El actual jefe del Regimiento de Ingenieros n.º 7 es el Coronel del Arma de Ingenieros Ilmo. Sr. D. Ramón Ignacio Balsera Bocanegra, diplomado de Estado Mayor y Caballero Legionario por haber mandado de Teniente Coronel una Bandera del Tercio en la Base de la Brigada de La Legión Rey Alfonso XIII, y al incorporarse al Regimiento procedía de una comisión de la OTAN… Muchas felicidades, mi Coronel, y se le nota en su expresión y trato el orgullo de mandar el Regimiento de más prestigio del Arma de Ingenieros, unidad encastrada en la Comandancia General de Ceuta como unidad de apoyo para el combate.
La estabilidad y equilibrio emocional del Coronel Balsera es el arte de mandar y su ejemplo no tiene reglas precisas al mismo tiempo práctico y en contacto siempre con los cambios que proyectan las Fuerzas Armadas en el siglo XXI en base a la fuerza de los valores del Ejército, escribiendo en el trabajo diario su disciplina, instrucción, amor a España y la instrucción para el combate, al mando de una brillante Unidad que sigue los raíles de la nueva tendencia y bañada con los valores del Ejército de Tierra. Con una conducta íntegra que supone actuar conforme a las reglas, normas y principios que rigen la Institución militar, así como las reglas de convivencia cívica. Cada uno de los miembros del Ejército debe aspirar a ser querido como modelo de soldado y ciudadano, y el orgullo de la participación en la “batalla” de la Operación Balmis para combatir la pandemia. Honor y gloria al Regimiento. Un fuerte abrazo querido amigo y compañero.
Fernando III de León y Castilla, llamado el Santo, hijo de Berenguela, reina de Castilla, y de Alfonso IX, rey de León.
El papa Inocencio declaró nulo en 1203 el matrimonio de sus padres por ser primos hermanos.
Su hijo Fernando permaneció en la corte leonesa con su padre, rey de León (Alfonso IX). Durante su vida fue gobernante, terciario franciscano y caballero cristiano. A su muerte fue canonizado en 1671 por Clemente X, su festividad es el día 30 de mayo. Es venerados en la Iglesia católica y anglicana y tiene patronazgo en varias ciudades: Sevilla, Aranjuez, etc. Es el patrón del Arma de Ingenieros, Transmisiones, Zapadores y Especialidades de Construcción y Telecomunicaciones. Patrono de la universidad de La Laguna. Fue rey de Castilla y León. Reunido con su madre, le nombra rey de Castilla. Al fallecimiento de su padre, Fernando reclamó el trono de León, del que el Papa le había nombrado heredero. Realizó una gran labor cultural y política. Conquistó las más importantes ciudades de Andalucía, entre ellas Sevilla, y sometió muchas plazas ocupadas por los árabes.
Falleció de hidropesía el 30 de mayo de 1252. Recibió sepultura en la catedral de Sevilla y posteriormente su hijo realizó un imponente mausoleo revestido de plata de ley. El papa Sixto conformó en 1590 que Fernando III poseía el halo de santidad y que se merecía el tratamiento de santo.
Lleva su mochila cargada de experiencia y conocimiento, lealtad, disciplina, entrega, sacrificio y valor... con un legendario pasado, con una increíble historia de valor, sacrificio y arrojo.
Los valores son como las huellas de los dedos. Nadie tiene las mismas pero los dejan en toda las cosas que hacen. La permanente disposición para defender a España incluso con la entrega de su vida, cuando fuera preciso. Las Fuerzas armadas darán primicia a los valores encarnecidos de nuestra secuela tradición, y como una Institución solida cuenta con sus propios valores cualidad del que supone fuerza de voluntad y determinación para afrontar las más graves situaciones.
Piensa el lector de estas sencillas palabras, en la gran cantidad de esfuerzo físico y moral, cuánto sufrimiento y cuántos Ingenieros muertos o heridos están detrás y presente en su gloriosa historia y cuantos Ingenieros oyeron muertes o en vida la sagrada formula de composición de la más grande condecoración en la guerra que se concede tras un juicio contradictorio y que brillan en la preciosa sala de honor de la unidad.
Porque hoy día 30 de Mayo que es una celebración esencialmente espiritual que se alimenta de la profunda devoción a San Fernando, manantial del que brotan los sacrificios, la entrega y la voluntad de los Ingenieros en el sagrado servicio a afrontar. Muchas felicidades a todos y en general a los compañeros que ya no nos acompañan. Descansen en paz.
