En mi opinión, al glorioso cuerpo de la Infantería de Marina no se le ha reconocido los importantes hechos de armas, así como su participación en misiones humanitarias. Concretamente en la Campaña de Ifni-Sáhara apenas se le menciona, cuando su actuación fue muy importante y sobre todo heroica, como lo acreditan las bajas que sufrieron, como fueron varios heridos en los combates que se libraron en dicha cabeza de playa de El Aaiún.
En 1957, ni Sidi Ifni ni El Aaiún disponían de muelles para atraque de buques, por lo que todo, mercancías, combustibles, etc., para los aeropuertos y central eléctrica llegaba por mar, de las lanchas a las caleteras, pero al llegar a la playa había que descargarlo a hombros, una tarea muy penosa y sacrificada, que conllevaba no sólo días, sino también muchas noches.
Cuando comienza la efervescencia de los delirios anexionistas de Marruecos, los nativos de la Unidad de Mar del África Occidental Española empiezan a solidarizarse con las proclamas del Partido Istiqlal, que coaccionaba a estas humildes gentes para boicotear la colaboración con las autoridades españolas, empezando por secundar una huelga y negarse a descargar material militar, así como a la ayuda a desembarcar tropas.
Esto era el fruto y resultado de las constantes campañas y soflamas de la permisiva conducta de las autoridades españolas con el citado Istiqlal, los que pregonaban, y todavía lo mantienen en su mente, la creación del Gran Magreb, con su mapa donde aparecen Marruecos, Ifni, Sáhara, Mauritania, Canarias y hasta incluso San Luis, en Senegal.
Ante el grave problema del desembarco de materiales y personal en dichas playas, el entonces almirante-jefe de la Zona Marítima de Canarias, Pascual Cervera y Cervera, ordena la creación de una denominada Brigada de Marinería de Ifni, cuya tarea era el denominado ‘Buque-Costa’, para que en el supuesto de que los nativos insistiesen de dicha Unidad de Mar del África Occidental Española, la Brigada de Marinería realizaría la tarea de los anteriores miembros de la Unidad de Mar de África Occidental Española.Tan solo citar algunos de los hechos de armas de los infantes de Marina. Uno de ellos tuvo lugar el 3 de diciembre de 1957, cuando la corbeta ‘Descubierta’, con la protección de un avión ‘Heinkel’ del Ejército del Aire, desembarca un pelotón de infantes de Marina en Cabo Bojador, rastreando la zona durante 48 horas, encontrando en el interior del Faro restos de sangre, casquillos de armas de fuego, la radio del faro destrozada, sin encontrar cadáveres ni rastro alguno de los ocupantes de dicho faro.
Con anterioridad, el 13 de junio de 1957, el teniente de Infantería de Marina, Antonio Sánchez Pastor, con 100 marineros, para en la playa de dichos territorios para realizar lo que hoy se llama logística. Pocos días después se incorpora a esta brigada el contramaestre, Fernando Bonachera Vázquez, y aquellos 100 esforzados y valientes marineros, trabajando de sol a sol y hasta incluso por la noche, hacían posible que la población y las guarniciones militares estuviesen atendidas en el suministro, tanto de víveres para la guarnición, como combustible y armamento y municiones, dándose el caso que muchas veces, durante la noche tenían que estar a marchas forzadas, para que los suministros en ningún momento fallasen en sus destinos, y hay que tener en cuenta que el combustible llegaba en bidones y desde la playa hasta su almacenamiento eran los brazos de aquellos esforzados marineros los que allí los depositaban.
Si en la cabeza de playa de Sidi Ifni, la infantería de Marina realizó un duro trabajo, en la de Aaiún puede afirmarse que su comportamiento fue ejemplar. Concretamente el 10 de febrero de 1958, a las 2 de la madrugada varios grupos de las Bandas Rebeldes del Ejército de Liberación Marroquí atacaban la cabeza de playa de Aaiún, ataque que fue rechazado con firmeza por los infantes de marina, los cuales se desplegaron en los elementos de resistencia. En las proximidades del faro eran atacados por fuego de mortero enemigo, siendo respondido por los infantes de marina con fuego de ametralladora y morteros; ante la respuesta de los infantes de marina, el enemigo huyo hacia el interior del desierto.
Tres horas después, a las 05:30 de la madrugada, de nuevo las Bandas Rebeldes volvían con un intenso ataque sobre las inmediaciones del faro, con fuego de mortero de 50mm. En este ataque resultó herido un soldado y dos cabos de infantería de marina.
De nuevo, en la noche del 16 de febrero de 1958, se produce un intercambio de granadas de mano y fuego de fusilería entre grupos de rebeldes y los infantes de Marina. Desde un subelemento de Marina de la zona norte, observaron a personal que huía en desbandada en dirección al norte.
"Aquellos infantes de Marina no solo cumplieron con cariño las misiones encomendadas...”
La realidad de que dicha cabeza de playa no era un lugar de descanso o veraneo, lo avala el diario de operaciones de los infantes de Marina, como así dice: “día 16 de febrero 1958, a las 21:45 se oyó una explosión de una granada de mano y con arreglo a lo ordenado se estableció la alarma en la posición. Esta granada fue lanzada por un centinela del parapeto que ocupa el segundo pelotón de ametralladoras de la 1ª Compañía (zona norte), como respuesta a varios tiros de fusil del enemigo, corroborado por el oficial de la posición, el teniente Pedro Jiménez Ponos”.
En los meses que permanecieron los infantes de Marina en la cabeza de playa de Aaiún, apenas llegaron a conocer el descanso, puesto que su actividad era constante. En su diario de operaciones consta que el 23 de febrero de 1958: “la 1ª Compañía Expedicionaria de Infantería de Marina sale a bordo de camiones y jeeps del Grupo Expedicionario de Caballería Santiago, para llevar a cabo una amplia operación de reconocimiento y seguridad, desde la playa al cabo W, al Médano, una operación perfectamente coordinada con la participación del Escuadrón Paracaidista del Ejército del Aire, con los que llegarían a enlazar en las proximidades del Ryan Mansur”.
Aquellos infantes de Marina no sólo cumplieron con cariño las misiones encomendadas, también rubricaron lo que escribió un intelectual: “cumplir el deber no tiene más mérito que lavarse la cara. Lo importante es amarlo”.
El 11 de febrero de 1958, los infantes de Marina recibían esta felicitación: “saludo a todo el personal de Marina de cabeza de playa, enorgulleciéndome de vuestro comportamiento en las duras faenas marineras y combates contra el enemigo” (Almirante Pascual Cervera Cervera).
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