La iglesia de la Almadraba

Este domingo, 1 de noviembre de 2020, festividad de todos los Santos, se cumplen 80 años de aquel otro 1 de noviembre de 1940, fecha esta en la que se ofició por primera vez la Sagrada Eucaristía en la Iglesia de la Almadraba, de ahí el nombre antiguo de Capilla de todos los Santos. Con el tiempo se modifica y pasa, en adelante, a llamarse Iglesia de Nuestra Señora del Carmen y de todos los Santos, por mantener también su registro primitivo.

Son 80 años heredados de la fe de nuestros mayores. Una barriada meramente marinera que veía cumplido el anhelo de tener un lugar de culto y que en él se tuviese por devoción mariana a su patrona, a nuestra Santísima siempre Virgen María en su advocación del Monte Carmelo.

La barriada de la Almadraba y todas sus calles cercanas ya no es ni la sombra que pudiese proyectar aquella otra Almadraba de años atrás, una zona gloriosa de aquellos vecinos inmersos en el trasiego de las labores del mundo de la mar, embarcaciones por aquí y por allá, varadas y botadas, cuartillos con aperos, un propio astillero donde se construyeron múltiples embarcaciones, diferentes artes de pesca extendidas por la playa, un muelle con grúa propia para sacar del mar las capturas que se realizaban. Existían incluso en la zona varias fábricas de conservas en las que muchas mujeres manipulaban y procesaban en sus puestos de trabajo los atunes, melvas, bonitos, caballas, sardinas, albacoras y otras especies para su venta y exportación.

Se contaba en la barriada con bares y restaurantes emblemáticos de Ceuta que, lamentablemente, ya desaparecieron, nos referimos al Bar El Chorlito, regentado por D. Tomás, puro maestro del arte del salazón, al Bar Alex con sus partidas de billar, al restaurante El Espigón, aún añoramos los garbanzos con choco, los caracoles y la paella de Miguel, el Restaurante La Barraca al que acudían todos aquellos famosos y empresarios que pasaban por nuestra Ciudad para consumir los mejores mariscos, y, como no, caeríamos en una demencia absoluta si no nos acordásemos del Bar Los Pulpos, casi ná, esa familia capitaneada por D. Juan y su señora Dª. Pepita junto con sus hijos y nueras, cuántos y cuántos recuerdos, a ver qué restaurante iba a sacar, hoy por hoy, en una festividad tan señalada del año como pudiese ser el día de reyes, el día de los padres o de las madres, un día nuestra patrona Santa María de África, o el mismísimo de la Virgen del Carmen, la cantidad consumida en arroz de 40 kilos en una paella tras otra hasta las seis de la tarde, o 100 raciones de pulpos, u otros cien de pescado rebozado, o cientos y cientos de litros de helados de todos los sabores.

Los que hemos vivido todo esto, reconocemos que fueron unos inolvidables años que sirvieron para mantener el fervor de lo que verdaderamente nos unía a todos en la Almadraba, éramos una gran familia, ese algo, no era otro que la devoción depositada en la Santísima Virgen del Carmen, ella ha sido desde un principio en nuestras vidas el faro que ilumina el puerto de nuestro Señor Jesucristo. Cuando llegaba su propia efemérides resurgía más que nunca ese espíritu y conciencia caritativa, de las verbenas multitudinarias que se realizaban en honor a la Virgen del Carmen, y que eran los preludios a nuestra fiestas patronales, se obtenían muchas ayudas desinteresadas que cubrían necesidades de diferentes problemas familiares, aún recordamos como a un vecino se le ayudó sufragándole el coste de una pierna ortopédica que necesitaba, fueron muchísimas las ayudas mostradas, muchísimas.