Y en estas emotivas fiestas tienen además un especial significado, como dice el verso:
Todo esto que se llama Gloria y que mueve a sacrificios tan horribles y a tan difíciles acciones suele parar en esto justamente. En que pasados los años y aun los siglos cualquier “curioso” registre papeles viejos y reproduzca los nombres de quienes tanto hicieron para alcanzarla poniendo sus hechos heroicos en emocionamiento de los que saben a quienes darle a la luz pública.
El título ya lo dice todo: Historial compendiado, es decir, no es una historia completa y tomística, antes al contrario, es una sumaria exposición de lo más sustancial de nuestro Regimiento en doscientos años. Para su realizacion hemos partido de dos estudios básicos: El Histórico del Cuerpo de Ingenieros, de 1911, consistió en ordenar notas, apuntes y cuantos datos hemos encontrado, en una labor de búsqueda que en calificar de dificultosa escasa e imcompleta. Pero hemos decidido que este compendio es sólo la primera piedra, a la que seguirán otras que la amplíen, perfeccionen e incluso rectifiquen, y, lo que, ojalá, pueda se lo mas importante: que estimule la curiosidad y la afición de otros y pueda construirse un buen historial, que es lo que el Regimiento se merece de quienes hoy formamos parte de él.
Las fortificaciones de la antigüedad y las levantadas durante la Edad Media eran dirigidas por arquitectos. La construcción militar, que apenas se diferenciaban de la civil, no exigía la existencia de un personal consagrado a ella exclusivamente.
Los mismos maestros (alarifes) que se encargaban de la traza de los edificios civiles, de las iglesias, palacios y casas, hacían la de las murallas, sus torres y sus puertas, con las almenas matacanes, adarves y barbacanas que eran entonces necesarios para la buena defensa. No eran, por tanto, necesarios conocimientos especiales, ni instrucción particular, puesto que era la fortificación una de las ramas de arquitectura en general.
Para lo que sin duda hubo especialización del personal desde muy antiguo, fue para dirigir los “engaños” de ataque de las plazas, así los que tenían por objeto lanzar proyectiles contra los defensores o batir los muros, origen de la moderna artillería, como los destinados a cubrir a los sitiadores, facilitarles el acceso hasta la fortificación o dar el asalto.
El desarrollo de la fortificación tuvo por cuna a Italia en la época del Renacimiento. Allí, se adoptaron nuevos métodos de fortificación las plazas, que respondían a las nuevas armas y a la cultura intelectual de aquellas generaciones. El movimiento fue iniciado y desarrollado por los arquitectos. Giorgio, Los Sangallo, Leonardo da Vinci, tomaron con otros muchos parte activísima en él, construyendo recintos y castillos, y no desdeñándose de tomarla también en su ataque y en su defensa.
Pero al lado de éstos, de acentuado carácter técnico, surgió un número considerable de soldados que, aplicándose a observar las reglas del nuevo arte y llevando a ellas el fruto de su experiencia y de su ingenio, las perfeccionaron y acomodaron a ellas la construcción.
Además, después del Renacimiento, por los progresos de la Artillería, se empezó a considerar la fortificación como una especialidad separada de la arquitectura civil, creándose un personal especial, apto para la construcción de aquella clase de obras y para dirigir los trabajos de ataque y defensa de las plazas.
La historia de un Regimiento, en principio, sólo interesa sobremanera a los estudiosos de la historia militar y a los propios militares. Sin embargo, el lector al que, aunque por pura casualidad, caiga este trabajo en sus manos, se encontrará con una visión histórica-militar ciertamente apasionante de nuestra vida como nación durante los doscientos últimos años. El atormentado Siglo XIX y el frenético y cambiante Siglo XX afectaron, a veces dramáticamente, al Ejército español y a sus unidades.
El Regimiento de Ingenieros Núm. 7, creado en 1802 por Carlos IV, protagonizó hechos heroicos y materializó obras que aun hoy perduran; acogió personajes ilustres que dieron gloria a España, a su Ejército y al Cuerpo – hoy Arma – de Ingenieros.
Creemos, por tanto, que los hechos, las obras, y sus protagonistas, merecen ser conocidos y, al final de la lectura, reconocidas.
