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Inspector de la Policía Nacional, cuando actualizarse es una obligación

Todos los oficios requieren una actualización constante. Este mundo no espera a nadie. El crimen, menos.  Ser policía en unas calles como las de Ceuta es una carrera que combina la velocidad con el fondo, algo así como los 800 metros en el atletismo donde cuatro vueltas pueden hacerse eternas si no hay una estrategia. Precisamente, a coordinar se dedican los integrantes la Escala Ejecutiva de la Policía Nacional, algunos de ellos como José Antonio Navarro que lleva casi 43 años en el cuerpo se encarga de la formación de los futuros inspectores como Raquel Herranz. Ambos son conscientes de que es una cuestión de renovarse o no llegar. El inspector Navarro, un rondeño muy querido en la Jefatura Superior de Policía de Ceuta, señala que los nuevos policías e inspectores salen “muy preparados de la academia para conocer lo que se van a encontrar en la calle”. Pero del dicho a vestir el uniforme y vivir la realidad del oficio hay un largo proceso: “Es cierto que donde se aprende es en la calle con un veterano al lado y poniendo en práctica todos los conocimientos a diario”, recalca este malagueño con experiencias para dar y regalar a lo largo de sus más de cuatro décadas de experiencia. De él y del resto de inspectores aprende a diario Raquel Herranz, una segoviana de 30 años que este verano empezó sus prácticas en Ceuta y el próximo mes de febrero hará efectiva su vocación. “Al final es muy importante estar constantemente formándote en todos los ámbitos, la Escala Ejecutiva supone un cierto mando y coordinación de los servicios policiales, y por tanto se necesita una constante formación para estar siempre al día y poder llevar el trabajo lo mejor posible”, recalca. Coincide con su superior en que lo más relevante es la ayuda de los que saben para coger las enseñanzas principales de cara a lo que está por venir. “Está siendo una experiencia muy buena y estoy muy contenta de haber elegido esta Jefatura en la que hay grandes profesionales que me están ayudando mucho”, subraya la joven, que remarca el “gran interés” que ponen en los recién llegados para que aprendan lo más posible y “vayamos cogiendo un pequeño rodaje antes de jurar el cargo y empezar ya el camino de manera profesional”.

Especialización y cada vez más diversidad

Ahora está conociendo la realidad pero ha tenido que enfrentarse a un proceso realizado a base de tesón y esfuerzo. Primero realizó la titulación en Derecho con la vista puesta en la Policía, “lo he tenido siempre muy claro porque desde pequeña he crecido en una familia de policías y la vocación me viene desde entonces”. El siguiente paso ya fue afrontar la carrera policial, “tras tres años y medio opositando duramente logré aprobar e ingresé en septiembre de 2020 en la academia, donde realicé los dos cursos antes de venirme a Ceuta”. Ya es algo que no sorprende, por fortuna, el hecho de que cada vez sean más las mujeres que concurren a puestos de la Policía Nacional, en puestos de Escala Básica y en los de mando como es el caso de la futura inspectora Herranz: “Cada vez somos más tanto en el cuerpo como en la Escala Ejecutiva. De hecho, en mi promoción casi el 50% de las que ingresamos de turno libre somos mujeres, y muy contentas y orgullosas de estar en esta posición”, señala la segoviana. Los agentes e inspectores cambian con las nuevas generaciones y también el propio Cuerpo Nacional de Policía se adapta a una sociedad más diversa y donde la especialización marca el paso laboral. “Los inspectores estamos cada vez más especializados convertidos tanto en jefes de grupo como de investigaciones, de Seguridad Ciudadana, Información o la unidad que toque”, recalca el inspector Navarro para el que esta figura se ha definido mucho con el concepto de Escala Ejecutiva que designa a los encargados de “supervisar, organizar y dirigir” y, sobre todo, de velar porque las diligencias se hagan bien. El experimentado policía de Ronda constata que es cierto el cambio de perfil de policías –tanto en la Escala Básica como en la Ejecutiva- que presentan cada vez más formación universitaria. Llegan hasta titulados en Medicina o en carreras como Biología y también en especialidades como ADE o Gestión de Empresas. “Cada vez se les exige más y vienen más preparados en cuanto a estudios cuando antiguamente se tiraba más de ilusión y porque no había otro trabajo y se metían aquí”, recalca el inspector que en cualquier caso advierte que la clave está en la preparación diaria.

El amor y el respeto a una profesión que exige mucha entrega

“Puedes ensayar o entrenar pero cuando llegas a la intervención siempre te encuentras algo que no te esperas”, explica este inspector que ha estado en múltiples destinos y unidades y señala que el día a día siempre te sigue exigiendo. “Un zeta llega a una intervención y en décimas de segundo tiene que decidir lo que un abogado o un juez puede hacer tranquilamente”, añade sobre un oficio en el que hay combinar la calma con la energía cuando lo requiera la situación, “reconozco que es muy difícil”. A ello hay que sumar que “el crimen siempre va por delante” y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad les toca reaccionar a lo que los delincuentes inventan, por lo que no viene nada mal tener cada vez más gente especializada en materia técnica. “La Policía siempre va evolucionando y reacciona al tipo de delincuencia que se va encontrando”, recalca el formador de futuros inspectores. Ninguno de los dos se arrepiente de la profesión que han elegido, ni el que ya ha visto de todo y está en sus últimos años en el cuerpo ni la que tiene toda la carrera por delante. El inspector Navarro advierte que lo más importante del trabajo policial es lo que se inculca desde un principio del “espíritu de sacrificio, el servicio al ciudadano” en un cuerpo que cada vez más potencia la jerarquización para no perder un ápice de “disciplina, entrega y altruismo”. Palabras que firma su alumna, la inspectora en prácticas Herranz a la que “el amor y el respeto” a la Policía Nacional le viene por familia y que desde que viste el uniforme lo ha visto más si cabe: “Al final creo que esta institución se mueve por valores como la lealtad, el compañerismo, la entrega, el sacrificio y los estoy comprobando y realmente es un trabajo muy duro pero muy bonito. Todo el sacrificio que se hace se recompensa”, concluye con la ilusión por bandera.

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