La constitución de la Asamblea de Ceuta marca la apertura de un camino que debe servir para dar ejemplo en los próximos cuatro años. No se puede permitir caer en los espectáculos que desgraciadamente posicionaron a la ciudad en el punto de mira de medios nacionales. La clave está en construir.
Cada formación política tiene sus propios idearios que reflejará en las propuestas que presenten a los plenos, pero por encima de todo están los intereses de los ceutíes y de la propia Ceuta y eso pasa por primar el respeto por encima de todo y evitar situaciones esperpénticas que además están bien alejadas de lo que se entiende por política.
La jornada plenaria transcurrió con normalidad y alejada del tono bronco que durante mucho tiempo ha definido a la amplia mayoría de los plenos. Ese es el camino. El respeto no choca con las ideas políticas de cada formación ni con la forma de entender la política.
Ahora tras la constitución de la Asamblea queda por delante la elección de la manera de hacer política que se elegirá, la consecución de los pactos y las posturas que marcarán los partidos. De esa agenda y de ese talante depende el futuro de Ceuta, precisamente ahora más que nunca dados los asuntos pendientes y claves para los próximos años.
Confiemos en que los diputados estén a la altura de las circunstancias, respeten lo que ha querido el pueblo y sobre todo no se produzcan presiones que buscan satisfacer intereses ajenos para orientar la acción política hacia algo ajeno a lo que quieren los ceutíes.
Todo dependerá de cómo se comporte el Sr Vivas en los plenos; que no intervenga cuando le parezca, que no corre el turno de palabras y que respete a todos por igual. Ni el ayuntamiento ni la ciudad son suyas