Creación del Regimiento Real. Origen de los Ingenieros Militares.
El próximo día 5 de septiembre de este año 2021, se cumplirá doscientesveinte años de la creación del Regimiento Real de Zapadores y Minadores, del que nuestro Regimiento nº7 es heredero y depositario de su historial. Lejos queda ya aquel 5 de Septiembre de 1802, en que el Rey Carlos IV sancionaba el Decreto por el que se organizaban las Tropas de Ingenieros, a la vez que se creaba el primer Regimiento del Arma, en base a dos Batallones, cada uno de ellos a cinco Compañías, una de Minadores y las cuatro restantes de Zapadores.
Durante estos doscientos años el Regimiento ha dado muestra de saber estar y ha tenido actuaciones heroicas que han puesto de manifiesto el valor y el amor a España de todos cuantos han formado entre sus filas.
El recorrido por la brillante historia de esta Unidad, que ha tenido nada menos que dieciocho denominaciones distintas, nos enlaza con el acutal Regimiento de Ingenieros nº 7, organizado en Jefatura de Ingenieros y Batallón de Zapadores, con una importante Unidad de Máquinas.
Movidos todos los Estados por el crédito y la fama que tenían los ingenieros italianos, tomaron a sueldo muchos de ellos, y a los Reyes de España, sobre todo en el siglo XVI, los hicieron venir en un número considerable, eligiéndose entre los más distinguidos, para la fortificación de las plazas tanto de la Península como de las posesiones de Europa y de Ultramar. A su lado se formaron muchos ingenieros y artilleros españoles: Cristóbal de Rojas, Cristóbal de Lechuga, Pedro Luis Scribá, Luis Collado, y otros, no menos dignos de conmemoración y aprecio que los Antonelli, Spannochi…
Si antiguo es el origen de los Ingenieros militares, no menos puede considerarse el de las tropas afectas a los servicios de éstos. Difícil es demostrar el momento preciso en que hubo individuos dedicados especialmente a los servicios de la ingeniería, pero su existencia desde la más remota antigüedad la atestiguan escritores de todas épocas al hablarnos de trincheras, puentes y defensas de todas las clases que empleaban para librarse de los enemigos.
Sin referirnos a épocas al hablarnos de trincheras, puentes y defensas de todas las clases que empleaban para librarse de los enemigos. Sin referirnos a épocas muy remotas, la historia nos recuerda los sitios de Sagunto y Numancia, los puentes construidos por Julio César en la campaña del Segre; en este mismo río el puente de pontones hecho con barcos de mimbre cubiertos de cuero. De trincheras, las de los campamentos romanos, con las que en general los cercaban, dándoles un perfil defensivo.
La necesidad de arreglar caminos, poner puentes y ejecutar toda clase de obras de campaña, ha obligado a llevar en los ejércitos hombres capacitados y útiles para su construcción.
Para no jurar fidelidad al Rey Francés, en días anteriores y después del 2 de mayo se producían muchas deserciones, hasta en grupos de 50, de los regimientos de Guardias y Walonas y otros cuerpos de la guarnición de Madrid, pero ninguno marchó como el de Zapadores con sus oficiales y banderas. En efecto, aquellas dos compañías (3ª de zapadores y la de minadores), unidas a 400 reclutas incorporados a la Plana mayor del batallón, con la bandera desplegada de éste llevando consigo armamento, vestuario, caja y municiones, salieron de Alcalá de Henares en la tarde de 23 de mayo, al mando del Comandante del regimiento, Don José Veguer (2), y seis oficiales (Xaramillo, Albo, Velasco, Segovia, Manzanares y Francisco López) y, por la sierra de Cuenca, después de haber rechazado en Almonacid de Zorita las propuestas de indulto que les traían embajadores del General en Jefe del Ejército francés, se dirigieron a Valencia, donde entraron triunfalmente el 7 de junio. La junta Suprema del ejército de Valencia, que se había levantado contra el falaz invasor, “dio las gracias el día 8 a los heroicos zapadores minadores, un grado a los oficiales y un premio en metálico a la tropa”.
