Nueva jornada de infierno en la zona de embolsamiento. Nueva jornada de tensión sin que se dé solución alguna a las personas que llevan esperando en Ceuta el momento de poder salir a Marruecos. Hay porteadores pero también vecinos de la ciudad que solo quieren cruzar al otro lado. Es una situación desesperante y que ha provocado un estallido de nervios entre los presentes que ya no aguantan más. La Cruz Roja ha vuelto a ser activada en la zona para estar lista si se produce algún caso que requiera de atención sanitaria urgente. Las personas que están bloqueadas no entienden el porqué de esta situación.
Y es que muchos de ellos llevan más de 8 horas esperando para salir. Algunos desde antes de las 14:00 horas y lo peor de todo es que nadie les da una explicación. Marruecos sigue con su política de registrar cada vehículo y eso ralentiza la salida de los coches y furgonetas que esperan. Nadie aporta medidas que resuelvan lo que está sucediendo, con familias al completo bloqueadas, con mayores y niños pequeños. La explanada no fue concebida para esto, no hay infraestructuras, ni tan siquiera servicios públicos para que puedan ser empleados por tanta cantidad de personas. La situación es tercermundista.
Los propios afectados han salido de sus coches y están en la explanada intentando que alguien les informe qué pasa, cuándo podrán salir. Lo peor de todo es que nadie les atiende y las personas amenazan con ir andando a la frontera a pedir explicaciones allí de lo que sucede. No hay una sola autoridad que calme los ánimos ni que ponga remedio a esto. La misma situación se repite día tras día, noche tras noche y la gente afectada está harta de aguantar. No pueden más.
De momento no ha habido ningún pronunciamiento de la Delegación del Gobierno al respecto ni se ha notificado que se haya producido acercamiento alguno con las autoridades marroquíes de la frontera para terminar con esta auténtica tortura.
La indignación alcanza cotas tan altas como las que se pueden comprobar desde dentro de la propia explanada. Un vecino que está sufriendo en estos instantes estas jornadas interminables, ha compartido con El Faro la situación desde dentro. "Mira, un grupo ya va para la aduana. La gente ya está mosqueada. Esto no es normal, ocho horas", explica.
También los residentes en los alrededores de la zona han expresado sus quejas ante una situación que les afecta directamente debido al ruido que generan la aglomeraciones durante toda la noche. "Vivo en Loma Colmenar, y por las noches, los pitos de los coches son insoportables, tenemos bebés e hijos que tienen que despertarse temprano para ir al cole, y nosotros para trabajar igual, y no nos dejan descansar, es inhumano", lamenta uno los afectados a este periódico.
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