nota su participación en el esclarecimiento de los hechos al ser “la primera interesada en que este tipo de actuaciones deleznables y conductas individuales absolutamente reprobables, sean atajadas de raíz al empañar el magnífico trabajo, entrega al servicio de los españoles y profesionalidad de los miembros de nuestras Fuerzas Armadas”, expuso.
LA SECUENCIA
Ira, controles y traslado de los dos detenidos
Hasta la Jefatura Superior fueron trasladados los dos detenidos a primera hora de la mañana. Están en el acuartelamiento ‘Pardo de Santayana’, desde cuyo disciplinario serán trasladados hoy mismo al juzgado. Depende de cómo evolucione el caso, se determinará si concluye una inhibición o no al Togado Militar, aunque habiendo llevado el peso de las actuaciones la UDYCO, será el número 2 el que continúe con toda la instrucción.
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