A base de esas compañías de Ingenieros, llegadas a Valencia, la Junta de esta ciudad formó un batallón de zapadores de cuatro compañías, al mando de Veguer, que después se cubriría de gloria en la defensa de Zaragoza, en la que colaboraron los jefes de Alcalá D. Manuel Pueyo, Coronel del Regimiento, y Sargentos mayores Don Antonio Sangenís y Don Cayetano Zappino, que salieron de la mencionada población el 6 de junio al recibir la orden de Murat de trasladarse a Madrid, y los Capitanes y subalternos Bustamante, Quiroga, Bayo, Cortines, Rodríguez Pérez, Román, Caballero y Zamorategui, todos los cuales, así como el Jefe de estudios de la Academia, Coronel Don Carlos Cabrer (3), que alcanzó a los zapadores de Veguer en Valencia, marcharon a Zaragoza, tomando parte muy activa en todos los trabajos de fortificación y en las gloriosas defensas de los sitios.
Urge recordar que, poco después de la “fuga de los Zapadores”, el Inspector general interino, Don Antonio Samper (4), junto a otros oficiales del Cuerpo, salieron de Madrid, con grave riesgo para sus vidas, para unirse a las tropas nacionales.
Los zapadores encuadrados en la división española, al mando del Marqués de la Romana, que había sido facilitada a Napoleón para combatir en Dinamarca, enterados de los sucesos del 2 de mayo, se negaron a cumplir las órdenes de jurar como Rey de España a José, tan rotundamente que no fue posible entenderse con ellos, decidiendo fugarse a la escuadra inglesa. El Almirante de ésta, de acuerdo con el Marqués, acordó el plan de evasión de nuestras tropas, jugando un papel importante el Capitán de Ingenieros D. Fernando Miyares y el Subteniente de Zapadores D. Juan Pablo Sebastián. El 5 de septiembre de 1808 quedaron instalados a bordo de buques ingleses casi todas las tropas españolas, y con ellas la compañía de zapadores.
El 24 de mayo de 2011, dentro de los actos de la festividad de San Fernando, patrón del Arma de Ingenieros, el RING-7 hizo entrega e inauguró un monumento dedicado al puerto de Ceuta, una de las muchas obras construidas por los ingenieros militares en la ciudad.
Se ubicó concretamente en el muelle “España”, lugar donde tiene su sede la Autoridad Portuaria de Ceuta, cuyo Presidente Don José Torrado López, junto con el Director del Puerto de Ceuta Don Cesar López Ansorena y el ilustrísimo señor Coronel del Regimiento Don Juan Pedro Rodríguez Manjón-Cabeza presidieron el acto.
El monumento denominado “El Arma de Ingenieros”, consiste en una torre flaqueada por un roble y un laurel, el cual ha sido construido en la entrada del “Muelle España” del puerto de Ceuta.
No digáis de esos que han caído luchando bajo los Estandartes de la Patria que han muerto, al contrario ellos viven, aunque nosotros no lo sentimos, pero los llevamos en el corazón.
Los hombres que propagan la extirpación del romanticismo ni saben ver el cielo, ni saben ver la historia, ni sienten la poesía en el arte, ni le ponen lagrimas en los ojos los grandes triunfos morales y de la Patria, de nuestra España, que es un esfuerzo continuado de cientos de años un tesoro inagotable de generosidad, ambición, carácter y sacrificio. Un tesoro inagotable y sagrado y por tanto respetable para todos los españoles y los valientes soldados de España a través de la historia.
Y estas emotivas fechas tienen además un especial significado como dice el verso: Todo esto que se llama gloria y que mueve a sacrificios tan horribles y tan difíciles acciones suele parar en esto justamente: en que pasados los años y aun los siglos cualquier curioso registre papeles viejos y reproduzca los nombres de quienes tanto hicieron para alcanzarla poniendo sus hechos heroicos en conocimiento de los que saben o quieren darlo a la luz pública. Y termino: gracias a todos Vds., que con su presencia y lectura e interés por tan bonito tema hacen un gran éxito por su presencia.
El mejor resumen que pudiéramos presentar de la actuación durante la primera guerra carlista del Regimiento de Ingenieros, lo constituye la reproducción del dictamen suscrito por el Brigadier D. Mariano Miguel y Polo, Senador del Reino, que actuó como fiscal en el expediente mandado instruir por el Consejo Supremo de Guerra y Marina, como trámite previo para la concesión de la preciada recompensa colectiva antes citada, el que se falló en junio de 1847. De dicho documentado resumen son las páginas que siguen:
“La compañía de pontoneros del primer batallón, sin hablar de otros sucesos gloriosos, se arrojó a coronar y coronó, a la vista del ejército, en medio del día, a pecho descubierto, el camino cubierto del fuerte de Guardamino, perdiendo en tan arriesgado empeño la tercera parte de su fuerza, y siendo herido el Comandante General de Ingenieros Don José Cortines, que puesto a su cabeza la guio y dirigió.
