Se trata de un nido de procesionaria, una plaga autóctona que puede resultar muy urticante si se entra en contacto con ella y que ataca a los pinos Si se desconoce de qué se trata llama inmediatamente la atención. Quienes frecuentan los montes de la ciudad seguramente han reparado en ello pero para quienes lo ven por primera vez resulta realmente curioso. ¿Qué es eso que hay en lo alto del árbol? Basta una llamada a los especialistas para desvelar la cuestión. Se trata de un nido de procesionaria. “Es una plaga propia de la región mediterránea prácticamente imposible de erradicar y que ataca de forma natural a los pinos”, explican desde Obimasa. Además, advierten, si se entra en contacto con las orugas que habitan estas bolsa-nidos se corre el riesgo de padecer importantes urticarias.
Por ello desde 1998 el departamento de la Ciudad destinado al cuidado del Medio Ambiente lleva a cabo un determinado protocolo anual para, si no terminar con la plaga, al menos si paliar el efecto que esta tiene sobre las poblaciones de pinares presentes en nuestra ciudad. ¿En qué consiste? “Actuamos en otoño e invierno”, dicen desde Obimasa, “sobre el mes de noviembre se realiza una monitorización para seguir el ciclo biológico de la especie y a finales de diciembre y enero se lleva a cabo la última fase”. Se trata de destruir las bolsas-nido mediante disparos que realiza personal de Obimasa formado para ello y con el correspondiente permiso de armas. Cuentan que se escogió esta metodología porque en el caso de Ceuta la plaga está en lugares muy dispersos y, por regla general, casi inaccesibles.
“Si alguien ha visto estos días algún nido posiblemente las orugas que lo pueblan, que son quienes por la noche salen a comer atacando a los pinos, ya han sido exterminadas porque apenas quedan un par de días para la finalización del protocolo de este año”, aseguraron desde Obimasa. Los niveles registrados este año sobre la incidencia de la plaga en nuestra ciudad son bajos (entre 0 y 2 en una tabla que va de 0 a 5).
La fotografía que ilustra estas líneas está tomada en el Monte Hacho. Sin embargo, esta no es la zona más afectada por la procesionaria. “Los pinares más afectados están en García Aldave y en Benzú”, aseveraron desde Obimasa destacando que son los pinos importados (canario y de Monterrey) los más susceptibles de ser atacados por estas orugas. Las especies autóctonas (pino carrasco y piñonero) también pueden ser víctimas, si bien son menos los casos en los que se detecta la presencia de procesionaria en estos pinares.
Como dato curioso cabe destacar que un nido de procesionaria como el que vemos en la imagen suele albergar entre 200 y 350 orugas y que la imposibilidad para su erradicación está también vinculada a la notable indicencia que tiene en el país vecino, pues su propagación es relativamente rápida ya que “estos bichos vuelan mucho”. En cualquier caso si durante sus paseos en el Monte Hacho o García Aldave topan con uno de estos no se acerquen. Si bien no se debe generar alarmismo sobre un hecho relativamente común en Ceuta sí que es conveniente tomar ciertas precauciones pues, como dice el refrán, ‘más vale prevenir que curar’.