Categorías: Opinión

¡A por el mayor botín en menos tiempo!

Decía, John Locke en su libro “Dos ensayos sobre el gobierno civil”, sobre la invención del dinero: “El deseo de tener más de lo necesario alterará el valor intrínseco de las cosas, que solo dependen de la utilidad para la vida humana”. De esta manera, deducía que el problema surgía cuando algunos acaparaban el valor de las cosas sin utilizarlas como es debido y que corrompiendo su ley común natural rompían con aquello que era parte de su derecho. En su época (1632/1704), ignoraba la existencia de los grises tecnócratas que componen los diferentes consejos de administración. Si los hubiese conocido, estoy seguro que tendríamos conclusiones mucho más sabías para el futuro de los días que corren. Pero, bien… y para el objeto de este pequeño artículo, este pensamiento cogido al vuelo simplemente ha sido para considerar que no podemos considerar lícita la desmesurada codicia de los prestamistas ya que con su ambición desproporcionada excluyen el verdadero valor útil de las cosas a todos los demás. Por ello, y conforme a este pensamiento, podemos observar como nuestra sociedad sigue manteniendo la línea de ambición que una política financiera desmesurada nos esta imponiendo. Porque nuestra política financiera sigue basándose en un caduco sistema de insaciables prestamistas, que no quieren perder un ápice de su poder y de su beneficio desorbitado. De esta manera, sometidos a este inútil sistema, se siguen imponiendo mejoras inútiles e injustas.
Yo, personalmente siempre he considerado que la actividad política no debe tener como finalidad otra cosa que no sea la mejora de las condiciones de los ciudadanos, ya que al contrario tan solo es una perversión. Y esto, parece que es lo que ha pasado con muchos de nuestros políticos. Y que no me vengan ahora diciendo que no son culpables, aquellos que durante tanto tiempo nos han estado gobernando. Por que son los verdaderos artífices de lo que nos esta sucediendo actualmente, por mucho que intenten cargar toda la culpa a los actuales gobernantes del Partido Popular.
Porque, fueron ellos y no otros, los que nos sustrajeron la posibilidad de mantener lo que creaba nuestra verdadera riqueza, es decir, “El real valor de las cosas”. Que es, a fin de cuentas, aquello que aportaba la mayor parte del bienestar de nuestras vidas. Valor, que no era más que lo que verdaderamente otorgaban la utilidad para poder subsistir dignamente.
Pero, los hechos son tozudos. Se acabaron los tiempos de disfrute que hemos gozado. Ahora sufrimos, medidas baldías, cuyos beneficios son incomprensibles para la mayoría. ¡Y que nos intenten tranquilizarnos con engaños y vanas palabras!. En nuestras casas cada día vivimos peor y más asustados.
Porque, no nos engañemos, nuestro actual y fracasado sistema financiero ha inventado algo increíblemente absurdo. ¡Se llama “Beneficio e interés al precio que sea”!. Mediante los cuales, hemos descubierto un sorprendente consumo basado tan solo en la fantasía de darles un valor mucho mayor que el que realmente debía poseer. Y en su búsqueda, superando la moneda, inventamos el llamado dividendos, que nos permite aumentar ilimitadamente nuestra codicia y poder de consumo. Y que nos digan ahora, que no vale el “todo gratis”, tan cacareado hasta hace poco por ellos mismos.
Así, con ellos y gracias al valor y al uso que le algunos dieron al beneficio económico, nuestro sistema financiero creció sin control, endeudándonos ni límite alguno. Consecuentemente, no nos extrañemos que en su ingeniería contable, los fieros mercados internacionales pretendan mantener su posición de dominio sobre los ciudadanos. Ellos se apropiaron del interés desmesurado de las cosas y nosotros se lo permitimos. Luego no nos sorprendamos que capitalicen y esclavicen nuestras vidas y futuros. Por otra parte… una de las reglas básicas de toda negociación es aquella de que:”Quien necesita pierde”. Y a nuestra nación, se le exige pagar su insostenible deuda a corto plazo. Luego, debemos someternos a lo que los mercaderes cortoplacistas nos están imponiendo desde fuera.
Ahora escuchamos discursos de los diferentes presidentes de muchas de nuestras Comunidades Autónomas (necesarios coautores en esa política de despilfarro), quienes como nuevos reinos taifas pretenden defender sus privilegios políticos e independencias, proclamando su disconformidad. Intentan mantener con ello, un enfrentamiento con las medidas nacionales impuestas por Europa. ¡Y todos sabemos lo que sucedió en la España de los reinos taifas!. Se ve que no aprendemos de la historia, y seguimos cometiendo los mismos errores de división.
Y son voces discordantes las que escuchamos. Pero, la nuestra es una ciudad dependiente y por tanto siempre necesitada. Donde hablar de autosuficiencia y de superávit económico no deja de ser pintoresco. Necesitamos subvenciones, y por ello debemos bajar la cabeza asumiendo lo que nos imponen desde fuera. ¡No tenemos otra opción! Cualquier intento de rebeldía no es más que eso, meros gestos de imagen y palabras vacías de realidades. De nada valen las baladronadas sin base económica en que sustentarse. Solo sirven para enardecer y engañar a algunos. ¡Mucho ruido y pocas nueces!. ¡Pero, volvamos al principio de nuestro artículo, que hablaba de codicia!. La realidad es que nuestro sistema financiero, ha mostrado su inutilidad para los ciudadanos. Entonces, busquemos otras formulas de medida que limiten la ambición desorbitada del mismo. No nos empeñemos en mantener algo que nos ha conducido a la pobreza. Porque mantenerlo, solo asegurara una cosa:”Los ricos serán más ricos y los pobres cada vez más pobres”. Es decir…¡Unos pocos ganan todo los que muchos perdemos!.
Y mientras tanto, nuestro BCE, sigue diciendo que su misión es tan solo controlar los mercados, no solucionar los problemas económicos de los estados miembros. Deja de esta manera que los mercados sigan intentando acaparar la economía de las naciones arruinándolas (casualmente, Alemania, defiende y apoya esta decisión). Mas, esta es una filosofía que a corto plazo resultara inútil y deshonesta hasta para ellos mismos. Porque el objetivo principal del actual sistema financiero occidental, no es la utilidad general sino que su medida es tan solo una descomunal especulación sobre el beneficio. Y con esta finalidad, podemos empezar a decir adiós a la moneda europea y con ella a la Unión de sus miembros. Sin duda, aun cuando el PSOE en palabras de Almunia, creo que políticamente interesadas, defienda la independencia de dicho banco: ¡La pelota esta en el BCE!. Tan solo hay algo que me consuela.
España, no es un país cualquiera en la civilización occidental europea, y desde luego a nadie le interesa que quiebre, ya que son demasiados los países que dependen de su estabilidad. Así, que estoy seguro que antes o después, para su propia estabilidad, todos tendrán que ayudarla a salir de esta situación económica. Y espero, no equivocarme, en esta opinión, ya que sino, tan solo nos queda el rescate, la suspensión de pagos o la salida del euro. ¡Que como las hijas de Elena, ninguna de las tres son buenas para nosotros!

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