Ingresan en prisión los detenidos por el apuñalamiento del Poblado

El juez titular del número 2 ordenó ayer en un auto el ingreso en prisión de los dos jóvenes detenidos en la madrugada del pasado viernes por su presunta relación en el apuñalamiento que causó la muerte a Enrique G.G., de 56 años, en el Poblado Marinero. Los presuntos homicidas fueron trasladados al Palacio de Justicia a primera hora de la mañana, tomándosele declaración a las 13.45 horas. Pasadas las tres y media de la tarde, se ordenaba el traslado de la pareja a Los Rosales.
El llamado Ángel G.R., conocido delincuente habitual que acababa de salir de prisión por un robo con apuñalamiento incluido por el que había sido condenado a casi seis años de cárcel, admitió los hechos ante el juez, y aclaró que apuñaló a Enrique después de una pelea inicial que habían mantenido en otra parte del Poblado. No aclaró el motivo de esa pelea, aunque la víctima, antes de ser apuñalada, comentó a varios testigos que los detenidos le habían robado la cartera con 300 euros, golpeándole en la cara. De hecho varios testigos manifestaron el día de los hechos a este medio que habían coincidido con el fallecido antes del suceso y le habían visto con la cara ensangrentada, buscando a los detenidos acusándoles del robo del dinero.
Finalmente se produciría ese encuentro que terminaría con la muerte de Enrique, desangrado, tras recibir tres puñaladas, la más grave desde el costado al corazón que terminó con su vida, tal y como se concreta en la autopsia realizada en la misma tarde del viernes.
Ángel G.R. confesó que le había apuñalado y que sabía que había dejado a la víctima en muy malas condiciones, porque pudo ver la cantidad de sangre que tenía antes de marchar del lugar con su colega, Zacarías M.E. Desconocía que hubiera muerto hasta que se lo comunicó la Policía, pero sí sabía de la gravedad de su actuación. O al menos la presuponía. En su declaración ante el juez el detenido exculpó de cualquier implicación en el crimen de su compañero Zacarías M.E., algo que también puntualizó este detenido, que, ante el juez, negó cualquier relación con los hechos.
No obstante los autos dictados ayer han contemplado prisión para los dos, por lo que se procedió a su traslado a Los Rosales, en donde permanecerán en situación preventiva hasta próximas declaraciones.
En la declaración de los dos detenidos no mostraron nerviosismo alguno, ni tampoco arrepentimiento, simplemente narraron los hechos tal y como habían sucedido.
La pareja conocía al fallecido al haber coincidido en otras ocasiones con él.

Los detenidos reconocen la presencia de “mucha gente”

Uno de los puntos más característicos y relevantes de la declaración de los detenidos ante el juez es que ambos reconocieron la presencia de “mucha gente” en el Poblado Marinero en el momento en que se produjo la agresión mortal. Según sus manifestaciones cuando Ángel G.R. apuñaló con un cuchillo jamonero a Enrique G.G. había varias personas presentes al igual que en el momento previo, en la pelea. Aún así, ambos actuaron, se cometió el crimen y abandonaron el lugar sin ser detenidos hasta que, camino de sus domicilios, fueron interceptados por la Policía Nacional que contaba con sus identidades al ser conocidos delincuentes y estar más que fichados con antecedentes varios a sus espaldas. Pasada la resaca del crimen se van conociendo nuevos datos. Así, un empresario del Poblado comentaba ayer a este medio que el detenido Ángel G.R. y su acompañante Zacarías M.E. habían protagonizado otros altercados en el Poblado, con enfrentamientos con un portero incluido. Así también se sabe que al dueño de un local que no quiso presentar denuncia le atracaron robándole más de mil euros. El día de autos tenían en su poder un cuchillo jamonero y una navaja entrando sin problemas en los locales.

