El director contradice los argumentos de los sindicatos que le acusan de destruir empleo. Más de 100 efectivos, según CCOO. Tras la concentración de los sanitarios frente a la Delegación del Gobierno la semana pasada, en la que argumentaron que el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa) ha suprimido a un número significativo de profesionales de su estructura que mantenían distintas relaciones contractuales con la empresa pública, Fernando Pérez-Padilla, director territorial de esta administración, aseguró que es “absolutamente falso” que la sanidad pública haya perdido un centenar de efectivos desde 2011, como denunciaba de forma pública CCOO.
El máximo representante de esta institución sanitaria eludió calcular esa presunta merma en recursos humanos porque están pendientes de su análisis, “porque los datos, cuando se dan, te conviertes en esclavos de ellos y no quiero aventurarme”.
Pérez-Padilla sí entró a valorar la reducción de las jornadas eventuales, uno de los aspectos que los comisionistas toman para basar su postura sobre la “sangría” en la plantilla de Ingesa. Este portavoz de la sanidad asistencial sostuvo en comparecencia pública para desmentir los rumores de privatización que los “contratos de naturaleza eventual se dieron en más de 27.500 jornadas laborales en 2011; algo más de 14.000 en 2012; y se ha reducido en 2013 a poco más de 13.000 días”. Es decir, que desde el último año año en el que los sindicatos tuvieron acceso a los datos relativos a la plantilla orgánica –2011– a la recibida por las centrales hace unos días –2013–, ese concepto se redujo en 14.500 jornadas. Según CCOO, si ese montante se divide entre los 365 laborables del año sin contar días libres ni vacaciones, otros 40 trabajadores habrían dejado de ser contratados por Ingesa.
Sobre este extremo, el director territorial indicó que los representantes de los trabajadores usan ese parámetro “de forma incorrecta” porque la diminución de eventuales, continuó, en ningún caso supone que se hayan “perdido horas de trabajo, sino que esas horas de eventualidad se han sustituido por personal que ahora está fijo”.
“Lógicamente, esta modalidad de contratación no es la más apropiada para la gestión porque a lo que se tiende, y los sindicatos son los principales defensores, es que esa eventualidad se haga fija mediante concurso-oposición”, expuso el cabeza visible de la institución sanitaria. En definitiva, que al aumentar la estabilidad de los profesionales en plantilla a través de la consolidación, son necesarias menos contrataciones por obras y servicios ya que tienen la plaza en propiedad.
¿Y qué ocurre con esos 40 efectivos cuya continuidad peligra por la promoción interna, según los sindicatos? Pérez-Padilla reiteró su razonamiento por el cual los trabajadores que ganan la Oferta Pública de Empleo (OPE) ocupan su plaza y el que no aprueba, “evidentemente queda desplazado porque los contratos son hasta que el titular tome posesión de la plaza”. El máximo representante de la sanidad asistencial insistió en la inexistencia de despidos y habló de la extinción de contratos, por lo cual, no se pierden efectivos como critican los representantes de los trabajadores .
Otra de las acusaciones presentes en el discurso de las centrales congregadas la semana pasada en la Plaza de los Reyes se refería al destino final de la partida destinada a recursos humanos la cual, señalaron, no se invierte en la ciudad porque falta personal. Pérez-Padilla definió Ingesa como un centro de gasto que carece del dinero de forma física, de modo que no puede devolverlo.
“El año pasado con la gestión conseguimos economizar, que no ahorrar, y ese millón de euros se le compensó a Ceuta en inversiones como ha sido el caso del centro de salud del Recinto”, destacó Pérez-Padilla, quien añadió que salió de la gestión en sentido general, sobre todo en el Capítulo II, no del Capítulo I que son las nóminas.