Actualmente, son muchos los comentarios y ríos de tinta que se escriben y dicen sobre la seguridad en nuestra ciudad. Tantos y tantos son estos que en el fondo lo único que están creando es una verdadera sensación de inseguridad subjetiva en todos. Por cierto…muy inseguridad que está muy alejada de la seguridad objetiva, que se puede confirmar por todos los hechos graves que son rápidamente descubiertos y sus autores detenidos por nuestros funcionarios policiales. ¡Y estos son datos, no interpretaciones!
Pero muchos de los comentarios que se lanzan a todos los medios, objeto de grandes titulares, comienzan alabando la labor de las fuerzas de seguridad de nuestra casa para luego atribuir, a veces solo de forma indirecta una verdadera ineficacia en su labor de hacer más seguras nuestras calles y a nuestras personas. En fondo es simplemente una forma más de deteriorar las instituciones políticas a quienes se intenta atribuir la sensación de inseguridad que determinados hechos delictivos producen. Pero… esto…realmente… ¿Es o no así?, creo que es la pregunta que debemos hacernos.
Por ello habrá que comenzar intentando entender que es la seguridad que queremos. Porque las sociedades, como sociedades urbanas, alfabetizadas y producto de un acuerdo, es decir, derivadas de una determinada cultura son las que hacen referencia a la forma global de la vida de una ciudad, ya que contienen sus valores, normas, instituciones y formas de pensamiento. Factores estos que transforman los contenidos propios del concepto de seguridad.
Pienso que en el fondo que Ceuta es segura y lo que existe es una dinámica de búsqueda del modelo adecuado a las cambiantes circunstancias que estamos sintiendo. ¡Y así lo están demandando desde la Federación de Vecinos todos los días! Es decir, un modelo policial especialista y basado en las ideas de servicio público y garantía del libre ejercicio de los derechos y ciudadanos. Modelo que exige una mayor atención y dedicación individualizada a sus problemas cotidianos de los ciudadanos, fuente de su máxima preocupación y que son los causantes de esa llamada inseguridad subjetiva.
Y es un proyecto cargado de ideas, descentralizado y esencialmente participativo, es decir, abierto todas las opiniones y posibles mejoras. El abandono del sistema legalista, el continuo análisis de la realidad social del momento, la inmediatez en la relación con el ciudadano deben ser algunos de sus principios. Debe ser, por tanto, un modelo en continuo desarrollo, sujeto a un constante proceso de adaptación a la trama social donde se implanta.
Esta fue la filosofía en su día que dio lugar a la creación por parte del Cuerpo de Policía Nacional de la Policía de Proximidad en Ceuta y que desapareció al cabo de unos años y que ahora demandan de nuevo las asociaciones vecinales.
Mientras solo conocemos de pequeños intentos, muchos de ellos infructuosos, de crear la policía de barrio…etc. y lo último, que es sorprendente, un grupo de policías de fin de semana por el gasto de 20.000 euros mensuales y que desde aquí auguro poco éxito de futuro. Porque los vecinos y sus asociaciones quieren tener en sus barrios y calles a un policía conocido, que de confianza y seguridad a todos, es decir…un amigo policía que les resolverá muchos problemas de convivencia, y no actuaciones policiales anónimas y radicales, que jamás acabaran con su inseguridad subjetiva.
Y mientras esto no funcione, la inseguridad subjetiva seguirá aumentando en todos los ciudadanos, aunque repito, mal que les pese a algunos…¡Ceuta es una ciudad española con un índice de seguridad alta!.