Es un auténtico infierno. Horas eternas de espera para poder regresar a la ciudad. Horas que se convierten en una agonía para las familias que se quedan atrapadas
en la frontera marroquí sin saber cuándo entrarán en Ceuta. A la situación de bloqueo vivida este domingo se ha repetido otra idéntica este lunes. Festivo, jornada de Reyes, que ha dejado solo un carril abierto en el lado español convirtiendo los accesos en una auténtica tortura. Familias al completo tienen que estar dentro de sus coches soportando colas en un ambiente sin seguridad. Los vehículos no avanzan, en plena carretera no hay siquiera servicios para las personas enfermas o para atender a los niños. Al bloqueo en la carretera se añade la presencia de delincuentes que, en plena noche, no hacen sino atemorizar a los que solo quieren regresar a la ciudad. Las quejas no se han hecho esperar. Muchos de los afectados han denunciado a este periódico la repetición de un caos ya enfermizo. Parece que se penalizara marchar a Marruecos a pasar el día o a disfrutar de la familia. Se están rompiendo los lazos familiares entre uno y otro lado del Tarajal por esta situación, sin que se adopten soluciones. En la Junta de Seguridad organizada antes de las fiestas de Navidad se acordó que se daría prioridad a la entrada de vehículos para agilizar la situación y evitar colas que incidieran, por ejemplo, de manera negativa en las ventas de los comercios. También se anunció que se abrirían los tres carriles para ganar en la agilización del tránsito. No ha sido así. La falta de efectivos da pie a estas situaciones generando bloqueos permanentes y haciendo que la frontera, sencillamente, no funcione. Nadie además da explicaciones de lo que sucede y la falta de información es la constante tanto en los que esperan en Bab Sebta como entre quienes deben hacer lo propio en la explanada del embolsamiento.