Muy buenos días!!!
Permítanme la expresión y mal uso de la lengua de Cervantes, pero cada vez que me pongo frente a mi ordenador, abro la página de Google (o San Google mejor dicho) y escribo alguna palabra para buscar algo al respecto…., lo flipo!!! Ya puede ser el término tecnológico más novedoso, el concepto filosófico más ancestral, el artículo más rebuscado de una ley o incluso la técnica de punto de cruz más vistosa y bonita…, que podemos encontrar en internet a tan solo un click de distancia unas 350.000 páginas sobre el tema.
Tenemos un poder titánico en cuanto al acceso al conocimiento se refiere. Hay momentos en los que me pregunto cómo pudieron vivir nuestros pobres abuelos, tatarabuelos y demás raíces del árbol genealógico sin la wikipedia, sin los diccionarios on-line, sin los foros y sin los millones de gigas de información de la que hoy disponemos tantos en libros como en internet.
Datos, fechas, técnicas, descripciones, definiciones, fotos, esquemas, apuntes, e-books, resúmenes…, sin duda una de las profesiones del futuro será la gestión de todo ese conocimiento. Vayan tomando nuestros futuros dirigentes políticos nota de ello para nuevas opciones formativas.
De acuerdo, si…, mucho dato, mucho acceso, mucha disponibilidad, pero… ¿qué hacemos realmente con esa información? Ya no hablo a nivel académico, a nivel de investigación científica…, sino a nivel “doméstico”, en nuestro día a día. ¿Somos conscientes de ese “poder”?
¿No creéis que tanta información y abanico de posibilidades de alguna manera nos satura? ¿No creéis que la obtención de ese conocimiento e información puede ser freno para pasar a la acción?
Ojo!!!, para nada estoy diciendo que no aprendamos y asimilemos datos y conceptos…, pero la obtención de dicho conocimiento, aunque en su origen fuese beneficioso puede resultar ser un freno a la hora de ponernos en marcha porque… al fin y al cabo siempre habrá “algo más” que aprender.
Mucha información… pero poca INSPIRACIÓN!!!
¿Dónde está esa fuerza que nos hace poner en práctica todo aquello sabemos? ¿Dónde está ese impulso para transformar ese amasijo de datos en algo concreto que pueda de verdad ayudar a solucionar algún problema?
Seguramente a más de uno nos ha pasado que incluso tras una buena formación y preparación, hemos planificado, desmenuzado, analizado, comparado tanto los pros y los contras que hemos matado a nuestra idea “por análisis”. Y como consecuencia nuestra acción muere por “parálisis”.
Esto que acabo que decir puede resultar hasta poético por aquello del pareado, pero es un mal que nos acecha con frecuencia en la vida.
Esa parálisis a la hora de emprender, de echar a andar, de comenzar cualquier proyecto puede ser debida a un exceso de información. Quizás deberíamos plantearnos una dieta “hipoinformativa”.
Lee atentamente esta frase, escríbela en tarjetas, post-it y ponlos por toda tu casa…, o incluso si eres más heavy y radical aún… hazte un tatuaje con ella!!! Ahí va… “No es lo que sabes, sino lo que haces con aquello que sabes”
Me juego un café con cualquiera que me acepte la apuesta a que todos sabemos mucho mucho más de lo que creemos, a que tenemos condiciones, aptitudes y actitudes para iniciar cualquier proyecto que nos propongamos.
¿Por qué entonces nos quedamos ahí frente al ordenador buscando ese otro nuevo concepto, ese otro nuevo curso, esa frase que nos ilumine, ese libro que nos motive, esa varita mágica...?
Deja la información a un lado y trabájate un poco la inspiración. Súbete en esa emoción de imaginar que llevas a cabo aquello que te pone los pelos de punta, que te apasiona. Tú ya sabes en que eres un “crack”, un genio… así es que destapa el tarro de las esencias y ofréceselo al mundo entero. Hoy más que nunca hace falta nuevos talentos, nuevos conceptos, nuevos principios y nuevos puntos de vista que aporten aire fresco y desplacen a un anticuado modo de ver y hacer las cosas.
¿Te imaginas a un Steven Spielberg diciendo…, no, no voy a empezar a rodar mi primera película porque voy a ver si aprendo una nueva técnica, hago un nuevo cursillo de cámara, guión, dirección, etc.? ¿O a un Picasso dudoso de pintar un cuadro diciendo que va a ver si consigue más información para mezclar mejor los colores?
A que no!!! Pues por qué ibas tú a ser distinto!!!
Deja de echar datos a la cabeza, que no es lo mismo que aprender, y pon todo aquello que sabes a disposición del mundo entero.
Por desgracia en nuestro país sufrimos de “titulitis” y creemos que tenemos que tener la pared llena de títulos para ponernos en marcha. Pero ¿Es que no cuenta la experiencia, los errores cometidos y esa gracia natural que todos tenemos y no es posible enmarcar en ningún cuadro de ningún despacho?
Una idea con mucha inspiración, ilusión y ganas es un éxito cantado. Muchas ideas con poca inspiración es seguir en casa en casa soñando despierto.
Seré un pesado…, pero te lo voy a repetir: “No es lo que sabes, sino lo que haces con aquello que sabes”
¿Sacas todo el provecho a tus conocimientos, experiencias, aficiones y hobbies? ¿Has pensado en rentabilizar alguna vez algún talento innato? ¿Haces todo lo que puedes con aquello que sabes? ¿Qué podrías hacer que no estés haciendo? ¿De qué manera puedes ofrecer al gran público toda tu experiencia en la vida? ¿Cuál es el valor que puedes aportar?
Reflexiónalo tan solo por unos minutos, da el salto y que se entere el mundo entero de todo lo que sabes y eres capaz.
Muchas gracias.
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