Sorpresivamente, este jueves nos ha dejado para siempre Higinio Molina López. Periodista vocacional desde la infancia, su gran pasión fue la radio, si bien las circunstancias profesionales le llevaron a desfilar por los demás medios, lo que le permitió convertirse en un profesional todo terreno curtido en las más diversas experiencias y situaciones. Conocí a Higinio en su época de ‘niño del Padre Arenillas’ cuando, cada sábado, fielmente, acompañaba a tan inolvidable sacerdote a su charla semanal religiosa en ‘Radio Ceuta’, en la que D. Francisco le brindaba siempre la oportunidad de leer a la audiencia el evangelio del día. La timbrada voz y cultivada dicción del joven Molina eran tan significativas como para hacerme pensar que, más pronto o más tarde, terminaría recalando en el medio de las ondas hertzianas de su devoción. Tras una época de operario en la imprenta ‘Remedios’ y posteriormente de dependiente de bazar, debutó en la desaparecida ‘Radio Perla’, a sus treinta años. Una de las decisiones más importantes de su vida, señalaba, dado que se le abrían así de par en par las puertas de su gran sueño. Pero lo que posiblemente no llegaría a imaginar nunca Higinio sería su rápida incorporación, tres años después, a la prensa escrita, en concreto a este diario decano, a cuya plantilla perteneció durante dos etapas, entre 1985 y 2000, la última de ellas como director.
“Higinio, esto quiero pensar que nadie puede discutírmelo, fue un gran comunicador”
“ - Si ‘Radio Perla’ fue mi primera escuela de periodismo radiofónico, en ‘El Faro’ aprendí el periodismo escrito y muchos de los secretos de un oficio al que me incorporé sin ser licenciado. Fui uno de esos periodistas ‘chusqueros’ que cada día intentaba aprender a desarrollar su trabajo para corresponder a la confianza que había puesto en mí la empresa, así como los lectores del decano de la prensa ceutí.”, me decía. Y miren por donde que, sin salir de la Casa y a renglón seguido, Higinio retornaba así a su adorada radio. Ahora a COPE – Ceuta, la emisora que acababa de estrenar ‘El Faro’, y cuya dirección se le confió durante sus cinco primeros años de existencia, hasta retornar de nuevo al periódico por decisión del editor, quien pocos años después le nombraría también director del mismo. Y al frente del decano siguió hasta agosto de 2000, cuando, me confesaba, le tocó vivir “el instante más desagradable, o el más delicado” cuando hubo de comunicarle a Montero que dejaba la empresa. “Lo tengo en mi recuerdo como un momento especialmente duro. Posteriormente me despedí de los lectores mediante una Carta del Director que se publicó mi último día de trabajo bajo el título de ‘Ojala haya sido suficiente.’ ” (30/09/2000). Higinio Molina ha sido uno de los rostros más populares de RTVCE. La oferta que había recibido para incorporarse a la recién creada por entonces televisión pública local (RTVCE) era lo suficientemente tentadora en todos los sentidos como para abandonar su empresa de comunicación, en la que se había consagrado como profesional de los medios merced a su constancia y profunda condición autodidacta. “- Mi mayor satisfacción en la etapa de director era la de hacer la primera página del periódico que al día siguiente iban a leer los ceutíes. Maquetar la primera era uno de los momentos más agradables, para mí, de cada jornada.” Y en RTVCE culminó su carrera profesional como redactor – presentador tanto en los informativos del medio, o al frente de los distintos programas y retransmisiones de todo tipo que llevó adelante. Tres medios, sí, para un gran profesional como demostró ser Higinio en cualquiera de ellos, aupado por una vocación a flor de piel. “- Cada uno de esos medios tiene un atractivo especial que te engancha. La radio es mi eterna amante; la prensa escrita requiere disciplina en el trabajo y un nivel de exigencia que, si no estás dispuesto a asumir, puede llegar a agobiarte, pero que igualmente te atrapa si te gusta la comunicación. La televisión es el medio más poderoso porque aglutina lo mejor de la radio y la prensa escrita, aportando las imágenes. La televisión, y su papel en la sociedad es tan importante que me ha conquistado totalmente.”
“Un nombre propio que ha dejado un gran recuerdo en millares de ceutíes”
Y en esa televisión local, hace tres años, decidió poner fin a su carrera con ocasión de su jubilación. Pero un profesional de su talla y con su asombrosa vocación, difícilmente podía irse a su casa sin más, de ahí que encontrase en Facebook su gran herramienta donde seguir haciendo periodismo. En la red permanecen colgados los más diversos videos que ha venido realizando sobre su querida ciudad, a los que invito al lector a acercarse a través de su página en la mencionada red social en la que era, hasta hace solo unos días, uno de sus grandes animadores y un asiduo y fiel concurrente. Quienes nos preciábamos de contar con su amistad o simplemente le trataron, le recordaremos siempre como una persona afable, próxima, cálida, sincera y, por supuesto, comunicativa. Porque Higinio y esto quiero pensar que nadie puede discutírmelo fue, sobre todo, eso, un gran comunicador. Una voz de oro de la radio y la televisión local que por derecho figurará siempre en la historia del periodismo ceutí. Un nombre propio que ha dejado un gran recuerdo en millares de ceutíes con su presencia en esos medios de sus amores o en las redes sociales que ayer hervían con testimonios de cariño y condolencia hacia su persona. Adiós mi querido amigo. Me demostraste siempre serlo. Juntos ante el micrófono o fuera de él. Compartíamos una peculiar idea de radio y de locución que nos enloquecía, tanto que hasta habíamos esbozado cierta idea que, lamentablemente, no podremos ya materializar. Descansa en paz en esa otra vida en la que, a buen seguro, te habrá recibido con los brazos abiertos tu venerado Padre Arenillas.