El doctor en Sociología y profesor del Instituto Universitario Gutiérrez Mellado, Vicente Hueso, ha sido el encargado de cerrar el segundo día de las XVIII Jornadas de Geopolítica y Geoestrategia organizadas por el centro asociado de la Universidad Nacional de Estudios a Distancia (UNED) en el campus de Ceuta.
Coronel en la reserva, estuvo tres años como agregado aéreo de la Embajada española tanto en Rusia como en Ucrania. Por eso, él, que conoce bien la zona, cree que lo más importante ahora es pensar en qué se va a hacer con Rusia una vez que termine la guerra, “cómo integrarla en la comunidad internacional para que esto no vuelva a suceder”. Hueso considera que Rusia “es una potencia herida desde la guerra fría a la que no se le ha buscado el acomodo que necesitaba”.
Hueso ha reconocido que, aunque se pensó en algún momento después de la guerra fría, los rusos nunca aceptaron la opción de formar parte de la OTAN. Sin embargo, el experto ha abogado por crear un espacio europeo similar a la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), de la que Rusia sí forma parte. En su momento, los rusos propusieron que la OTAN desapareciera y la seguridad transatlántica quedara en manos de esa otra organización, pero, según Hueso, eso no es posible porque la OSCE no es una organización operativa.
El profesor ha recordado también que, en el año 2008, Rusia propuso crear una carta de seguridad europea donde se recogieran las necesidades de todos los países del continente, teniendo en cuenta que tres cuartas partes de Rusia son europeas. “Eso no ha conseguido integrar a Rusia, que se ha seguido sintiendo una potencia herida, con muchos agravios que se le hicieron desde el final de la guerra fría hasta la llegada de Putin al poder”, ha explicado Hueso, para quien “no se debería haber llegado a la situación actual, pero hubo una serie de errores que la han desencadenado”.
Según ha dicho, lo que todo el mundo está buscando es integrar a Rusia en ese espacio europeo, pero ha advertido de las diferentes personalidades e incluso de las distintas formas de expresarse de los rusos y los europeos, que crean confusión. Por ello, “la integración debe empezar por crear medidas de confianza”, ha aseverado, porque “no se crea una organización de integración de la noche al día”. En su opinión, esto es algo que llevará tiempo y de la colaboración de la llamada “diplomacia silenciosa”, algo a lo cual “las declaraciones altisonantes de muchos presidentes ayudan poco”.
En definitiva, lo que hay que hacer –ha opinado– es “pensar en el futuro y cómo ponernos en la mesa a discutir no sólo de Ucrania, sino del papel de Europa en la sociedad internacional”. Ello requiere –ha añadido– de medidas de fomento de la confianza para después, poco a poco, ir decidiendo el grado de integración de la comunidad.
La debilidad de Putin
Respecto al empleo de armas nucleares por la parte rusa, Hueso no lo ve probable, ya que las amenazas que Putin ha ido profiriendo en este sentido desde su llegada al poder no son sino “un elemento de debilidad”, habida cuenta de que “estaba perdiendo terreno y sus fuerzas armadas habían perdido la carrera tecnológica”. Además –ha añadido-, “la utilización del arma nuclear es la destrucción del mundo, porque, si una potencia lanza una, la otra lanza también”. Por último, hay que contar con el hecho de que “Rusia no es un estado de tercer orden, sino que sabe muy bien lo que quiere y lo que hace”.
El coronel no se ha mostrado muy seguro de que Putin cumpla con la amenaza lanzada sobre que va a dejar de vender gas a Polonia y Rumanía y no cree que vaya a extender la medida a otros países, ya que “Europa depende del petróleo y del gas de Rusia y Rusia depende del dinero de los europeos para mantener su sistema”.
Por último, Hueso ha indicado que “la comunidad internacional debe mostrar determinación para que el invasor no salga beneficiado de una situación como esta”. Esto es algo –ha concluido– que también se puede aplicar al flanco sur de Europa, donde Ceuta es frontera.