En marzo prácticas canceladas. En abril y mayo sin novedades, porque
la pandemia del coronavirus estaba en su peor momento y no se podía planificar nada. En junio se estudió la posibilidad de hacer en verano las prácticas canceladas, idea que quedó descartada en julio. Y en agosto, vacaciones. Estas son las informaciones y "excusas" a las que se han enfrentado los estudiantes del tercer y cuarto curso del grado de Enfermería, carrera que cursan en Ceuta. Ante tal situación piden "información ya" a la
Universidad de Granada (UGR), Ingesa e instituciones competentes. Tras meses de incertidumbre, algunos estudiantes se han puesto en contacto con El Faro para mostrar su preocupación por la falta de información que tienen, algo que no sería un problema si no conllevara que sus vidas dependen de una decisión cuanto antes. La inquietud es total. En los primeros meses de la pandemia comprendían que la situación era totalmente novedosa, y que poco se podía hacer, pero ahora, a un mes de que comenzara el curso universitario, necesitan ya noticias. Principalmente porque en juego están sus carreras y su vida en Ceuta. "Si no nos dicen cuando vamos a comenzar las prácticas, no podemos alquilar ya los pisos y pedir las becas", comentan a este periódico
estudiantes de Enfermería. "No tenemos nada claro", añaden, mientras explican que la situación se complica al no saber si en septiembre volverán a comenzar el curso o será ya en octubre. "Si es que empieza en octubre", se quejan. "Mientras en otros campus adscritos a la UGR ya saben cuando empezarán -Granada en septiembre, Sevilla, Jaén o Cádiz en octubre-, los de Ceuta no sabemos nada", denuncian. La situación es de incertidumbre y eso provoca que incluso algunos estudiantes decidan 'huir' de nuestra ciudad, no porque no les guste estar aquí sino porque no saber que será de ellos en esos cursos cruciales -el segundo cuatrimestre del tercer curso y cuarto completo es íntegro de prácticas-, optan por pedir el traslado a otras localidades andaluzas, donde ya tienen más información y con ello estabilidad. Hasta aquí se ha llegado por un entorno difícil, que comenzó a inicios de marzo con
la suspensión de las prácticas, el 5 de marzo, y de las clases, el 12 de marzo, días antes de la declaración del estado de alarma. Con ello, muchos estudiantes se fueron de Ceuta para regresar a sus lugares de origen y así pasar el confinamiento con sus familias. Además, en ese proceso se quejan de que muchos profesores no entendieron la situación y "nos pedían cosas que teníamos en Ceuta y nosotros estábamos fuera". Aseguran también que en un momento dado les ofrecieron desde la Universidad la posibilidad, en estudio por aquél entonces, de hacer prácticas en hospitales, centros de salud, ambulatorios... cercanos a la localidad en la que estuvieran, con una encuesta incluida para coger las peticiones, pero finalmente quedó en nada. Tras todo ello, llegó agosto y la información siguió escaseando, pero a diferencia de otros meses la preocupación ahora es mayor. Hay que alquilar pisos, "que en Ceuta no es que estén muy baratos y ya escasean, con cláusula incluida de que si hay confinamiento se deberá pagar el mes entero, aún que estemos fuera", hay que solicitar becas, hay que organizar una vida de estudiante en una ciudad que no es la tuya, aunque los primeros cursos ya los hayas realizado en Ceuta. Es un tiempo crucial de planificación. "Mientras tengo amigos que en Granada, por ejemplo, ya saben cuando van a hacer los turnos, aquí no tenemos nada claro, no sabemos nada y seguimos a la espera", concluyen.