Insistir en la lógica

Volvemos a abordar nuevamente el tema del proyecto del Paseo de La Marina Española y sobre todo porque ayer fue el asunto que más tiempo consumió en el pleno de la Asamblea que se celebró desde las nueve y media de la mañana. Las tesis que defiende el Gobierno son muy claras. No se niega en absoluto que el inicio de esta reforma no sea la sentencia judicial que obliga a la impermeabilización de una superficie de más de quince mil metros cuadrados. Desde la Plaza de la Constitución hasta los Baños Árabes. Pero es que la continuidad de los diferentes parámetros de esta reforma son también solucionar defectos que se aprecian en esta zona. No se puede dejar para mejor ocasión el reforzamiento de las estructuras de hormigón que se encuentran en mal estado. Es lógico aprovechar la reforma para cumplir con la ley y que la acera de la parte edificada tenga al menos tres metros de ancho y de paso revitalizar el comercio en la zona. Es lógico aprovechar la reforma para mejorar la red de pluviales de manera que no se produzcan pequeñas inundaciones en el propio Paseo cuando confluye con algunas de las calles perpendiculares donde el agua baja a una gran velocidad. Es lógico aprovechar la reforma para intentar mejorar la circulación en unas de las vías más transitadas de Ceuta y que ha sido una petición histórica de los conductores. Pues bien, esas son las líneas maestras de la renovación de La Marina Española. Luego se pueden añadir otras razones como la puesta en valor del patrimonio o la mejora de la accesibilidad. Seguramente, si por medio no hubiera estado la sentencia judicial que obliga a la impermeabilización, a lo mejor, se hubiera abordado dentro de unos años, pero también es una incongruencia no marcar esta reforma en un cambio integral. ¿Qué decir de la oposición? En una época de crisis económica como la actual, utilizar la demagogia como hicieron en la jornada de ayer es muy fácil, no hace falta ni ser diputado para encontrar mil y un argumentos en contra, pero no salidos de la lógica, sino de una histeria que prefieren introducir en el debate político.
Ahora es el mejor momento para, sin fundamento alguno, echar mano de la crítica facilona para intentar tumbar este proyecto. No obstante, este mensaje que pretenden explotar y hacer llegar a las masas topa con una ciudadanía que dispone de todos los argumentos para saber el porqué de esta actuación. Sin que le cuenten verdades a medias.