La presión migratoria que a diario se escenifica en el puerto deja espacio también a los trucos. Y es que cuando uno tiene por objetivo colarse de cualquier forma en alguno de los barcos que une Ceuta con Algeciras busca mil y una fórmulas para conseguirlo.
Así por ejemplo debió pensarlo un súbdito marroquí, que intentó entrar en uno de los ferry con un chaleco colocado, como si fuera trabajador de una naviera. Su apariencia y su manera de moverse despertaron sospechas a la Guardia Civil que no tardó en corroborar que era un inmigrante, aunque dotado de mucho ingenio.
Ese no fue el único servicio en la noche del viernes al sábado. Tal y como han confirmado fuentes del Instituto Armado también detectaron el intento de entrada, esta vez por mar y con trajes de neopreno, de un argelino y un tunecino con tarjetas de residencia en el CETI. Los dos fueron interceptados por el Servicio Marítimo para su entrega a la Policía.