“La imagen del piquete está un poco criminalizada”. Quien habla es Miguel Ángel Escobedo Cortés, secretario de Acción Sindical de la FTCM-UGT. Es algo que lamentan los sindicalistas, quienes se privan de dormir para estar toda la noche recorriendo los centros de trabajo con un único y sólo objetivo: informar de los derechos de los trabajadores a secundar la huelga, explicar los motivos de ésta y comprobar que se cumplen los servicios mínimos pactados.
Una noche muy ajetreada y, al mismo tiempo, muy tranquila. Los piquetes activados durante la noche trabajaron sin incidente alguno. El centro de operaciones de UGT se estableció en su sede, sita en el edificio sindical. Allí, todo un operativo comenzó a funcionar en la tarde del pasado martes y finalizó a última hora de esta madrugada.
Una sala de videoconferencia, otra de descanso y otra para recuperar fuerzas con ricos platos y un televisor en el que sólo se podía ver un video resumen de una carrera de motociclismo. “Este canal está en huelga, ¡dos cojones!”, gritaba un ugetista. Incluso los piquetes iban acompañados por dos abogados de los servicios jurídicos del sindicato, por si no se respetaba el derecho a huelga de algún trabajador o se producían coacciones por parte de empresarios.
Los piquetes comenzaron en la tarde del pasado martes y se intensificaron por la noche. A las puertas de los servicios que se activaban a última hora de la noche -00:00, hora en que comenzaba la huelga general- se dieron cita miembros de las dos centrales convocantes del paro -CCOO y UGT-. Uno de los puntos más concurridos fue la puerta principal de la empresa adjudicataria de los servicios de limpieza pública viaria, ‘Urbaser’. El resultado, muy a favor de los sindicatos ya que de los trece vehículos que salen cada noche, no lo hizo ninguno. Las centrales convocantes valoraban esta actitud de los trabajadores, máxime cuando el sindicato mayoritario en el Comité de Empresa es el CSI-F, que no apoya el paro.
El servicio de limpieza pública viaria se reactivó por la mañana, aunque fueron pocos los trabajadores que optaron por acudir a sus puestos.
UGT mantuvo activado los piquetes durante toda la noche, por lo que después de Urbaser acudieron al céntrico Hotel Tryp, donde comprobaron que sólo trabajaron los servicios mínimos, por lo que mostraron su satisfacción, al igual que por el cierre de los bingos por la noche.
Mientras, en el ‘cuartel general’ de UGT llegaban y salían noticias. Una de ellas negativa: el atropello de una sindicalista en coslada. El despacho del secretario general de UGT en Ceuta, Antonio Gil, se convirtió en una sala de videoconferencias. A través de este sistema, el secretario de Organización de la Confederal, José Javier Cubillo se comunicaba con todas las unidades territoriales. A las 1:40 tocó el turno de Ceuta. Gil eran quien estaba delante de la cámara web, fue el tercer secretario general de todas las autonomías que participó en esta videoconferencia. “Antonio, compañero, eres el quinto secretario general que se asoma a la cámara. Y muchos quintos pasaron por Ceuta”, bromeó Cubillo. A través de este sistema se intercambiaron información sobre el seguimiento de la huelga a esa hora.
Seguidamente, otro piquete salió para dar una vuelta por la ciudad y comprobar el seguimiento de la huelga. Éste llegó desde el edificio sindical hasta el Centro Penitenciario de Los Rosales, donde los servicios mínimos se habían negociado a nivel nacional y no hubo problema alguno.
Así transcurrió una noche que pasaron los ugetistas a caballo entre Madrid y Ceuta, algo que posibilitaron las nuevas tecnologías a través de la videoconferencia.
Ya por la mañana, los dos sindicatos acudieron a la zona de embarque de vehículos del primer buque y así comenzaron de nuevo a recorrer los distintos puestos de trabajo en Ceuta.
¿Qué es un piquete?
“Un piquete es explicar por qué debe ir la gente a la huelga. Se persona en los centros de trabajo para que la gente tenga conciencia y reflexione sobre aquellos motivos que realmente le van a llevar a manifestarse en ese día. Otra de las funciones es verificar que los servicios mínimos se cumplan y que el empresario no coacciona a los trabajadores para que sobrepasen los estipulados por la parte social y empresarial”. Era la explicación de Miguel Ángel Escobedo, quien se mostró en contra de “la mala imagen” que se ha creado de los piquetes “sobre todo por la televisión, que sabe que lo que vende es la violencia, algo que no tiene nada que ver con ésto”.
Organizados para llegar a todos lados
Los ugetistas se organizaron para llegar a todas partes, algo que fue una realidad gracias a las nuevas tecnologías. Mientras el secretario general, Antonio Gil, se comunicaba con sus homólogos y con la Confederal, distintos piquetes recorrían los centros de trabajo para comprobar el cumplimiento de los servicios mínimos. El ‘cuartel’ general ugetistas también contaba con una sala para ver la televisión y tomar un refrigerio para estar despierto toda la noche.