Inmersos en el maquinismo africano

El desembarco de Alhoceima no solo fue un hito militar fundamental para el control efectivo de la zona del protectorado español sino que además supuso un despliegue militar con gran exhibición de máquinas y artilugios a la altura de las potencias europeas. Las crónicas de Juan Luque sobre el desembarco efectuado durante el mes de septiembre de 1925 ofrecen un nutrido arsenal de datos sobre los detalles de la

contienda y de cómo las máquinas barrían al enemigo de sus posiciones. El despliegue naval y aéreo es ya bastante significativo del progreso en los campos de la industria belicista, que salió reforzada de la primera y gran guerra mundial; se deja sentir la diferencia de equipamiento con respecto a nuestra anterior contienda de la guerra de Marruecos en la que se amplió el campo exterior de Ceuta y se conquistó Tetúan.
La guerra química puesta en marcha en la gran guerra de trincheras se continúa aquí en Alhoceima con el lanzamiento de gases contra el enemigo rifeño y su comandante general el León del Rif (apelativo que se usaba para denominar a Abd-el-Krim el Jatabi). Las instantáneas de Juan Luque que fue, además de fotógrafo profesional en Melilla, corresponsal de guerra para el Diario de Barcelona en la zona de conflicto, fueron elocuentes sobre el progreso maquinal y el enorme número de acorazados, cruceros, torpederas y hasta globos aerostáticos asociados a unos barcos concretos que informaban de las posiciones de los rifeños. Para controlar el difícil territorio montañoso del Rif central, se hizo efectiva la unión entre el Ejército español y francés en este desembarco.
Éste nos parece un momento clave para el contacto a gran escala entre el progreso industrial y el Norte de África, de hecho ya había comenzado con la famosa penetración pacífica que atrajo a la industria minera. Melilla y sus restos de arqueología industrial sobre las minas del Rif son testigos de la época. El gran progreso en lo maquinal era enormemente regresivo en los aspectos humanos y aquí estamos todavía pagando las consecuencias. Muy lejos quedaban las deliciosas crónicas de Murga o las peripecias de Domingo Badía, cuando Marruecos era una extraño territorio africano poco conocido y por consiguiente peor entendido. Ahora Marruecos es un país con avalanchas urbanas sin orden ni concierto como las que experimentó Estados Unidos en vida de Walt Whitman y también de Mark Twain y los que conocemos el medio natural marroquí en una parte significativa podemos horrorizarnos de lo que está aconteciendo. Este progreso material está ampliando las diferencias socioeconómicas y separando a los marroquíes en dos especies sociales muy diferentes a la vez que como todo acto de capitalismo salvaje y tecno-bárbaro está vaciando de contenido artístico y cultural a su sociedad a cambio de dotarlo, en el mejor de los casos, de una lámina de dorado metal. La peor salvajada capitalista de todas es la que proviene de los petrodólares, de esos jeques sin capacidad de evolución, con mentalidad tribal y viviendo como en un cómic del horror futurista donde aparecen grandes campeones de las finanzas y ases del negocio bursátil (a lo Largo Winch). Estos petrodólares saudíes unidos al delirio nacionalista marroquí y a la rapiña europea han destrozado montañas, litorales y playas extensas. Entre Punta Siri y Tánger; parieron el abominable Tánger-Med.
En los tiempos del Protectorado la imposición de la modernización de la máquina se elevó a rango de fe, entre otras cosas porque muchos achacaban a la falta de interés por el progreso tecnológico las causas de nuestra decadencia, la de España, ante el resto de naciones de importancia europea. Por eso, en Ceuta, centro neurálgico del protectorado Español en Marruecos, todavía se vive con nostalgia extractiva e industrial la pérdida de la explotación de los recursos naturales a bajo precio. Ceuta no sabe vivir de otra forma que no sea a costa de los demás, poca inversión y mucho beneficio de entonces se torna ahora en mucha subvención y baja producción, pues el nuevo foco de atención son los fondos de compensación de la UE. El nuevo PGOU de Ceuta es una manera de continuar con la obsesión del dinero fácil y el apropiamiento indebido del territorio común. Las concesiones propuestas en el documento en relación al Monte Hacho son una buena prueba de la pujanza del capitalismo salvaje y especulador en la marinera ciudad. Si un negociete sale mal porque se es un zoquete en el que la codicia puede más que el buen sentido de los negocios siempre queda el Ayuntamiento para compensar mis pérdidas y aumentar mis posibilidades de promoción. El campo de golf y el balneario quedan insertados sin definición ni ubicación concreta, pero deja patente el lobby de interesados que hay detrás del dorado especulador. Continuar con las infraestructuras ladrilleras es la acción incansable del gran Mandarín Vivas que desde que se hizo cargo de Procesa, mucho ha llovido desde entonces, está como poseído por los fondos de cohesión europeos. Sin embargo, nos preguntamos si están incluidas las necesarias inversiones para modernizar las estaciones de bombeo y para la inserción del “gran macarrón”, dícese de una larga tubería que tiene que llevar las aguas fecales hasta la EDAR o estación depuradora del fétido líquido; mucho nos tememos que no será así.
¡Albricias!, hace unos días hemos recepcionado, no sin asombro, por el despiste de una funcionaria de Medio Ambiente que equivocó la dirección y el cargo a quién va dirigido (se ve que no están suficientemente pagadas para llegar a hacer al menos una vez bien su trabajito), el documento marco de las actuaciones que se llevarán a cabo en el ámbito financiero de los Fondos Feder que requiere de opinión ambiental. En primer lugar, nos preguntamos por qué se insiste en no desarrollar las potencialidades cívicas facilitando la participación y por lo tanto la responsabilidad en asuntos tan decisivos para el futuro de una ciudad como son las infraestructuras en las que se invierte el dinero público europeo.
Los tics autoritarios y la tendencia a la manipulación electoral nos persiguen inexorablemente como un fantasma que atraviesa el espacio y el tiempo. Ceuta, ciudad sitiada y acosada por dos credos bajo el mismo Dios, luego presidio acomplejado, más tarde teñida de oropel durante el protectorado y finalmente hinchada de burocracia y pedigüeña incansable de los réditos industriales europeos. El miedo a perder poder, dineros, influencias y figureos varios lo puede todo en la hoy mediocre Ceuta. En fin, por nuestra parte no podemos dejar de pasar la ocasión para mostrar cómo la baja calidad democrática de las corporaciones municipales no permiten la participación ciudadana para que se puedan consensuar proyectos concretos, discutir otros y desde luego influir en beneficio de inversiones que no forman parte de las prioridades electorales.
Ahora, y dentro del plazo que marca la ley, intentaremos hacer lo posible por aportar críticas constructivas y no comportarnos como ciudadanos despechados. Estas son algunas de las limitaciones políticas del señor Vivas de las que esperamos informar a todos los que se acerquen a la mesa de recogidas de firmas que instalaremos en diferentes puntos de la ciudad en cuanto pasen los calores veraniegos. Especialmente de los cuatro años perdidos para el medio ambiente y del abandono de la Agenda 21 es de lo que deseamos informar a los ciudadanos.