París y buena parte del mundo está consternada por el repentino incendio que ha consumido una parte de la catedral de Notre Dame. En medio de este caos se encuentran varios viajeros procedentes de nuestra ciudad, entre ellos Juan Ángel Otaola, director del IES Abyla, quien ha relatado a El Faro los momentos de pena e incertidumbre que se han vivido en la capital francesa desde que comenzaron a ver el humo saliendo del templo. Cuenta como al salir de una tienda de música de la zona comenzaron a ver el humo. En esos instantes vieron una columna de humo saliendo de la catedral y pensaron que se trataba de la parte de atrás del templo, pues no se imaginaban que era este símbolo de París lo que estaba ardiendo. “Han comenzado las sirenas y bueno hemos empezado a acumularnos mucha gente con mucho silencio y mucho respeto y las peores suposiciones se han cumplido, que era Notre Dame lo que estaba ardiendo”, narra Otaola. Apenas unas horas antes, por la mañana, Otaola había estado visitando Notre Dame, en un recorrido ordinario “sin incidencias”, con la seguridad típica de cualquier monumento. Según cuenta, el incendio se produjo durante la celebración de la misa, sobre las 19.00 horas, por lo que la prioridad ha sido desalojar a las personas que estaban en el interior. “La gente afligida, llorando y con la incertidumbre de si es un accidente o era algo más”, explica el director del Abyla, ya que desde que llegaron a París, los mismos comerciantes de alrededor tenían “ciertas sospechas” de que algo ocurriría en estos días vacacionales de Semana Santa, por lo que en un principio temían que fuese un atentado. Han podido ver parte de la destrucción del edificio y han decidido marcharse de la zona por el miedo a que las fuerzas de seguridad comenzaran a cerrar la ciudad en anillos, como ocurre en este tipo de situaciones, “y nos quedemos atrapados”. Una experiencia que no van a olvidar nunca, ya que pueden decir que fue una de las últimas personas que pudo visitar Notre Dame antes de este terrible incendio.