El pasado viernes en el Congreso de los Diputados han sido visionadas las imágenes del asalto violento a la frontera de Melilla ocurrido el pasado 24 de junio. Un asalto en el que tuvimos que lamentar el fallecimiento de inmigrantes y en el que también sufrieron lesiones inmigrantes y guardias civiles.
Unas imágenes que habían reclamado visionar los grupos parlamentarios para valorar lo que ocurrió ese día. Unos hechos que no vamos a evaluar, porque están siendo examinados por sus señorías y por la Fiscal de la Sala de Extranjería, Beatriz Sánchez, encargada de la investigación en la que comparecerá a declarar el teniente coronel Arturo Ortega, jefe de la Comandancia cuando sucedieron los hechos.
No vamos a cuestionar la oportunidad y legitimidad de nuestros representantes políticos en visionar, examinar y valorar las imágenes de unos sucesos de esa envergadura, pero hay imágenes que no importan o que no quieren ver. Unas imágenes que deberían visionarse en el Congreso de los Diputados para que nuestros representantes políticos puedan examinar y valorar la indefensión que sufren los guardias civiles que prestan servicio en los perímetros fronterizos de Ceuta y Melilla.
Unos guardias civiles que prestan un servicio de ocho horas solos, sin un compañero que los pueda auxiliar. Unos guardias civiles que cuando saltan inmigrantes están desprotegidos hasta la llegada de compañeros que los puedan auxiliar. Nuestros parlamentarios no se hacen a la idea por desconocimiento premeditado qué hacen los guardias civiles cuando saltan tres inmigrantes y están solos: intenta detener a uno y se van dos; se limitan a ver por dónde se alejan para cuando lleguen los compañeros saber la zona por donde los pueden interceptar o tienen que protegerse para evitar ser agredidos por los inmigrantes. Esta y otras circunstancias se puedan dar, pero nuestros parlamentarios no tienen constancia de ello.
Mientras eso ocurre los delegados del Gobierno de Ceuta y Melilla y el Ministerio del Interior en un derroche de honestidad reconocen que hacen falta guardias civiles en ambas ciudades autónomas; pero en contraposición, no hacen nada para evitar estas situaciones de riesgo. Unas situaciones de riesgo que, como ocurre en el caso que nos ocupa, comenzarán a visionar y examinar cuando un guardia civil o un inmigrante resulte lesionado de gravedad al intentar cruzar la valla de ambas ciudades autónomas.
Desde AEGC venimos denunciando desde hace años la falta de guardias civiles en el perímetro fronterizo y la indefensión que esta falta de efectivos genera en nuestros compañeros. Unas reivindicaciones que no son tenidas en cuenta y para nuestra desesperación, en la última convocatoria de vacantes no se ofertó ninguna plaza para los perímetros fronterizo de ambas ciudades autónomas. Parece que no es una prioridad, aunque se defienda lo contrario.
Las imágenes del día a día de los guardias civiles en el perímetro fronterizo de Ceuta y Melilla. Las imágenes que nadie quiere ver.
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