La tercera compañía del primer batallón, que ostenta el título de MODELO DE BRAVURA, en la defensa de Montalbán.
La cuarta compañía del primer batallón, que ostenta el título de MURO DE BRONCE, en la batalla de Chiva, el día 15 de junio de 1837. S.M. La Reina Isabel II se dignó recorrer sucesivamente y muy despacio los dos frentes de batalla, y situándose después delante de la bandera del Regimiento de Ingenieros, dispuso que se adelantase ésta hasta acercarse a su carruaje. El Ingeniero general entregó al Ministro de la Guerra, y éste lo hizo a S.M., en una bandeja de plata, dos ejemplares del fallo del Tribunal Supremo del Regimiento a las corbatas de San Fernando, estas mismas corbatas y dos medallas de plata acuñadas para perpetuar la memoria de tan fausto acontecimiento. S.M la Reina se dignó recibir todos estos objetos y puesta en pie unió dichas corbatas a la moharra dorada de la bandera.
En seguida, haciendo que se adelantasen en masa todas las fuerzas que se encontraban formadas en el campo, y dirigiéndose particularmente a las de ingenieros, el Ministro de la Guerra leyó en alta voz, y en nombre de S.M., la alocución siguiente:
S.M LA REINA ISABEL II AL REGIMIENTO DE INGENIEROS SOLDADOS:
La noble insignia que desde hoy condecora las Banderas fiadas a vuestra lealtad, es premio justo de los distinguidos servicios del Regimiento en la guerra. Las corbatas de la Orden de San Fernando llevarán vuestra fama de siglo en siglo, y servirán de poderoso estímulo a los que sucesivamente os reemplacen, para que repitan hechos heroicos. Al colocarlas por mi mano he querido dar al Regimiento y al Ejército toda una nueva prueba de mi cariño, y de cuánto aprecio el mérito que los valientes Cuerpos que lo componen han contraído defendiendo mi Trono y las Leyes del Estado, y acreditando la más severa disciplina. Observándose siempre, la gloria militar elevará vuestro nombre, y en todas situaciones os seguirá mi maternal solicitud.
Madrid, 15 Noviembre 1850.
Aunque desde el 1 de enero de 1986 la unidad pasó a denominarse Regimiento de Ingenieros nº 7, hasta 2011 en su estandarte figuraba la leyenda “INGENIEROS – REGIMIENTO MIXTO Nº 7”.
El 30 de mayo de 2011, durante la parada militar de la celebración de nuestro patrón San Fernando, la Autoridad Portuaria de Ceuta, representada por su presidente Don José Torrado López, hizo entrega al Regimiento de un nuevo Estandarte con la leyenda “INGENIEROS – REGIMIENTO Nº. 7”, un regalo que evidencia las buenas y estrechas relaciones que existen con esta institución.
Fue madrina la Sra. Doña María Dolores Puya Rivas, esposa del Alcalde-Presidente de la Ciudad Autónoma de Ceuta, el Excmo. Sr. Don Juan Jesús Vivas Lara y mandaba el regimiento el Ilmo. Sr. Don Juan Pedro Rodríguez Manjón-Cabeza.
El acto fue presidido por el Excmo. Sr. Teniente General Don Francisco Puentes Zamora, entonces Jefe del Mando de Adiestramiento y Doctrina (MADOC) y teniente general en activo con más años de servicio
Regimiento Mixto de Ingenieros n. 7. El 12 de febrero de 1984, la Junta de Obras del Puerto de Ceuta, hoy Autoridad Portuaria, donó el Estandarte que presidió la vida del Regimiento hasta el 31 de mayo de 2011.
Regimiento de Ingenieros N.7. El 30 de mayo de 2011, la Autoridad Portuaria de Ceuta (antes Junta de Obras del Puerto), representada por su presidente D. José Francisco Torrado López, donó el Estandarte que ostenta el Regimiento. Amadrinó la enseña la esposa del Excmo. Sr. Alcalde-Presidente de la Ciudad Autónoma de Ceuta Don Juan Vivas Lara.
