A pocos días del inicio de la Semana Santa, cuando las hermandades repasan los últimos arreglos florales, se intuye el sonido de los tambores y cornetas, y, el incienso inunda nuestra ciudad, el Paseo del Revellín ya huele a Semana Santa.
Al pasar por una pequeña bocacalle del lugar se encuentra la Cafetería Vicentino, cuyos trabajadores ya se encargan de ponerle el sabor más dulce a los próximos días. Desde hace semanas, ya están entre fogones las archiconocidas torrijas de estas fechas ceutíes.
La preparación que hacen los obradores de este dulce típico es absolutamente artesanal, de principio a fin; y eso que las previsiones manejan una elevada cantidad de elaboraciones para estas festividades.
Después de dos semanas entre fogones; y los diecinueve años que su obrador confiesa llevar preparándolas; la veteranía se establece como un ingrediente más. Casi todos los detalles para esta Semana Santa están casi listos. Incluso éste; el sabor tradicional de estos días.
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