Dulces melodías se escuchaban desde tus labios.
Mientras has hablado, todos se han quedado embobados, por eso te querían tanto, y ahora que el soplo de la vida, ha expirado, y por consiguiente, te ha tocado la muerte, y estás callado, todos deseamos escucharte.
Los más allegados confían en un certero instante, donde el cielo, converja con todos nosotros, y estemos de nuevo reunidos.
Sabemos que no es para siempre, solo será un momento, lo que nos hemos quedado sin ti, sin tu presencia. Y el futuro llegará y abrirá el campo de la comunicación, entre tus más queridos y fervientes amigos y familiares, que te añoran ahora, y que te desean lo mejor en estos momentos, donde el dolor ha entrado, y nos has dejado en un limbo, donde todavía te sentimos, pero no te vemos. Seguro que estarás en un camino paralelo al nuestro, y nos estarás susurrando esa sonrisa tan peculiar, la tuya, que siempre nos dejabas, ya que querías impregnarnos de una sutil musicalidad, donde tu presencia fuera un coro, de unos buenos cantantes, tan buenos que jamás quisiéramos que se fueran a otro lado, de nuestra vera, y lo más cercana a nuestra estancia.
Hoy has partido, pero muy tranquilo, de dejarnos convencidos, que jamás estaremos sin tu presencia, que ha sido tan buena, que nunca se te echará en falta, porque tus recuerdos nos harán estar siempre junto a ti.
Los lloros, las penas, no son nostalgias, sino instantes de un no pensar en el futuro, y tener presente este fatídico día, que te has ido, sin contar con nosotros.
Todavía se te escucha, tienes ese calor humano que necesitamos, pero que no perdura, aunque se sabe que hay algo más, y eso es lo que necesitamos, verte en cada rincón que has estado, y que ahora te niega tu presencia.
Es ley de vida, y también de paciencia, que de ella entendemos un rato.
Descansa en paz buen hombre