Para muchos cachorros esta será su primera Navidad porque ellos serán protagonistas indiscutibles de tan entrañables fiestas en forma de regalos que Papa Nöel o los Reyes Magos dejarán bajo el árbol. Otros ni siquiera sueñan con pasar una Navidad en el calor de un hogar.
Tal vez las pasadas fiestas también fueron ese regalo que un año después terminó abandonado y ahora viven en las dependencias de la Protectora de Animales en busca de una segunda oportunidad.
Para ellos también es Navidad y los voluntarios de la entidad animalista intentan que sea algo más cálida para los más de 100 perros y 60 gatos que acogen actualmente. Por eso un año más los voluntarios de la entidad han instalado su árbol navideño en el que se pueden dejar regalos y conseguir que estas fiestas sean más llevaderas para los que quizá nunca conozcan un hogar.
Con la colaboración de todos los voluntarios confían en recaudar correas y collares para los paseos de los perros, además de latas de comida, pienso, juguetes o ‘chuches’ con los que hacer más dulce esta Navidad.
También son necesarios los collares antidesparasitarios o la medicación para los perros afectados de leshmania: Alopurinol de 100 y 300 miligramos, un económico medicamento que se puede adquirir sin receta médica en cualquier farmacia y que ayudará a rebajar los niveles de esta enfermedad que aqueja a varios de los perros recogidos en la Protectora.
Las donaciones se pueden llevar a las instalaciones ubicadas en la barriada Postigo en horario de 17.00 a 19.00 horas, de lunes a sábado, hasta el próximo 5 de enero. En este árbol solidario cualquier pequeño detalle es un gran regalo para estos animales sin hogar.
Los abandonos saturan las dependencias
Desde la Protectora de Animales quieren hacer un llamamiento a una adopción responsable para evitar futuros abandonos, especialmente en la temporada estival, donde el número de mascotas que terminan en las calles o, con suerte, en la puerta de la entidad, abarrota las ya de por sí saturadas dependencias de la asociación.
Desgraciadamente el verano no es exclusividad para los abandonos y en cualquier época del año, el número de perros y gatos sin hogar terminan engrosando las cifras de los animales expulsados del que consideraban su hogar.
Es la situación a la que actualmente se enfrentan los voluntarios. En los últimos meses, se ha registrado un incremento de abandonos de perros y gatos que, de no encontrar un nuevo, hogar, están condenados a terminar sus días entre las cuatro paredes de la Protectora.
Vaya gilipollez