El actual Estandarte luce en su moharra seis (6) corbatas correspondientes a las recompensas siguientes:
• 1ª Corbata de la LAUREADA COLECTIVA DE LA REAL Y MILITAR ORDEN DE SAN FERNANDO:
BANDERAS MORADAS
BANDERAS MORADAS.docx Página 10 de 10 CAG 20/05/2021, concedida siendo Regimiento Real de Ingenieros. R.O. 21-09-1847. “1ª Guerra Carlista 1833-1840”.
• 2ª Corbata de la LAUREADA COLECTIVA DE LA REAL Y MILITAR ORDEN DE SAN FERNANDO:
Concedida siendo Regimiento Real de Ingenieros. R.O. 27-08-1856. “Desarme de la Milicia Nacional de Madrid, 14, 15 y 16 de julio de 1856”.
• 1ª Corbata de la MEDALLA MILITAR COLECTIVA:
Concedida a la Sección del Batallón de Transmisiones de Marruecos (Columna Somosierra), O. 06-12-1938 (BOE. nº 166). “Somosierra” (19-07-1936 al 22-09- 1936).
• 2ª Corbata de la MEDALLA MILITAR COLECTIVA:
Concedida a la 3ª Cía. de Telégrafos del Batallón de Transmisiones de Marruecos, O. 01-08-1940 (DO. nº 178). Méritos durante la Campaña.
• Corbata de la ORDEN PIANA DE LA SANTA SEDE
Concedida a la Compañía de Minadores del II Batallón del Regimiento Real de Ingenieros. Breve de 06-08-1850. Expedición a los Estados Pontificios en 1849.
• Corbata de la “MEDALLA DE LA CIUDAD DE CEUTA” en su categoría de “Plata”
Concedida al Regimiento de Ingenieros N.º 7. 07-06-2019. En reconocimiento de sus servicios y acciones en favor de Ceuta.
Ha llegado la hora de luchar: lucharemos como buenos y nos haremos dignos de aquellos que tal alto pusieron en otros tiempos el nombre de la gloriosa Bandera española.
Señor, ante ti formamos, aquí nos tienes una vez más. Somos los ingenieros de España. De esta España que nunca muere, que cree en el alma inmortal y que se siente que la muerte es dura, cruel pero no el fin. Señor, hoy aquí firmes codo a codo con nuestros compañeros de armas elevamos al cielo nuestra oración y te pedimos, te rogamos por ellos, por todos los que murieron por España, por todos los que, jóvenes, hombre hechos o peinando canas de uniforme, o sin él, dieron su vida por la Patria.
Larga vida para todos, colmada de aciertos y éxitos, dejemos volar la esperanza y la ilusión, que son las alas de la felicidad, olvidemos nuestras tristezas, para colaborar con nuestra palabra a que no se agrieten las tres sílabas más bellamente unidas de nuestro idioma: ¡España!
Pocos pueblos pueden ofrecer nos orígenes tan diáfanos y milenarios, nos títulos y derechos tan legítimos, una trayectoria tan recta y ejemplar.
Si los griegos y romanos aportaron a Ceuta la impronta de s cultura y señorío, los bizantinos y godos le transmitieron el tesoro espiritual de conocer y amar la Cruz del Redentor.
Portugal la soldó al trono ibérico, legándole heráldica, nobleza, prestancia y bizarría, y a la vieja España cerró para siempre el arco de su proceso histórico, confiriéndole su andalucismo, sus tradiciones ancestrales, los anhelos y acervo de sus valores eternos, y sobre todo su amor a España. Jamás inclino su frente ante nadie ni ante nada, escribiendo historias inmortales para España.
Ceuta es una luminaria en el estrecho de Gibraltar, calle mayor del mundo. Sus rocas están empapadas de la sangre roja de sus valientes soldados de España que dieron su vida sonriendo defendiéndola.
Hoy nuestras Fuerzas Armadas están en vigilia permanente sobre este solar español en el Continente Africano que es la puerta de Europa.
Que nuestra señora la Virgen de África (Piedad tallada en madera del siglo XV), Madre Celestial de Ceuta, nombre de África lleva y orgullosa va luciendo su Bastón de Mando (Aleo) Capitana General, Patrona y Alcaldesa Perpetua de Ceuta os proteja.
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