Legado nuestros tiempos actuales, el fervor por la devoción a la Santísima Virgen del Carmen no solamente se ha mantenido, paradójicamente, sino que se ha respetado y reconocido, fomentado y amparado de manera que, independientemente del aspecto religioso, lo incluimos ya en una costumbre y tradición (fuente doctrinal) del aspecto cultural y social de los caballas, configurándose en todo ello un aspecto propio del arraigo del ceutí, no en vano, llegados los 16 de julio de cada año, a la Iglesia de la Almadraba peregrinan muchos ceutíes, y no solamente vecinos nuestros, sino aquellos otros ceutíes que residen, por las razones que fuesen, en localidades del resto de nuestra España; regresan ceutíes almadraberos a su particular Monte Carmelo desde Huelva, Algeciras, Estepona, u otras localidades no tan cercanas como Castellón, Rubí, Mataró o Premiá de Mar donde emigraron muchos caballas, ahí resurgen para presenciar cómo se mantiene aún el amor por su Virgen del Carmen en la que fue su barriada, La Almadraba.

Así pues, entendemos todo este registro cultural, religioso y social, como UN BIEN INMATERIAL PATRIMONIO DE TODOS LOS CEUTÍES, patrimonio al que hay que defender, que se ve sustentado en dos pilares: uno de ellos, es, sin duda alguna, el fervor y devoción que muestran los caballas, viéndose cada año más fieles en la festividad del Carmen, incluso aumentándose el número de matrimonios que indican que sus hijos son bautizados en la Iglesia de la Almadraba, el otro pilar, igual de importante, es la propia Iglesia que custodia la bendita devoción de la Santísima siempre Virgen María en su advocación del Monte Carmelo. Estos dos pilares son fundamentales, uno sin el otro originaría, y no creemos equivocarnos, que desapareciera este bien inmaterial patrimonio de los caballas, sí, de todos, de los cristianos, musulmanes, hindúes y hebreos, porque allí en la playa, los 16 de julio nos vemos todos.

Tras 80 años de existencia, este segundo pilar fundamental se ve cada día más y más deteriorado, existen muchas deficiencias, requiriéndose para ello una reforma integral de la Iglesia.

Desde hace ya casi seis años, los fieles comprometidos que asistimos a la eucaristía y mantenemos el día a día de la Iglesia, iniciamos una campaña y pusimos la voz donde creímos conveniente, a los representantes del obispado de Cádiz y Ceuta, recogimos más de mil firmas y fueron entregadas al Sr. Vicario de Ceuta (Padre Francisco) con el fin de elevar al Obispado este problema; asimismo también mantuvimos reuniones con las diferentes Administraciones Públicas que coexisten en nuestra Ciudad, Delegación del Gobierno y la Ciudad de Ceuta. Pero he aquí que, a día hoy, desconocemos la fórmula que se haya que aplicar para desbloquear las diferentes consideraciones adversas que concurren y se lleve a cabo la tan ansiada y prometida reforma.

Son 80 años manteniendo una tradición, este año 2020 y por razones lógicas adheridas a la pandemia que estamos resistiendo, no pudimos celebrar los cultos ni procesionar con la Virgen del Carmen. No conocemos el alcance final de la coyuntura sanitaria con la que estamos conviviendo, pero, lo que sí es verdad, es que no sabemos si ésta pueda volver a ser la razón para suspender de nuevo los cultos y procesión de 2021, o más bien pudiese ser otra, ya que la paciencia de los fieles, siendo un don y cada vez más solicitada en cada uno de nuestros rezos, pudiese llegar el momento en el que veamos reflejado las pocas ganas y la falta de interés de todos los actores implicados en solucionar este problema planteado desde hace 6 años, y, como consecuencia de ellos, acordemos que este bien no se merece tanto desconcierto y, seamos nosotros, los feligreses incondicionales, visto lo visto, los que decidamos que la razón en adelante por la que NO PROCESIONA MÁS LA VIRGEN DEL CARMEN DE LA ALMADRABA, sea por la desidia, indolencia, apatía e indiferencia de instituciones que tienen en sus manos solucionar y realizar la tramitación de la tan ansiada reforma, y, sin embargo, no se realiza.

Ojalá estemos equivocados, rezaremos para que así sea.

Muchas felicidades Almadraba por tus 80 años cumplidos.