El PSOE necesita con urgencia un análisis exhaustivo de la situación que está atravesando. La escena vivida este jueves en el Pleno fue ridícula: solo un diputado presente y tres propuestas a debate a cada cual más grotesca.
Hay asuntos, sin duda, más relevantes para nuestra ciudad que pedir un calendario de verbenas. Si este es el nivel del partido que aspira a ser la alternancia al Gobierno… mal vamos.
La crisis lleva tiempo presente a pesar de las insistencias desde muchos frentes en negarlo.
Las renuncias registradas en la Gestora, que su presidente haya sido denunciado en la Policía por algo tan grave como la difusión en un grupo de Whatsapp de una baja médica o los comentarios que trascienden al ámbito público conforman algunas claves de lo que está pasando.
La imagen que dio este jueves el Grupo Parlamentario Socialista fue tan pobre, tan débil y tan impropia para el PSOE que no puede ser pasada por alto.
Esa debilidad merece ser explicada. Se tiene que saber cómo es posible que falten todos los diputados de una formación, se tiene que explicar qué importancia se está dando a la actividad parlamentaria o hasta dónde llega la responsabilidad de quienes conforman este Grupo.
Considerar lo sucedido como algo anecdótico supone repetir el error de cuando se advertía que el equipo de Juan Gutiérrez se tambaleaba y este terminó dimitiendo.