El informe evacuado por los especialistas de Ceuta y los desplazados desde Madrid de la unidad de Policía Científica del Cuerpo Nacional de Policía descarta que el incendio declarado a primera hora de la tarde del pasado 14 de julio en la entreplanta del Edificio Colores fuese provocado, sino que apunta a que fue fortuito y motivado por un origen no plenamente identificado.
Según las fuentes consultadas por este periódico conocedoras del contenido del dictamen, entre las pruebas recabadas por los agentes participantes en la investigación no se ha hallado rastro alguno de acelerantes que pudieran hacer pensar en un suceso intencionado.
Los funcionarios sí han logrado ubicar al fondo del almacén, en el punto más alejado de la calle Real, el inicio de las llamas por mucho que el humo que alertó a los viandantes y los servicios de emergencias aflorase por la esquina situada entre la fachada que da a la arteria principal del centro de la ciudad y la de Martín Cebollino.
Los investigadores también han comprobado que el cuadro eléctrico del negocio mostraba algunos retoques que en ningún momento se estima que pudieran haber sido determinantes en la generación de un incendio que no fue declarado extinguido hasta tres días después y que llegó a hacer temer por el colapso del inmueble.
En la citada entreplanta se ha apreciado por parte de expertos ajenos a la Policía que su extensión fue ampliada “mediante un forjado de chapa colaborante dispuesto sobre un entramado metálico” que no presentaba protección contra el fuego y en uno de cuyos extremos “se apreciaban humedades y oxidación”.
A la espera de una más que previsible batalla judicial con varias aseguradoras de por medio, la Comunidad de Propietarios acordó la semana pasada contratar un equipo multidisciplinar de Málaga formado por arquitecto superior, un perito valorador de daños y un abogado que han pedido por escrito a la Consejería de Fomento de la Ciudad que facilite su labor para intentar agilizar el retorno a sus casas de las 42 familias que permanecen fuera de las mismas desde hace casi dos meses.
El pronóstico más optimista apunta a que las primeras podrían hacerlo como muy pronto en Navidad. El que menos retrasa su retorno a cierta normalidad hasta Semana Santa mientras aún no se ha cuantificado ni siquiera el coste que tendrá reparar los daños causados en las zonas comunes del inmueble, que no será inferior a “muchos cientos de miles de euros”.
El más afectado de sus dos bloques es el 2, el más alto, en cuya parte baja se concentró la mayor carga de fuego, aunque la fachada del 1 muestra las secuelas más visibles del incendio.
En el esqueleto los informes técnicos evacuados apuntan a que la estructura vertical del edificio no ha sufrido daños estructurales más allá de en unos pocos pilares, vigas y muros que deberán ser sometidos a reparaciones “puntuales”.
El forjado del hormigón de la planta primera ha sufrido daños en parte “generalizados” que lo hacen “irrecuperable”, por lo que tendrá que ser sustituido.
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