La Dirección Territorial del Instituto de Gestión Sanitaria (INGESA) prevé cerrar 2020 con un total de 150 pacientes ceutíes con diabetes tipo Mellitus 1 con sensores de monitorización de glucosa flash, un sistema un sistema “más cómodo y fácil de usar, ya que además de evitar al enfermo tener que pincharse varias veces al día, permite conocer los datos glucémicos en tiempo real al aproximar el mismo a un lector”.
Diabéticos adultos se han encontrado tras la finalización del estado de alarma con que la ampliación del programa se ha “suspendido” de acuerdo con las explicaciones que les han trasladado sus facultativos de referencia en el Hospital Universitario. Dicha paralización estaría relacionada con “causas económicas”, tal y como han informado a este periódico.
Fuentes del INGESA han asegurado que en el peor de los casos la incorporación de nuevos pacientes al sistema solamente se ha “ralentizado, como todo”. “La Dirección Territorial continúa con la implantación de los sensores flash y espera cerrar este ejercicio con 150 pacientes cubiertos de acuerdo con los protocolos”, han apuntado desde la Administración, cuyos facultativos, exigen, entre otras cosas, que el enfermo acredite realizarse un número elevado de pinchazos de control diarios.
Actualmente en Ceuta hay 126 diabéticos con ese tipo de sistema de control sin agujas, unos 60 menores de edad y el resto adultos.
El INGESA completó a finales del año pasado la cobertura de todos los diabéticos con entre 4 y 18 años.
El Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social dio en noviembre de 2018 luz verde a la implantación gratuita a través de un estudio de monitorización de glucosa a la implantación del dispositivo sensor flash para niños y jóvenes con diabetes tipo Mellitus 1 en Ceuta que requieren múltiples dosis de insulina y más de seis controles de glucemia al día.
Este parche ‘flash’ tiene una duración de 14 días, por lo que se usan dos al mes con un coste de unos 60 euros cada uno.
“El futuro”, sin punciones y sin dolor
El sistema flash es un dispositivo compuesto por un sensor que se adhiere a la piel y que permite medir la glucosa entre las células. Según los especialistas “es el futuro a seguir, ya que permite hacer numerosas mediciones al día para mejorar el control de la diabetes. Queda implantando en el brazo del usuario durante 14 días y el paciente puede visualizar en todo momento los datos en tiempo real “sin dolor” acercando al parche un lector o un teléfono adaptado.