Un problema a compartir

La inseguridad en el Poblado Marinero es un problema de todos, tanto de empresarios como de las personas que salen a divertirse por la zona, sin olvidar los cuerpos de seguridad encargados de prevenir cualquier tipo de incidente que se pueda dar.
El jefe superior de la Policía Nacional, José Luis Torres, considera que la presencia policial destinada a esta zona de ocio, donde están Policía Nacional y Local, es “suficiente”. El Cuerpo Nacional de Policía tiene habitualmente un equipo de la UPR compuesto normalmente por seis agentes, el zeta de la zona y otro de refuerzo que se pone jueves, viernes y sábados, además de los funcionarios que están en la zona del botellón que cuando acaba éste van a reforzar el Poblado Marinero.
Torres dijo que los establecimientos de la zona están abiertos “hasta las cinco o cinco y media” y que los agentes policiales “están hasta las siete de la mañana”.
A la pregunta sobre si los hechos de la pasada madrugada del viernes son aislados, Torres respondió que “no es que sea un hecho aislado o habitual de inseguridad en la zona; es un sitio donde se reúnen de entre 2.000 y 3.000 personas, hay mucho alcohol y la prueba está en los comas etílicos que hay, también consumo de drogas como en las  zonas de ocio y marcha de toda España, y eso provoca que siempre haya posibilidades de alguna reyerta. Eso es habitual en cualquier discoteca o zona, y más ahí, donde hay un gran número de establecimientos. Es decir, el hecho de que un determinado individuo o dos puedan provocar una bronca un día es imposible de evitar”.
Por su parte, el presidente de la Comunidad de Propietarios del Poblado, Juan José Díez, recién llegado a este cargo, advirtió de que la seguridad en esta zona de ocio “es un tema en el que tenemos que trabajar”. En esta línea,  considera que la presencia de la Policía Nacional y de la UIR de la Local es necesaria. Aunque dice que lo ocurrido “es algo gravísimo”, añade que no tiene muy claro “que haya sido el típico delincuente común que anda por ahí. Tendrán que aclararse los hechos”.
Este colectivo está tratando con la Policía Local la seguridad de esta zona teniendo en cuenta de que es el lugar nocturno de ocio de la ciudad y, por ello, en el que se puede producir este tipo de altercados. “A este lugar va la gente y bebe, por lo que en cualquier pub o discoteca puede haber conflictos”, afirmó.
Otro de los asuntos es negociar un horario de cierre “para que se cumpla y que haya presencia policial hasta la hora en cuestión”. No obstante, la existencia de una hora fija de cierre para todos es algo complicado,  ya que hay  algunos “que después del cierre permanecen abiertos porque tienen otro tipo de licencia, como puede ser de cafetería, por lo que pueden abrir a las seis de la mañana”.  Así las cosas, este asunto está encima de la mesa para que empresarios y administración local se pongan de acuerdo para regularizar la actividad.
La formación de los porteros de los establecimientos es otro de los asuntos a tratar en estas reuniones. La idea es que este personal tenga buena formación y que se establezca un protocolo de actuación y colaboración con la Policía. “Queremos que no haya problemas del tipo de no dejar de entrar a una persona y que la Policía llegue después diciendo que sí entra porque no hay derecho a admisión. Hay momentos en los que hay una cierta no coordinación que hay que mejorar”, comentó.
Entre las cosas que pretende hacer también esta organización es “poner en valor el Poblado Marinero, con el objetivo de usarlo 24 horas”. Para ello, se pretende dar publicidad a la zona con un directorio y a través de una página web para conseguir que sea un lugar “no sólo para visitar de noche, sino también para ir por la tarde con la familia, ya que además de pubs también hay restaurantes y cafeterías”, dijo. La idea es que se convierta en una plaza parecida a la de Ricardo Muñoz.

Sepelio de Enrique
Por otra parte, familiares y amigos del fallecido acudieron ayer al cementerio de Santa Catalina a dar el último adiós a Enrique. El entierro, que tuvo lugar pasadas las seis de la tarde, se llevó a cabo en la intimidad del dolor familiar. Enrique ya descansa en la calle de Santa Irene, en el número 30.