Varios incendios forestales que aún se encuentran activos en cuatro provincias del norte de Marruecos han dejado por el momento 5.400 hectáreas de bosque quemado y provocado el desalojo de 1.400 familias, según han informado fuentes de las diferentes regiones afectadas. El más extenso es el registrado en la región norteña de Larache, donde este pasado viernes se localizó un cuerpo sin vida con heridas por quemaduras. Este fuego, que tiene dos focos importantes, afecta al bosque de Bani Yusef Al Serif y por el momento ha arrasado 4.660 hectáreas y provocado el desalojo de 1.325 familias de 19 aldeas. En Tetuán, otro incendio que comenzó el pasado jueves aún sigue activo en el bosque de Beni Idder, donde ya se han quemado 220 hectáreas y han sido desalojadas 265 personas de sus casas. Además, 70 viviendas han resultado dañadas (de ellas 60 totalmente destruidas) en dos aldeas diferentes, y han muerto 90 cabezas de ganado. En la provincia de Ouazzane hay dos focos activos que han dejado 400 y 2 hectáreas quemadas por el momento, y un tercero controlado que ha quemado 5 hectáreas. La cuarta región afectada es la de Chefchaouen, donde un incendio ha arrasado 80 hectáreas de bosque de alcornoque y encina. La quinta es Taza, donde el incendio en el Bosque Bab Azhar, que contabilizó ayer cerca de 400 hectáreas quemadas, se espera dar por controlado esta noche. Cerca de 420 personas que residían en ocho pueblos cercanos al área del incendio han tenido que ser evacuadas. Para apagar las llamas, se han movilizado cientos de efectivos de Agencia de Aguas y Bosques, de la Protección Civil, Gendarmería Real, Fuerzas Auxiliares y las Fuerzas Armadas Reales, además de las autoridades locales. También a cuatro aviones cisterna Canadair del Ejército marroquí, cuatro aviones Turbo Trush de la Gendarmería Real, camiones bomberos, y decenas de vehículos de transporte y ambulancias.