Inocente, once años después

La Audiencia dicta sentencia absolutoria tras confirmarse que hubo un error, arrastrado desde el año 2005, que llevó a una falsa imputación.

Desde el año 2005, un error policial llevó a que una mujer estuviera acusada de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros sin tener nada que ver con los hechos. Dos años antes había denunciado el robo de su pasaporte en Bélgica, lugar en el que reside. Supuestamente en la base de datos común a todas las policías debería haberse reseñado este dato, pero el hecho es que dicha documentación terminó siendo empleada para que una marroquí sin papeles pudiera cruzar a Algeciras de forma irregular. Fue el 1 de octubre de 2005 y de ahí nació la imputación contra esta mujer que durante todos estos años ha defendido su inocencia.
Ayer, finalmente, esa inocencia dejó el plano subjetivo para quedar reflejada en una sentencia en firme, la que dictó la Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta después de que el Ministerio Fiscal retirara su acusación ante la evidencia de los hechos.
La resolución de esta historia no ha sido tan sencilla. Hace unos meses la Audiencia tuvo que suspender el juicio que se realizó por videoconferencia, ya que la acusada, que se encontraba en Bélgica, no quiso conformarse con la pena ofrecida, ya que esto supondía admitir su responsabilidad. Algo que llamó la atención de los presentes porque la petición inicial de la Fiscalía era de hasta 7 años de cárcel y se le estaba ofreciendo sólo el pago de una multa. La acusada se negó una y otra vez a reconocer que ella había facilitado su documentación para un pase irregular, a pesar de que según el informe de la Policía su huella era la que aparecía implicada. La vista quedó suspendida hasta ayer, cuando la acusada tuvo que desplazarse desde Bélgica a Ceuta para aclarar los hechos y someterse, en la propia Audiencia, a una prueba dactilar, al objeto de verificar si la huella reflejada en el informe policial era la suya.
Un funcionario del CNP se desplazó a la Audiencia para practicar la prueba que dio el resultado afín a la historia que durante todos estos años había mantenido la acusada: la huella no era suya ni ella había participado nunca en el favorecimiento de un pase irregular. La conclusión de la prueba policial fue clara: la acusada no era ninguna pasadora y, como tal, no cabía acusación alguna.
A la vista de los resultados la Audiencia no tuvo duda alguna, cerrándose un capítulo que a ojos de la Justicia puede suponer un caso más pero que para la afectada ha sido toda una pesadilla en la que su propio empecinamiento por hacer valer la verdad le ha llevado a que por fin, se haya hecho Justicia y, esta vez más que nunca, en mayúsculas.